Ambientalistas reclaman por la gestión de áreas protegidas
Consideran que las tres reservas porteñas deben tener un
trato más restringido que el de un espacio verde
Ambientalistas reclaman por la gestión de áreas protegidas,
consideran que las tres reservas porteñas deben tener un trato más restringido
que el de un espacio verde. Foto: LA NACION / Silvana Colombo
Por Lucrecia Lacroze La ciudad de Buenos Aires cuenta con
407 ha de áreas protegidas, distribuidas en 353 ha en la Costanera Sur, 18 en
la Costanera Norte y 36 en el Parque Natural Lugano. Su importancia es
fundamental en la conservación de la fauna y flora nativa y la conservación del
patrimonio ambiental local. Sin embargo, especialistas en medio ambiente
reclaman que estos espacios estén gestionados históricamente como un espacio
verde más, en lugar de hacerlo como reservas urbanas.
Ana Di Pangracio, directora adjunta de la Fundación Ambiente
y Recursos Naturales (FARN), advierte sobre lo que considera un mal manejo de
estos espacios y da un ejemplo de la reserva Costanera Sur: "Se le ha
puesto un avance de cemento en la reserva para poner aparatos para hacer
ejercicio, se permite una alta carga de bicicletas, mucho alambrado, todo
manejo que no va en línea con lo que implica gestionar un área protegida".
Ambientalistas reclaman por la gestión de áreas protegidas,
consideran que las tres reservas porteñas deben tener un trato más restringido
que el de un espacio verde
Ambientalistas reclaman por la gestión de áreas protegidas,
consideran que las tres reservas porteñas deben tener un trato más restringido
que el de un espacio verde. Foto: LA NACION / Silvana
Colombo
Por su parte, fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio
Público dicen que "en las áreas protegidas urbanas se busca resguardar y
revitalizar remanentes de paisaje natural que han sido poco alterados por causa
de actividades antrópicas". Y destacan que es importante poder brindar al
habitante de la ciudad la posibilidad de tomar contacto con los ambientes
naturales, y que a través de los viveros protegidos y las normas que rigen los
espacios se protegen la flora y fauna nativa.
"Ningún gobierno entendió, hasta ahora, que son
espacios de uso diferencial que requieren un plan específico de manejo",
afirma Carlos Fernández Balboa, coordinador de Educación Ambiental de Fundación
Vida Silvestre.
En la Reserva Ecológica Costanera Sur se pueden apreciar más
de 575 especies de plantas y 385 variedades de animales, que llevaron a que
fuera declarada un sitio Ramsar, es decir, un humedal con importancia
internacional.
Ambientalistas reclaman por la gestión de áreas protegidas,
consideran que las tres reservas porteñas deben tener un trato más restringido
que el de un espacio verde. Foto: LA NACION / Silvana Colombo
Este año la Legislatura porteña aprobó la urbanización de la
villa Rodrigo Bueno, que restará entre seis y ocho hectáreas a esta reserva.
Las áreas protegidas cuentan con una protección legal específica que define los
límites geográficos y objetivos de manejo, que, en este caso, según los
especialistas, se desestimaron. "Es un pésimo antecedente", dice
Fernández Balboa.
La Costanera Norte está ubicada detrás de los pabellones de
Ciudad Universitaria, en tierras ganadas al Río de la Plata. Cuenta con más de
200 especies de flora y de fauna. Se creó en 2012 bajo una ley que especificó
que su implementación comenzaría 90 días posterior a la ley, tras la firma de
un acuerdo entre el gobierno porteño y la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Pero la "implementación", que definiría un plan de manejo, lleva
cinco años de retraso.
Allí, se pueden observar algunas mejoras como el puente de
la entrada y la limpieza del borde costero. Pero según Di Pangracio, preocupa,
entre otras cosas, el avance de las especies de árboles exóticas por sobre las
nativas.
Los especialistas coinciden en que el Parque Natural Lago
Lugano, con 36 hectáreas, es el área protegida mejor gestionada, ya que es más
nueva y fue creada con otra visión. Existen distintos tipos de gestión de estas
áreas: que el responsable llegue a través de un concurso; la incorporación de
un Consejo de Gestión compuesto por especialistas; y la que propone Vida
Silvestre, una cogestión que involucre a una organización especializada. Tomado
de la nación de ar
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