Importante caída en
cultivos ilícitos, por Gino Costa En tres años se ha logrado revertir el
incremento en hectáreas cultivadas de hoja de coca experimentado entre el 2000
y 2011 Devida: dinero y negocios de Sendero Luminoso serán incautados Devida
destinó 19 millones de soles para la región San Martín Municipalidades
recibirán S/.30 millones para lucha antidrogas Notable ha sido la caída de las
hectáreas cultivadas de hoja de coca en lo que va de la presente
administración. Entre el 2000 y el 2011 el incremento fue sostenido, pasando de
43.400 a 62.500 hectáreas; desde entonces la extensión de los cultivos ilícitos
no ha dejado de reducirse, hasta llegar a 42.900 hectáreas en el 2014, según la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y Devida.
Así, en tan solo tres años se revirtió el incremento experimentado durante la
última década. Este logro ha sido el resultado de la decisión política de
erradicar los cultivos de hoja de coca. Hasta el 2011 la meta anual y la
erradicación nunca superaron las 10.000 hectáreas; desde entonces la situación
cambió. El 2012 se erradicaron más de 14.000, el 2013 casi 24.000 y el 2014 más
de 31.000. En lo que va del año se han erradicado casi 21.000 hectáreas, lo que
hace previsible que se supere la meta de 26.000. Los logros más importantes del
esfuerzo de erradicación han tenido lugar en el Alto Huallaga, hasta hace muy
poco uno de los tres más grandes valles cocaleros del país, donde actualmente
los cultivos ilícitos no exceden las 1.500 hectáreas. Las hectáreas también se
han reducido en La Convención-Lares y en los valles de Pichis-Palcazú-Pachitea
y Aguaytía. En cambio, en el Vraem la caída ha sido mínima, por cuanto la
erradicación voluntaria y la reconversión productiva no han dado resultados. El
esfuerzo es más meritorio si se considera que Colombia venía reduciendo sus
cultivos sostenidamente desde la década pasada, lo que parecía condenarnos a
ser víctimas inevitables del “efecto globo”. Empero, Perú y Bolivia lograron
evitarlo y es más bien Colombia la que retrocede por una pérdida en su impulso
erradicador, que ha permitido que las hectáreas cultivadas pasen de 48.000 a
69.000 en el último año. Este deterioro se acentuará con el abandono de la
aspersión aérea, que en el 2014 representó más del 80% de la erradicación. Otros
aspectos de la política antidrogas peruana no han tenido los mismos resultados.
Si bien la incautación de insumos químicos ha mejorado, sigue constituyendo una
pequeñísima fracción de los insumos desviados al narcotráfico. Lo mismo se
puede decir de la incautación de drogas cocaínicas, que aunque llegó a 30
toneladas el año pasado, alrededor del 10% de la producción potencial de
cocaína, sigue constituyendo casi una sexta parte de lo incautado por Colombia
(166 toneladas). Quizá el más grande
desafío de la política antidrogas sigue siendo el Vraem, de donde se sostiene
salen por vía aérea por lo menos cinco avionetas cargadas de drogas cocaínicas
al día, sin que hasta el momento el Congreso apruebe un sistema de interdicción
aérea. También sigue sin existir un eficiente sistema de control de insumos
químicos y de inteligencia que lleve a la desarticulación de los clanes
familiares que controlan el narcotráfico en el valle. TOMADO DE EL COMERCIO DE
PERU
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