EEUU intervendrá en las elecciones bolivianas Por Hugo
Moldiz Mercado
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan
necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se
conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Por Hugo Moldiz Mercado *
Venezuela, Nicaragua y Cuba son la prioridad para Estados
Unidos. Eso no significa que se vayan a quedar inmóviles ante Bolivia, donde
Evo Morales sube en la intención de voto para las elecciones generales.
Sin que sea todavía de la magnitud de las acciones
desplegadas contra las revoluciones venezolana y nicaragüense, con un claro
énfasis puesto en la primera, Estados Unidos ha enviado señales al presidente
Evo Morales, a través de distintas vías, para que desista de presentarse en las
elecciones generales de este año.
Los mensajes estadounidenses no sorprenden. Forman parte de
la contraofensiva imperial y conservadora contra los procesos y gobiernos
revolucionarios y progresistas de América Latina, como parte de su manifiesto
interés de que el mundo no pierda su carácter unipolar. La estrategia de
“América first” que desarrolla la administración Trump no es incompatible con
su “misión”, casi mesiánica, de ser el líder que modele y regule el movimiento
planetario, más aún en un momento en que China y Rusia, le compliquen el
tablero geopolítico.
No hay que apelar a las ciencias ocultas ni ser demasiado
riguroso en el conocimiento de la historia de América Latina, que no es otra
que la historia de las intervenciones de EEUU en los asuntos internos de los
países, como para no asegurar que Evo Morales también está en la mira de
Washington. La estabilidad lograda por el gobierno boliviano y la permanente
posición de condena de Evo Morales contra las acciones estadounidenses
representan un mal ejemplo para el imperialismo que no puede tolerar.
La intromisión de EEUU en los asuntos internos de Bolivia es
de larga data. Para no irnos a toda esa historia solo mencionar la abierta
injerencia del embajador Manuel Rocha en las elecciones de 2002, cuando llamó a
no votar por Evo Morales si no se quería poner en riesgo la asistencia de ese
país para encarar temas de desarrollo (a través de la USAID) o las remesas que
procedían de la comunidad boliviana. Destacan también las reuniones de Philip
Golberg con la oposición boliviana que desarrollaba acciones antidemocráticas
en 2008 o de las tareas de inteligencia política desplegadas por la DEA. La
respuesta boliviana fue la expulsión del embajador estadounidense y de la
fuerza antidrogas.
Por tanto, sería una completa ingenuidad, con consecuencias
muy graves para Bolivia y el Proceso de Cambio, si el gobierno y los
movimientos sociales no toman en cuenta la historia pasada y presente de EEUU y
si no se preparan para enfrentar los planes que con seguridad vienen
planificando para el momento preciso.
Es verdad, como lo señalan los estrategas de ese país, que
la prioridad son Venezuela, Nicaragua y Cuba, a los que consideran países
miembros del “eje del mal”. Pero también es cierto, que Estados Unidos nunca ha
tolerado ni el más mínimo gobierno reformista en la región.
Es más, los desesperados llamados de la derecha boliviana,
como los de Carlos Mesa, Oscar Ortiz y el operador del Departamento de Estado,
Jorge Quiroga, de que la OEA –léase EEUU- active la Carta Democrática
Interamericana contra Bolivia o que la Corte Interamericana de Derechos Humanos
responda negativamente a la “opinión consultiva” de si la reelección es o no un
derecho humano, muestran que se pretende incidir “desde fuera” en las
elecciones generales lo que no pueden lograr “desde dentro”.
Esta convocatoria de la oposición adquiere mayor cuerpo, en
un momento en que Evo Morales se encuentra a pocos puntos de superar la barrera
del 51 por ciento de preferencia electoral o en el peor de los casos de
alcanzar una diferencia de más de 10 puntos frente al segundo.
Pues bien, veamos esos hechos políticos que fundamentan la
tesis de la intromisión de EEUU en los asuntos internos de Bolivia en miras a
las elecciones próximas:
El 30 de noviembre de 2017, un comunicado oficial del
Departamento de Estado de los Estados Unidos “instaba” al presidente Morales a
respetar el referéndum del 21 de febrero de 2016 y a no presentar su
candidatura para las elecciones de 2019, que definirá al gobierno que conducirá
este país andino en el período 2020-2025.
“El pueblo de Bolivia ha hablado claro. Estados Unidos les
apoya e insta al actual Gobierno de Bolivia a que respete el resultado de esos
referendos”, establece textualmente el comunicado del gobierno estadounidense
al rechazar la sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional” del 28 de
noviembre de 2017 que habilita a todas las autoridades electas –incluidos Evo
Morales y Álvaro García Linera- a presentarse en las elecciones nacionales y
subnacionales.
Otro comunicado del mismo origen, fue emitido el 17 de
diciembre de 2018, un mes y diez días antes de que se llevaran adelante las
elecciones primarias que legitimaron los binomios presidenciales presentados
por las organizaciones políticas y en las que el MAS recibió un contundente
respaldo de su militancia a la fórmula Evo Morales-Álvaro García Linera. Estos
dos párrafos del comunicado son bastante claros:
“Estados Unidos se suma a la Unión Europea para subrayar que
las amenazas contra jueces del Tribunal Supremo Electoral no son propicias para
crear condiciones necesarias para celebrar elecciones libres y justas en 2019”.
“El respeto a la independencia del Poder Judicial, el
pluralismo político y la libertad de expresión son derechos fundamentales y
pilares fundamentales de la democracia y del estado de derecho”.
Pero eso no es todo. Las acciones contra Bolivia no solo han
provenido de la Casa Blanca, sino del propio Congreso de los Estados Unidos.
Veamos:
La congresista estadounidense, de origen cubano y de la
línea dura contra los gobiernos de izquierda, Ileana Ros-Lehtinen, pidió en una
sesión del congreso de su país al presidente Trump: “el pueblo boliviano
necesita nuestra ayuda, señor presidente y debemos comenzar a prestar atención
a lo que está sucediendo aquí en nuestro hemisferio”.
Pero más significativa ha sido la resolución legislativa,
luego trasladada al Comité de Asuntos Exteriores, en la que tres congresistas
de una comisión bipartidista señalan:
“Bolivia se encamina a una dirección muy peligrosa,
alineándose con regímenes ilegítimos e ilegales, incluido el de (Nicolás)
Maduro en Venezuela. Es importante que todas las partes respeten la
Constitución de Bolivia, que incluye límites de mandatos”, señaló el senador
republicano Ted Cruz. La resolución, liderada por el legislador demócrata Bob
Menéndez, pide a las democracias latinoamericanas, incluyendo Bolivia, que
respeten “las pacíficas transferencias regulares de poder a través de
elecciones”.
“Debemos tener un enfoque claro y coherente contra cualquier
líder electo que intente extender su control del poder al eludir la propia
Constitución de su país”, subrayó Menéndez, el miembro demócrata de mayor rango
del Comité de Relaciones Internacionales del Senado de EEUU.
A manera de cierre. EEUU y la oposición no de detendrán en
su estrategia de inmiscuirse en los asuntos internos de Bolivia. El grado y la
profundidad en que lo hagan depende de varios factores internos y externos,
entre ellos de cómo evolucione la situación venezolana. Enviado por pimpignato Osvaldo
No hay comentarios:
Publicar un comentario