Las ciudades del
futuro se construirán con cultivos
Una firma de ingeniería promueve convertir los desechos
orgánicos en materiales de construcción para desarrollar la economía circular
Diana Budds
Hoy el ananá, la papa, los hongos, el maíz, las naranjas y
las bananas son productos básicos de la góndola de verduras y frutas. Mañana
podrían ser la columna vertebral de nuestras ciudades, según un nuevo informe
de Arup. En The Urban Bio Loop, la firma de ingeniería promueve convertir los
desechos orgánicos en materiales de construcción como un modo de usar recursos
de modo más efectivo y desarrollar una economía circular.
A diferencia de la economía lineal -que se basa en un modelo
de "tomar, hacer, desperdiciar"-la economía circular incentiva un
proceso continuo de retroalimentación que apunta a reciclar todo lo que se
pueda y usar la menor cantidad de materias primas posibles. La idea ha sido
explorada a pequeña escala -por ejemplo con las envolturas comestibles- y
compañías como Google e Ideo están explorando cómo podría aplicarse la práctica
más ampliamente. Arup cree que la industria de la construcción, que aporta lo
que se estima es el 39 por ciento de las emisiones de CO2 de los Estados
Unidos, se adapta bien al pensamiento circular.
"Es bien sabido que el escenario de los 'negocios como
de costumbre' no representa una opción viable para un futuro sustentable y que
deben identificarse distintos modelos de desarrollo para que nuestra sociedad
siga creciendo y prosperando en el futuro" escribe Arup en su informe.
"La industria de la construcción debe reflejar esta urgencia de cambio,
probablemente más que otras. De hecho aún se ve influida por una cantidad de
factores negativos tales como el uso de materiales de alto impacto, soluciones
de construcción no reversibles, procesos y manufactura de baja
eficiencia".
En los Estados Unidos el desperdicio de la construcción
representa más de 534 millones de toneladas de escombros, más que el doble de
la cantidad de desechos sólidos municipales. Se estima que 90 por ciento de
esto es de la demolición de edificios antiguos y 10 por ciento de la
construcción de nuevos edificios. Junto a ello debemos incluir otra estadística
apabullante: se tira 60 millones de toneladas de alimentos -alrededor de la
mitad de lo producido- anualmente. Aplicar pensamiento circular podría significar
menos alimentos en rellenos de terrenos si se usan para hacer materiales de
construcción que sean reciclables para reducir la cantidad de desechos de la
construcción que va a los basureros. Mientras tanto, algunos materiales podrían
producirse como cultivos, eliminando por completo el exceso de desperdicios.
Para contar con ciudades más sustentables hay que empezar
por pensar con qué se hacen los edificios. Algunos ejemplos de cómo los
cultivos podrían servir para construir son los siguientes:
Muros de maíz y trigo
La alemana Wood K Plus está experimentando con un material
de construcción hecho de residuos de marlo de choclo, que es fuerte, ofrece
buena aislación y no es costoso. Las planchas se usan para paredes internas,
puertas y muebles.
Pisos de girasol y
techos de cáscara de maní
Los girasoles amarillos brillantes son hermosos, pero
también podrían usarse como material de construcción. Para reducir la
deforestación la compañía tailandesa Kokoboard hace compuestos de materiales de
desecho de cultivos como girasol. Con calor, agua y presión basta para hacer
con el girasol una plancha no tóxica, de alta resistencia y que puede usarse
para techos, pisos y paredes internas. Pegando las cáscaras de maní con un
adhesivo libre de formaldehído y aplicando presión, Kokoboard hace unas tablas
resistentes al fuego y la humedad.
Aislación hecha de
papa
El corcho se hace comúnmente de la corteza de árboles, pero
la holandesa Materia puede hacer un sustituto con cáscara de papa. Resistente
al fuego y repelente al agua, el material es liviano y puede ser usado para
aislación acústica y térmica
Ladrillos de arroz
Watershed Materials buscaba una manera de reducir la
cantidad de concreto que se usa en los ladrillos cocidos y encontró que
reemplazar parte del relleno con arroz ofrece una solución.
Textiles de ananá y
cáscara de cítricos
El cuero es un recurso increíblemente intensivo en cuanto a
la polución y el consumo de recursos, lo que va desde la cría de ganado hasta
el curtido. Ananas Anam, una nueva firma británica, ha logrado producir un
sustituto suple del cuero a partir de ananá que podría usarse para tapizar
muebles. Orange Fiber, una nueva firma en Italia, teje telas sustentables a
partir de fibras celulósicas derivadas de cáscara de cítricos que pueden
utilizarse en la decoración de interiores. Tomado de la nación de ar
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