Cochabamba
- Alegoría Imagen que alude el anonimato y sufrimiento de
los niños que quedan huérfanos. | ARCHIVO
No existen datos oficiales de cuántos menores quedaron
huérfanos producto de los feminicidios en Bolivia, pero sí hay historias de
niños y niñas (muchos hermanitos) que llegan a hogares porque no tienen
parientes que los puedan cuidar o, si los tienen, son de escasos recursos;
también están los infantes que se quedan al cuidado de una familia ampliada.
La Fiscalía y la Fuerza Especial de Lucha Contra la
Violencia (Felcv) se limitan a dar la cifra de cuántas mujeres fueron
asesinadas por razones de género (26 hasta marzo de este año), pero no hay
nombres, circunstancias en las que perdieron la vida, si dejaron niños en la
orfandad y mucho menos quién se hizo cargo de ellos.
Los Tiempos conoció la historia de algunos niños que están
en centros de acogida. Las causas comunes más habituales son el abandono,
violencia, pobreza, afectación emocional y física.
María (14), Pedro (9), Francisco (7) y Ana (4) —nombres
ficticios—, hijos de Albina Sánchez (35), aparecen sonriendo en una foto en el
centro Lluvia de Ángeles de Voces Libres, una ONG que, además de ellos, tiene
otros 11 niños en la misma situación. Pero no fue fácil para ellos sonreírle
otra vez a la vida porque antes de saber que su madre había fallecido en manos
de su padre José Carlos S. O. (41), sufrieron dos años pensando que ella les
había abandonado.
El 13 de abril de 2016, José Carlos S. O. mató a Albina y
arrojó su cuerpo al pozo de la granja donde ambos trabajaban en Sacaba, luego
reportó ante la Policía que su esposa había desaparecido. “Durante dos años,
hizo creer a sus hijos que su madre los había abandonado. Vivieron con las
hermanas de su padre, porque él no era responsable. Los niños se criaron en
medio de violencia y descuido”, relata la responsable de Voces Libres en
Cochabamba, Mercedes Cortez.
Los niños sufrieron varios traumas: ser testigos de las
agresiones que sufría su madre por parte de su padre, el supuesto abandono de
ella por dos años, ver la detención de su padre cuando la Policía descubrió el
macabro hecho. “Ahora están en una etapa de negación, pese a que su padre
agredía a su madre, no aceptan que él pudo haber hecho eso”, dijo una
profesional que trabaja con los menores.
Señala que el trauma de perder a un ser querido de esta
forma deja en crisis a los niños, por lo que requieren de terapias psicológicas
y alternativas de largo tiempo. En este caso, incluyó que los niños puedan
despedirse de su madre viendo su fotografía para “soltar un poco el dolor” y de
esta forma “cerrar el círculo”. Sin embargo, aún queda un largo camino para que
estos niños puedan recuperarse.
Otros casos
Aldeas Infantiles SOS, a la fecha, tiene 11 niños huérfanos
producto de feminicidio. Hace tres años recibió a cuatro hermanos (tres varones
y una mujer) de 10, 9, 6 y 3 años que vivieron en medio de un ambiente de
violencia y conflictos familiares.
En febrero de 2016, los hermanos llegaron a este centro de
manera circunstancial, desde entonces reciben apoyo emocional y terapia
psicológica para superar su perdida.
La gerente Operativa de Territorio, Rosario Llanos Terán,
explicó que Juan, el hermano mayor, presentó una situación difícil y le costó
más que a sus hermanitos adaptarse a una nueva vida. “Estos niños llegan con
actitudes de desadaptación, cuesta que se adapten a la nueva unidad educativa.
Las situaciones a las que estuvieron expuestos hacen que tengan resistencia a
la educación, ésa es una forma de mostrar que no están sintiéndose bien”.
En 2017, llegaron dos hermanas de 13 y 15 años, pero no sólo
quedaron huérfanas porque su madre fue asesina, sino que una de ellas fue
testigo del hecho. “Ambas llegaron muy afectadas, una de ellas tuvo que
someterse a un tratamiento psiquiátrico, su depresión fue tratada con fármacos.
Actualmente, las dos están estables, tienen contacto con su padre biológico, cuya
participación en el suceso fue desvirtuada”, dijo la gerente Operativa de
Territorio de Aldeas Infantiles SOS, Jenny Berzaín.
Argentina y Uruguay pagan pensión a hijos
Las legislaciones de feminicidio de Argentina y Uruguay
incluyen el trabajo de reparación para los hijos e hijas de las mujeres que
mueren producto de un feminicidio.
En tanto que Venezuela y Perú, más los otros dos países
mencionados, cuentan con una ley específica de protección a los hijos que
quedaron huérfanos producto de un feminicidio.
En Bolivia, la Ley 348 para Garantizar a las Mujeres una
Vida Libre de Violencia establece en su artículo 36: “A consecuencia de un
delito de feminicidio cometido por el cónyuge o conviviente, quedaran hijas e
hijos menores de edad huérfanos, éstos serán puestos de inmediato bajo custodia
de los abuelos u otro familiar cercano por línea materna, con el acompañamiento
de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia en tanto se establezca la guarda
legal, debiendo acceder toda la familia al sistema de protección de víctimas y
testigos del Ministerio Público y al sistema de atención que esta ley prevé”.
El delegado de la Defensoría del Pueblo en Cochabamba,
Nelson Cox, señala que existe un vacío normativo en la Ley 348 y el Código
Niño, Niña y Adolescente, respecto a los “hijos del feminicidio” porque no
existe el debido cuidado y la guarda legal que debe “estar regularizada una vez
se conozca el fallecimiento de una mamá víctima de feminicidio”.
CASOS REGISTRADOS
EN CERCADO HAY 17 CASOS
2019
•
Jhanet Verónica Nicolás Flores (42). Dos hijos se encuentran con el padre.
•
Estefany Simons Balderrama (25). Cuatro hijos: uno se encuentra con la madrina,
uno con el padre biológico y dos hijos en hogares (situación de calle).
2018
•
Maeva Mayte Quispe Ortiz (19). Tres hijos que se encuentran con la familia
materna.
2017
•
Fanny Pardo Rodríguez (25). Una niña que se encuentra con la familia materna.
•
Paola Lineth Flores Ledezma (27). Dos hijas que se encuentran con la familia
materna.
2016
•
María Cristina Salazar (71) y Ayde Salazar Rojas (30) —doble feminicidio—.
Cuatro hijos que se encuentran en aldeas infantiles SOS.
•
Marina Marzana Ventura (37). Una hija de dos años que se encuentra con la
familia materna.
TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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