Baracoa rinde
homenaje hoy al Mayor General Calixto García Íñiguez
El jefe mambí
desembarcó el 24 de marzo de 1896 por playa Maraví con el objetivo de
incorporarse a la Guerra Necesaria Autor: Jorge Luis Merencio Cautí |
Foto: Archivo BARACOA,
Guantánamo.—El aniversario 120 del desembarco del Mayor General Calixto
García Íñiguez por playa Maraví, con el objetivo de incorporarse a la Guerra
Necesaria, será conmemorado hoy por el pueblo baracoense en el propio sitio
donde se produjo el hecho histórico, el 24 de marzo de 1896.
Tras varios intentos fallidos por llegar a Cuba, los que no
mellaron su moral ni su afán independentista, el jefe mambí arriba a la
mencionada playa en el vapor Bermuda, al frente de 78 expedicionarios y un
valioso cargamento de pertrechos bélicos. Entre estos últimos se relacionan 2
000 rifles y un millón de tiros, dos cañones, una tonelada de dinamita, así
como medicinas y otros importantes suministros, que convirtieron a esa
expedición en la mayor de las cuatro que arribaron a la Isla durante la Guerra
del 95. Al desembarcar por Maraví fue recibido por el sargento Severino Gomero
y otros siete hombres del regimiento Rosado, después denominado Baracoa, a
las órdenes de Félix Ruenes. Descansa con su tropa en una finca cercana y posteriormente
se incorpora a la prefectura Naranjal del Toa, donde viene a buscarlo el
General Pedro Agustín Pérez, acompañado por combatientes del regimiento
Hatuey. Historiadores y jefes militares reconocen el enorme esfuerzo que
representó para hombres semidesnudos y en su mayoría descalzos, trasladar la
gran cantidad de pertrechos de guerra atravesando las empinadas cuestas de las
Cuchillas del Toa, hasta su arribo al cafetal Dos Amigos, ya en territorio de
Guantánamo. Al conocer del desembarco del bravo mambí, el General en Jefe
Máximo Gómez y el Consejo de Gobierno le encargan el mando del Departamento
Militar de Oriente, responsabilidad que ocupa a finales de mayo de 1896. A
partir de esa fecha el llamado León holguinero (nace en Holguín el 4 de agosto
de 1839) se alzó con la victoria en numerosos combates, atacó y tomó
importantes ciudades, desgastó al enemigo español asaltándole los convoyes de
suministros y estableció una región de operaciones que abarcaba Bayamo,
Manzanillo, Las Tunas, Palma Soriano, Holguín y Niquero. Tras la caída del
Mayor General Antonio Maceo, el 7 de diciembre de 1896, Calixto García fue
nombrado Lugarteniente General del Ejército Libertador, manteniendo el cargo de
jefe del Departamento Oriental. General de las tres guerras por la
independencia de Cuba, sobresalió por su sólida formación militar, adquirida de
forma autodidacta. Su experiencia y arrojo en el combate impidieron que las
tropas españolas aniquilaran a las de Estados Unidos en Santiago de Cuba, tras
la intervención de este último país en la guerra cubano-hispana.
Calixto García es considerado uno de los principales
estrategas de las guerras de independencia cubanas. Fue el jefe que más
empleó la artillería, para lo cual debió dominar los conceptos técnicos y
balísticos. Desarrolló el arte de sitiar y tomar ciudades y poblaciones, además
de atacar a grandes columnas enemigas. Una lección de su valentía la dio el 6
de septiembre de 1874, cuando hallándose acompañado solamente por unos 20
efectivos, el enemigo logró cercarlo en San Antonio de Baja, cerca de Veguitas,
en Bayamo. Ante tal situación prefirió morir y no caer en manos de los
españoles, disparándose un tiro en la boca. Su frente quedó marcada para
siempre por la salida del proyectil. Solo así, gravemente herido, pudo ser
hecho prisionero y enviado a las cárceles de Pamplona y Alicante, en España,
donde permaneció cuatro años, tras los cuales fue puesto en libertad en 1878. En
demostración de civismo y concepto de la dignidad, en julio de 1898 envió una
carta al general William Rufus Shafter, jefe de las tropas yanquis que
impidieron la entrada de los mambises a Santiago de Cuba, en la que revela con
crudeza las verdaderas intenciones de la ocupación del país. Calixto García
Íñiguez murió el 11 de diciembre de 1898 mientras cumplía una misión del
gobierno cubano ante el presidente de Estados Unidos, Willian Mc Kinley. Su
ejemplo de revolucionario cabal, que hoy se rememora en Baracoa, perdurará por
siempre. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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