Roa imponía precio del arroz y no dejaba bajarlo
2,01 millones de toneladas de arroz produjo Colombia en
2014, según Fedearroz.
Vuelve a probarse como las posiciones dominantes del mercado
tienen el poder de encausar las condiciones para sacar el mayor provecho y en
detrimento del consumidor final.
La sanción que la Superintendencia de Industria y Comercio
(SIC) le impuso a la arrocera Roa Florhuila nada tiene que ver con el
incremento que observó el valor del alimento en los últimos meses y corresponde
a un proceso iniciado hace más de tres años.
La investigación permitió conocer cómo obraba la compañía,
impidiendo que sus clientes rebajaran el precio al consumidor final, incluso
cuando tenían margen para hacerlo.
Entre las pruebas figura una carta enviada en agosto de 2011
por Roa Florhuila a los administradores de Atacadao (formato mayorista de
Carrefour que ya no opera en Colombia) en la que se notificaba la suspensión de
un acuerdo comercial que tenían, debido a “la venta de producto por debajo del
precio de la plaza en la ciudad de Medellín”.
Igualmente se conoció un documento en el que la empresa
explica haber pactado con Makro y Atacadao que: “Los dos formatos deben vender
nuestro producto, alineado con el precio que se encuentra en la Plaza
Mayorista”, y agrega: “Los descuentos que se otorgan por volumen serán nuestra
contribución al margen y no deben ser transferidos al precio de venta público”.
La Resolución 16562 de la SIC también contiene apartes de
interrogatorios practicados a empleados de Roa Florhuila, quienes afirmaron que
Aníbal Roa Villamil, presidente de la empresa, impartía políticas relacionadas
con la comercialización del arroz y con el precio del mismo al consumidor
final.
Para el superintendente de Industria y Comercio, Pablo
Felipe Robledo, “la conducta de las empresas sancionadas limita la libre
competencia, en cuanto conduce a que el precio no sea el resultado de las
fluctuaciones de las fuerzas del mercado, ni de la rivalidad entre
competidores, sino el resultado de una influencia ejercida por dichas
empresas”.
Las multas Después de agotar las diferentes etapas de la investigación
la SIC multó con 32.217 millones de pesos a la organización Roa Florhuila por
las infracciones al régimen de libre competencia.
Igualmente fueron sancionados Aníbal Roa Villamil,
presidente de la organización, con 1.063 millones de pesos y Hernando Rodríguez
Rodríguez, gerente General, con 515,4 millones de pesos.
También fueron multados los gerentes de Ventas, Édgar
Gaviria Herrera y Pablo Julio Gutiérrez Uribe, con 12,8 millones de pesos cada
uno.
La SIC precisó que los directivos fueron sancionados por
haber colaborado, facilitado, autorizado, ejecutado o tolerado las conductas
anticompetitivas, aunque aclaró que todos podrán interponer el recurso de
reposición al que tienen derecho.
Precio del arroz no baja
Sobre el efecto de esta sanción en el precio que actualmente
tiene el arroz, fuentes consultadas por este diario indicaron que no habrá
ninguna, pues en primer lugar se trata de hechos sucedidos hace varios años y
las condiciones del mercado, en apariencia, han cambiado.
En febrero, EL COLOMBIANO denunció que el precio del arroz había
subido un 50 por ciento pasando de 26 mil a 39 mil pesos la arroba por cuentas
de la devaluación del peso, entre otros, y ayer la cotización fue de 37.950
pesos.
“En este momento los grandes molinos bajaron un poco el
precio, hay embarques que llegaron con un dólar alto y se está recogiendo la
cosecha en el Tolima, es decir que el mercado esta abastecido pero costoso”,
precisaron los expertos.
DICEN DE... EL NIÑO NO PERMITIRÍA QUE BAJE EL PRECIO
Los nuevos llamados de atención sobre la ocurrencia del
fenómeno climático de El Niño entre mayo, junio y julio se convierte en un
factor adverso para la producción de arroz en Colombia y para la cosecha que se
recogería en agosto. Para los expertos, pese a que el precio estuvo en $2.182
el kilo en octubre del año pasado, es improbable que el alimento vuelva a ese
valor. En el caso del arroz importado las cuentas son simples: ese es un
producto que está a $2.700 en puerto, más transporte que lo sube a $2.850 y
agregando la intermediación llegamos a $3.000 y el valor máximo al consumidor
final es de $3.500.
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