Un sol apagado: La debacle del PRD
Alberto Buitre Integrantes
del Partido de la Revolución Democrática, la otrora izquierda, responsables de
desaparición de estudiantes de Ayotzinapa.
Un sol de negra silueta resplandece con fulgor amarillo en
medio de un valle montañoso, un paraje terroso rodeado de árboles frondosos, en
lo que simula ser un camino hacia un nuevo día. Un paraje que bien pudiera ser
cualquiera de la sierra del estado de Guerrero. Con esa imagen adorna su cuenta
de twitter Carlos Navarrete, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática
(PRD). En un vado similar al fondo
utilizado por el dirigente perredista, fueron encontrados restos calcinados de
cadáveres que, según especulaciones de la Procuraduría General de la República
(PGR), podrían pertenecer a los 43 estudiantes de la Escuela Normal de
Ayotzinapa, desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre. Un crimen ocurrido
al amparo de dos militantes del PRD: el presidente municipal de Iguala, José
Luis Abarca, y el gobernador guerrerense, Ángel Aguirre, cuya responsabilidad directa
en la masacre tiene en crisis al tradicional partido de la izquierda electoral
mexicana, el llamado “Sol Azteca”. Una “crisis” reconocida como tal por
Navarrete, quien, además, enfrenta dos golpes más. Primero, la renuncia del
fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano —hijo del ex presidente Lázaro
Cárdenas del Río, considerado el último de la estirpe de Generales de la
Revolución Mexicana de 1910—, quien renunció a su militancia perredista el
pasado 25 de noviembre, a dos meses de la masacre de Ayotzinapa, argumentando
que el partido político que fundara en 1989 está en “franco declive” y que “ha
perdido autoridad moral frente a la sociedad”. La segunda, una deuda de más de
800 millones de pesos (US$60 millones). De esos, más de 211 millones de pesos
adeudados por impuestos al Servicio de Administración Tributaria; más de 52
millones de pesos al Instituto Nacional Electoral (INE) por multas; 25 millones
de pesos en deudas generales arrastradas de su dirigencia pasada, y por si
fuera poco, el empresario Carlos Ahumada reclama para sí unos 520 millones de
pesos por haber financiado a ese partido entre los años 2003 y 2004. Partido desprestigiado Pero no todos en
el PRD son pesimistas. Su líder en Guerrero, Carlos Reyes Torres, niega que el
“Sol Azteca” haya fracasado durante la gestión de Aguirre y defiende los
“buenos gobiernos” perredistas en la localidad, según declaraciones recogidas
por el periódico El Sur de Guerrero. En contraste, el secretario general del
Partido Comunista de México (PCM), Pável Blanco Cabrera, recuerda que durante
los gobiernos perredistas en esa entidad fueron asesinados cinco militantes
comunistas, incluido su líder local, Raymundo Velázquez Flores, quienes se
suman a una larga lista de más de 260 crímenes políticos registrados en ese
estado desde 1998. Los últimos, los normalistas de Ayotzinapa. “El PRD es un
partido del capital, no es un partido de izquierda. Aunque los medios en su
campaña goebbeliana han repetido tantas veces que la izquierda en México está
representada por el PRD, el Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano y ahora
MORENA [Movimiento de Regeneración Nacional], nosotros pensamos que la
izquierda en México está representada por los luchadores sociales, por el
socialismo, por quienes tengan una posición claramente anticapitalista.”,
declara el líder comunista en entrevista con Noticias Aliadas.
De hecho, el 2 de diciembre el PCM renunció a su silla en el
Foro de São Paulo —que agrupa a partidos políticos de izquierda y centro
izquierda de América Latina— por la inclusión del PRD en su Grupo de Trabajo y
al considerar que este organismo internacional protege al perredismo en su
culpabilidad en la masacre de los estudiantes de Ayotzinapa. “No cabe duda que
el Grupo de Trabajo no tiene la menor idea de lo que Ayotzinapa significa, ni
de lo que puede pasar en México, pues cierra filas con un partido tan
desprestigiado como el PRD, un partido que protege criminales, un partido al
servicio de los monopolios, un partido en profunda crisis interna”, afirma Blanco
Cabrera. “Izquierda cómoda al sistema” Al
respecto, Enrique López Rivera, doctor en ciencias políticas y catedrático del
Instituto Tecnológico de Monterrey, afirma que el PRD se ha convertido en un
partido “de izquierda cómoda al sistema, colaborador y consentidor del discurso
oficial”. En entrevista con Noticias Aliadas, define el actual momento
del PRD como una “crisis fuerte” que “pone al descubierto que todos los malos
políticos están en todos los partidos. En México no hay partidos impolutos”. “El PRD se ubicó en una zona de confort y
desde ahí fue encontrando espacios de poder. Han sido intereses personales los
que lo han llevado a esta crisis. Tocar fondo te hace reconstruirte. Y aunque
sí es posible reconstruirse, es poco probable. Sus voces están ancladas a
viejos priístas [militantes del gobernante Partido Revolucionario Institucional
(PRI)], y se ha creado ambición por ganar espacios”, opina el académico quien
apunta que un partido como este, emanado de los movimientos sociales, deberá
asumir su responsabilidad por la masacre de Ayotzinapa.
En tanto, se encuentran a la vera las elecciones federales
del 7 de junio del 2015 en las que se renovarán los 500 diputados al Congreso
federal, 903 presidencias municipales (incluida Iguala), 639 diputados locales
y nueve gubernaturas. Un proceso que el Instituto Nacional Electoral ya arrancó
de manera oficial, y ante el cual se especula el impacto que tendrá la crisis
de Ayotzinapa y las crecientes protestas sociales, no sólo sobre el PRD, sino
contra todo el sistema político mexicano. —tomado
de envio de Noticias Aliadas.
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