LA CAÍDA DE CENIZA
CONTINÚA EN POBLACIONES COMO EL MANZANO Y PUELA El monitoreo del volcán se
dificulta por nubosidad Una densa neblina, proveniente de la Amazonía, cubre al
coloso durante casi todo el día. El control es instrumental. El polvo volcánico
cubrió gran parte de esta rústica vivienda construida cerca del coloso en
Tungurahua. Foto: Roberto Chávez / Una
enorme columna de nubes, proveniente de la región Amazónica, complica la
vigilancia del volcán Tungurahua desde el lunes.
La madrugada de ese día el comportamiento del coloso cambió
abruptamente.
Tras 6 meses de relativa calma se produjeron explosiones con
carga media de ceniza y bramidos que provocaron vibraciones en ventanas. Debido
a esto el sistema de monitoreo (análisis de muestras gaseosas, de polvo
volcánico, seguimiento auditivo y estudio de la actividad telúrica) en los
últimos días se basa únicamente en la valoración con instrumentos técnicos.
Johnson Barriga, habitante y vigía de Puela, comunidad del
cantón Guano en Chimborazo, dijo que el cráter es visible solo durante un par
de horas al día. “Si bien la cumbre del Tungurahua siempre ha lucido cubierta
en la mañana y tarde, cuando está en
reactivación permanece tapada casi todo el día. Todos los vigías
aprovechamos el Sol y el viento del mediodía para observar detenidamente las
emisiones de vapor de agua y ceniza. De vez en cuando también se despeja, como
máximo 10 minutos, al llegar las 17:30”, dijo. La situación es similar en
Runtún, cantón Baños. Allí el vigía de la Estación Ventanas, Carlos Sánchez,
emite su reporte diario a los vulcanólogos basado en los bramidos y columnas de
ceniza expulsadas del coloso, que con dificultad se logran ver por encima de la
neblina. Como en anteriores ocasiones, la reactivación atrae al lugar a un gran
número de turistas que desean observar el cerro.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
Ganado afectado Mientras tanto, la caída de ceniza se
mantiene desde el lunes en poblaciones cercanas al macizo, tales como
Palictahua, Puela, Choglontus y El Manzano, en Chimborazo.
Allí el sector ganadero es afectado de forma directa, pues
el material calcina el pasto fresco y otras hierbas que consumen a diario las
reses.
“A pesar de la ayuda que el Ministerio de Agricultura,
Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), y la Prefectura de Chimborazo dieron
hace dos días, el ganado pasa hambre”, dijo un campesino. Allí se entregó
melaza y sales naturales para mejorar la digestión de los bovinos. Por ahora el
único caserío tungurahuense donde ha caído ceniza es San Andrés de Pillate. (I)
TOMADO DE EL TELEGRAFO DE ECUADOR
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