La ciudad se está tragando el campo
Los desastres naturales y el cambio climático son otros de
los enemigos del agro.
Foto: Archivo / EL TIEMPO
La minería y la expansión urbana están cercando al
campesinado. Radiografía del agro bogotano.
La Bogotá urbana, la de grandes edificios y obras de
infraestructura y movilidad, está devorando a la Bogotá rural, una de ganado y
cultivos de papa, arveja y habas.
Aunque solo el 25 por ciento del territorio de la capital es
urbano, el acelerado proceso de urbanización en zonas de periferia, los
rellenos sanitarios y la minería están avanzando con rapidez sobre los
campesinos bogotanos, que ocupan el restante 75 por ciento de la ciudad.
En las localidades de Usaquén, Santa Fe, Chapinero, San
Cristóbal, Usme, Suba, Ciudad Bolívar y Sumapaz viven 48.144 campesinos,
algunos de ellos tradicionales en la zona y otros desplazados, según cifras del
Distrito.
Históricamente, la capital les ha prestado poca atención a
estos asentamientos y por eso han crecido sin planificación, a pesar de que
desde el 2000 fueron incluidos en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
“Bogotá vive una paradoja. Somos la única ciudad del mundo
que ha insertado a la población rural, pero al mismo tiempo la invisibiliza, la
margina y le pone ahí las basuras”, señaló Manuel Enrique Martínez,
investigador de la Universidad Javeriana, coautor del libro Pobladores y
espacios rurales en la ciudad de Bogotá.
Las preocupaciones
Los líderes campesinos y expertos esperan que eso cambie con
las modificaciones del POT. Lo que le piden al Distrito es la creación de una
Secretaría Rural y que se regulen las zonas de borde entre el campo y la ciudad,
para que no se degrade el agro. “El tema se ha ambientalizado y prima una
visión de conservación. El dilema es si esas áreas se conservan con los
pobladores rurales o sin ellos. Y, si se hace sin ellos, ¿dónde los metemos?”,
señaló Pérez.
El director de ambiente y ruralidad de la Secretaría de
Planeación, Andrés Ramírez, aseguró que no será así. “Es un mito que con el
nuevo POT nos olvidemos de los campesinos, porque reconocemos su vocación
agropecuaria y protegemos sus modos de vida”, anotó.
De hecho, en la propuesta de la Administración “casi la
totalidad del suelo rural se convierte en suelo protegido”, con áreas de
protección ambiental y de producción agropecuaria.
Campesinado, en riesgo
El gran problema del mundo rural es la conurbación, un
fenómeno en el que las ciudades y municipios se expanden y cercan al campo
hasta forzarlo a desaparecer, tal y como está sucediendo entre Bogotá y Soacha.
Para Pérez, “esos bordes no son localidades ni barrios. Es
clave que el POT defina lo que sucederá ahí, para dar reconocimiento social a
quienes viven en esas zonas”. Otra amenaza es la proximidad de los
asentamientos rurales del sur a las zonas de riesgo de desastre, no solo por la
inestabilidad del suelo, sino el relleno sanitario que ha generado enfermedades
en la población infantil.
Y aunque hay colegios y centros médicos, la infraestructura
de servicios públicos es escasa. Pérez lamentó: “Se les ha dado poca atención a
los acueductos veredales y no hay acceso al agua. Los campesinos protegen el
bosque, pero no reciben recursos para cuidar la infraestructura”.
Lo que cambiará el nuevo POT
Transferirán el 75% de los recursos producidos en el centro
ampliado hacia las zonas rurales.
Andrés Ramírez, director de ruralidad de la Secretaría de
Planeación, explicó las medidas del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para
el campo.
1. Permitirá la construcción de colegios, centros de salud y
salones comunales de menos de 1.500 metros cuadrados, en lotes de mínimo 3
hectáreas.
2. Reducirá la urbanización de los bordes rurales y se crearán zonas de conservación.
3. En el borde sur, las áreas de expansión urbana se clasificarán como suelo rural.
4. El 75% de los recursos que se generen en el centro ampliado se destinarán a las zonas rurales, y se creará un programa para desarrollo rural sostenible.
2. Reducirá la urbanización de los bordes rurales y se crearán zonas de conservación.
3. En el borde sur, las áreas de expansión urbana se clasificarán como suelo rural.
4. El 75% de los recursos que se generen en el centro ampliado se destinarán a las zonas rurales, y se creará un programa para desarrollo rural sostenible.
NATALIA GÓMEZ
tomado de el tiempo de Colombia
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