Andrea Gamarnik recibió ayer el premio internacional
L'Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia por sus estudios sobre el virus del
dengue; la distinción se otorga todos los
Las laureadas L''Orèal-Unesco: Gamarnik, Chen, Abdool Karim,
Charpentier, Doudna.Foto:Genileza L''Orèal
PARÍS.- "Cuando, en tercer año de la facultad, entré a
un laboratorio y vi las carpetas, los instrumentos, pensé: yo quiero trabajar
aquí." "Descubrí que los virus son fascinantes, porque hacen cosas
que uno no puede predecir." "Estudié en la universidad pública, y
sentí que tenía que regresar y devolver lo que había recibido." "No
pensé que iba a ser internacionalmente reconocida. Y lo que encontramos en
dengue es verdad para otros 50 virus." "Celebramos la pasión por la
ciencia de varias mujeres de todo el mundo. Muchos creen que la diferencia de
géneros es algo del pasado, pero todavía tenemos que avanzar. Este programa nos
invita a pensar, a ser inteligentes, a ser creativos para encontrar caminos que
permitan eliminar los obstáculos." "En lo personal, hoy es un día muy
especial: mi corazón está en las calles de Buenos Aires, donde en este momento
se está realizando la más grande demostración a favor de los derechos humanos.
El programa Mujeres en la Ciencia de L'Oréal y Unesco también es sobre derechos
humanos, libertad para pensar y trabajar." Conceptos como éstos y otros
que hilvanó, con inocultable emoción, la investigadora argentina Andrea
Gamarnik arrancaron el aplauso más intenso y prolongado de la noche en la
Maison de la Mutualité de París, donde ayer se entregaron los premios
L'Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia a las cinco científicas más
destacadas del momento, una por continente. El encuentro reunió en el barrio
latino de la ciudad luz a delegaciones llegadas de los cuatro puntos cardinales
para honrar el talento de mujeres que están haciendo aportes insoslayables al
conocimiento y cambiando el mundo: Gamarnik, por sus estudios en dengue;
Quarraisha Abdool Karim, de Sudáfrica, que demostró que las niñas de entre 14 y
19 años tienen 8 veces más riesgo de infectarse con el VIH que los varones de
la misma edad, y que desarrolló un gel vaginal que pueden usar para reducir el
riesgo del virus; Hualan Chen, de la China, que encabeza la primera línea de
defensa y monitoreo de mutaciones mortales del virus de la gripe, Jennifer
Doudna, de los Estados Unidos, y Emmanuelle Charpentier, francesa que trabaja
en Alemania, por haber descubierto una suerte de escalpelo molecular que
permite editar el genoma como si fuera un procesador de texto (ver aparte). Los
nombres de ambas ya suenan para el Nobel. Todas coincidieron en subrayar la
importancia de la investigación conducida por la curiosidad, la relevancia de
la ciencia básica.
Además, se entregaron becas a "talentos
nacientes": 15 jóvenes investigadoras en tecnología e ingeniería, ciencias
físicas, ciencias ambientales y tecnología médica llegadas de Hungría, Arabia
Saudita, China, Brasil, Dinamarca, Estados Unidos, México, Rusia, Francia, los
Emiratos Árabes Unidos, España, Líbano, Japón, Polonia y Australia. "Por
mucho tiempo, las mujeres fueron excluidas de la ciencia -dijo al abrir la
ceremonia Irina Bokova, directora general de la Unesco-. A algunas les robaron
sus trabajos o debieron hacerlos firmar por hombres. Esto es una violación de
derechos humanos. Nuestro papel es iluminar estas inequidades, apoyar a las
mujeres científicas y formar a jóvenes maestras. Con este programa, inspiramos
a mujeres de todo el mundo. Mi deseo es que en todas las escuelas, cuando una
niña escuche que la ciencia no es para mujeres, conteste "Yo también puedo
hacerlo"."
Y agregó Jean-Paul Agon, director de la fundación L'Oréal:
"Esta noche somos todos feministas. Las mujeres que hacen ciencia son
heroínas de los tiempos modernos."
Manifiesto por la
equidad El jurado que eligió a las cinco laureadas de este año fue
presidido por Elizabeth Blackburn, premio Nobel de Medicina o Fisiología 2009
por haber descubierto la telomerasa, una enzima que forma los telómeros
(extremos de los cromosomas) durante la duplicación del ADN. Blackburn había
recibido el premio L'Oréal-Unesco un año antes. Entre los 13 científicos
eminentes que tuvieron a su cargo la tarea figura la argentina Ana Belén
Elgoyhen, del Instituto de Ingeniería Genética y Biología Molecular del Conicet
(Ingebi) y ella misma laureada L'Oréal-Unesco 2008. Ayer también se lanzó una
campaña digital para comprometer a la comunidad científica y al público a
firmar un "Manifiesto para las Mujeres en la Ciencia". Propone
"alentar a las niñas a seguir carreras científicas; eliminar barreras que
eviten el abandono de la carrera a las mujeres investigadoras; priorizar el
acceso de mujeres a posiciones de liderazgo en la ciencia; celebrar las
contribuciones de las mujeres al progreso científico y social; asegurar la
equidad de géneros a través de la participación en simposios, conferencias y
reuniones; y promover el establecimiento de redes que les permitan a las
jóvenes científicas planificar y desarrollar carreras de acuerdo con sus
expectativas". Los resultados de esta campaña se darán a conocer en la
Novena Conferencia Europea sobre Equidad de Género en la Educación
Universitaria y la Investigación, que se realizará entre el 12 y el 14 de
septiembre próximo en esta ciudad. Para Gamarnik, cuyas palabras conmovieron a
asistentes de todas las latitudes, el de la equidad es un desafío insoslayable.
"Mi sueño es que la ciencia ayude a desarrollar un mundo mejor -dijo-.
Quiero dejar un mensaje para jóvenes mujeres que hoy se preguntan si la ciencia
es para ellas: la ciencia es como un viaje en el que no se repiten los paisajes
y, si tienen la pasión y la curiosidad, entonces la ciencia es para
ustedes". Y concluyó:
"Como dijo el escritor Eduardo Galeano: somos
lo que hacemos para cambiar lo que somos". por Nora Bär - Tomado de la nación de ar
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