El Dr. Roberto Lescano, manifestó su preocupación por la
lamentable situación de la provincia que se ha convertido “en una de las zonas
con mayor concentración de agroquímicos en suelo” y donde “se ven incrementos
de los casos de cáncer en general pero principalmente en niños”.
El profesional lamentó especialmente la situación de la
región de Urdinarrain, Basavilbaso y Gualeguaychú “esto se ha podido demostrar
gracias a que en los últimos años han aflorado estudios y estadísticas para
confirmar las verdades que uno venía denunciando desde hace muchos años”.
“Antes se tenían ocultos pero ahora ya los números y las realidades están
marcando el impacto negativo que está produciendo esta agroindustria”, criticó.
Advirtió que “las cifras no son oficiales pero son de la
realidad cotidiana, sobre todo de los trabajadores de la salud”, y que “ya hay
estudios incontrastables, sobretodo del glifosato encontrado en el río Paraná,
en aguas subterráneas y también a nivel de la tierra”. También alertó que “en
general todos estamos expuestos; el mayor impacto se puede sentir en el momento
de la aplicación donde pueden aparecer dolores de cabeza, diarrea, erupciones
tipo alérgicas, broncoespasmos, dolores articulares, calambres musculares,
trastornos en la mucosa bucal, lingual, trastornos en los ojos. Todo eso pasa
de alguna manera pero el impacto queda en el organismo”.
En declaraciones realizadas al programa “A Quien
Corresponda” de la radio paranaense De la Plaza el Dr. Lescano se manifestó
“dolido y muy preocupado porque cada vez el avance es mayor, con nuevos
productos de los que no se sabe la toxicidad ni el impacto sobre el
medioambiente y especialmente sobre los seres humanos”.
En ese marco, lamentó que Entre Ríos sea “una de las zonas
con mayor concentración de algunos agroquímicos en suelo, lo que se ha podido
demostrar gracias a que en los últimos años han aflorado estudios y
estadísticas para confirmar las verdades que uno venía denunciando desde hace
muchos años”.
Especificó al respecto que “se ven incrementos de los casos
de cáncer en general pero principalmente en niños, que se están viendo cada vez
con mayor frecuencia y que de a poco se están dando a conocer. Antes se tenían
ocultos pero ahora ya los números y las realidades están marcando el impacto
negativo que está produciendo esta agroindustria”.
Sostuvo que “las cifras no son oficiales pero son de la
realidad cotidiana, sobre todo de los trabajadores de la salud” y afirmó que
“ya hay estudios incontrastables, sobretodo del glifosato encontrado en el río Paraná,
en aguas subterráneas y también a nivel de la tierra”.
En tal sentido, describió que “después de 1996 cuando se
aprueba el ingreso de la soja RR con el paquete tecnológico decían que el
glifosato se desnaturalizaba por los microorganismos de la superficie de la
tierra y no iba a las napas de agua, pero hoy está demostrado que está, que
persiste desde hace varios años y cada vez en concentraciones mayores; lo que
eso hace que en la superficie de suelo los microorganismos se vean perjudicados
y trae un desbalance significativo, y eso hace que haya que usar más
agroquímicos y fertilizantes. El fertilizante al destruir las bacterias que
producen el nitrógeno y favorecen el crecimiento de los cultivos, hace que sean
suplantadas artificialmente”.
Respecto de las consecuencias para la salud, sostuvo que
“mayoritariamente son muy parecidos ante una primera exposición accidental o no
voluntaria, ya que entre los afectados hay gente no voluntaria a la que le pasa
el agroquímico cerca de la casa, aunque lógicamente también lo sufren los
trabajadores y aplicadores”.
“En general todos estamos expuestos; el mayor impacto se
puede sentir en el momento de la aplicación donde pueden aparecer dolores de
cabeza, diarrea, erupciones tipo alérgicas, broncoespasmos, dolores
articulares, calambres musculares, trastornos en la mucosa bucal, lingual,
trastornos en los ojos. Todo eso pasa de alguna manera pero el impacto queda en
el organismo y depende de la persona las consecuencias posteriores”, advirtió.
Al respecto explicó que “los agroquímicos trabajan en el
efecto tóxico en el nivel de atacar enzimas, y si afectan a los sistemas
enzimáticos de los ratones y las plantas –con quienes los humanos compartimos
un buen porcentaje de enzimas- a nosotros también nos afectan; porque tenemos
un promedio del 60 por ciento de genes similares”. Con esto, afirmó que “es
natural que seamos afectados en algunas de las cadenas enzimáticas que afectan
directamente en la duplicación celular, es decir que actúan directamente
alterando los cromosomas y los genes”.
Especificó que “en el último mes atendió siete u ocho
personas afectadas en forma indirecta y una en forma directa, que era un
transportista (camionero) que por la imprudencia y el desconocimiento ahora
padece trastornos neuromusculares y neurológicos” y detalló que “son personas
jóvenes con síndrome de sensibilidad química múltiple, que es lo que más se
está viendo en las exposiciones involuntarias”.
Por otra parte, sobre la suspensión de un campamento
sanitario que estaba previsto realizar en Urdinarrain, opinó que “se debe
principalmente a que el impacto que le causó el estudio que se realizó donde
mayor concentración de glifosato en la tierra, hay que sumarle el querer hacer
la vista gorda”.
En ese marco, recordó que “hace unos cinco o seis años se
encontró en Urdinarrain un depósito clandestino de envases de agro tóxicos
donde había una casa a 200 metros y que afectó a dos criaturas, que se comprobó
que tienen agroquímicos en sangre”. Tomado del face, DE DANTE PITURA , radio riel fm
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