Roma, Italia | EFE FAO desarrolla software para proteger a
tiburones en peligro de extinción
La FAO explicó que este sistema informático "se basa en
técnicas de aprendizaje automático" y está dirigido a "inspectores
portuarios, agentes de aduanas, inspectores de mercados y comerciantes de
pescado que carecen de capacitación taxonómica formal" La Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, desarrolló una
herramienta digital para "proteger a las especies de tiburones en peligro
de extinción y combatir el comercio ilegal" de aletas. "El nuevo
programa informático, denominado en inglés iSharkFin, ayudará a proteger a las
especies de tiburones en peligro de extinción y a combatir el comercio ilegal
de aletas de tiburón", informó hoy la organización con sede en Roma en un
comunicado. Se trata de una iniciativa cuya labor de desarrollo comenzó en 2013
y que en la que ha trabajado también la Universidad de Vigo (España). La FAO
explicó que este sistema informático "se basa en técnicas de aprendizaje
automático" y está dirigido a "inspectores portuarios, agentes de aduanas,
inspectores de mercados y comerciantes de pescado que carecen de capacitación
taxonómica formal". El programa permite introducir una fotografía del
tiburón para elegir "algunos puntos clave de la forma de la aleta -además
de identificar otras características-", y después "un algoritmo
compara la información con su banco de memoria e identifica la especie". El
proceso tarda alrededor de cinco minutos, aseguró la organización de la ONU, y
"puede identificar 35 especies de tiburones a partir de sus aletas
dorsales -la más conocida, en la parte superior del animal- y siete mediante
las aletas pectorales que tiene debajo". Con este sistema, la FAO pretende
proteger a un animal del que, según sus estimaciones, al año mueren más de 73
millones de ejemplares, o lo que es lo mismo, "más de un 6 % de la
población total".
"Este número es superior a la tasa considerada
sostenible para un animal que necesita mucho tiempo para madurar y tiene pocas
crías y es cuatro veces superior a la cifra registrada por la FAO sobre la base
de estadísticas oficiales", agregó la organización. Parte de estas
muertes, explicó la FAO, se producen después de cercenar sus aletas "y
devolver el animal moribundo de nuevo al mar", una práctica que ha sido
declarada ilegal por muchas naciones, que insisten en que "las aletas
pueden ser objeto de comercio sólo si se lleva a tierra el cuerpo
completo". Tomado de nuevo diario de Nicaragua
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