viernes, 25 de marzo de 2016

PREMIO POR ESTUDIO SOBRE VIRUS DE DENGUE PARA UNA ARGENTINA


Una científica argentina, en la primera línea de la ciencia mundial
Andrea Gamarnik recibió ayer el premio internacional L'Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia por sus estudios sobre el virus del dengue; la distinción se otorga todos los
Las laureadas L''Orèal-Unesco: Gamarnik, Chen, Abdool Karim, Charpentier, Doudna.Foto:Genileza L''Orèal
PARÍS.- "Cuando, en tercer año de la facultad, entré a un laboratorio y vi las carpetas, los instrumentos, pensé: yo quiero trabajar aquí." "Descubrí que los virus son fascinantes, porque hacen cosas que uno no puede predecir." "Estudié en la universidad pública, y sentí que tenía que regresar y devolver lo que había recibido." "No pensé que iba a ser internacionalmente reconocida. Y lo que encontramos en dengue es verdad para otros 50 virus." "Celebramos la pasión por la ciencia de varias mujeres de todo el mundo. Muchos creen que la diferencia de géneros es algo del pasado, pero todavía tenemos que avanzar. Este programa nos invita a pensar, a ser inteligentes, a ser creativos para encontrar caminos que permitan eliminar los obstáculos." "En lo personal, hoy es un día muy especial: mi corazón está en las calles de Buenos Aires, donde en este momento se está realizando la más grande demostración a favor de los derechos humanos. El programa Mujeres en la Ciencia de L'Oréal y Unesco también es sobre derechos humanos, libertad para pensar y trabajar." Conceptos como éstos y otros que hilvanó, con inocultable emoción, la investigadora argentina Andrea Gamarnik arrancaron el aplauso más intenso y prolongado de la noche en la Maison de la Mutualité de París, donde ayer se entregaron los premios L'Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia a las cinco científicas más destacadas del momento, una por continente. El encuentro reunió en el barrio latino de la ciudad luz a delegaciones llegadas de los cuatro puntos cardinales para honrar el talento de mujeres que están haciendo aportes insoslayables al conocimiento y cambiando el mundo: Gamarnik, por sus estudios en dengue; Quarraisha Abdool Karim, de Sudáfrica, que demostró que las niñas de entre 14 y 19 años tienen 8 veces más riesgo de infectarse con el VIH que los varones de la misma edad, y que desarrolló un gel vaginal que pueden usar para reducir el riesgo del virus; Hualan Chen, de la China, que encabeza la primera línea de defensa y monitoreo de mutaciones mortales del virus de la gripe, Jennifer Doudna, de los Estados Unidos, y Emmanuelle Charpentier, francesa que trabaja en Alemania, por haber descubierto una suerte de escalpelo molecular que permite editar el genoma como si fuera un procesador de texto (ver aparte). Los nombres de ambas ya suenan para el Nobel. Todas coincidieron en subrayar la importancia de la investigación conducida por la curiosidad, la relevancia de la ciencia básica.
Además, se entregaron becas a "talentos nacientes": 15 jóvenes investigadoras en tecnología e ingeniería, ciencias físicas, ciencias ambientales y tecnología médica llegadas de Hungría, Arabia Saudita, China, Brasil, Dinamarca, Estados Unidos, México, Rusia, Francia, los Emiratos Árabes Unidos, España, Líbano, Japón, Polonia y Australia. "Por mucho tiempo, las mujeres fueron excluidas de la ciencia -dijo al abrir la ceremonia Irina Bokova, directora general de la Unesco-. A algunas les robaron sus trabajos o debieron hacerlos firmar por hombres. Esto es una violación de derechos humanos. Nuestro papel es iluminar estas inequidades, apoyar a las mujeres científicas y formar a jóvenes maestras. Con este programa, inspiramos a mujeres de todo el mundo. Mi deseo es que en todas las escuelas, cuando una niña escuche que la ciencia no es para mujeres, conteste "Yo también puedo hacerlo"."
Y agregó Jean-Paul Agon, director de la fundación L'Oréal: "Esta noche somos todos feministas. Las mujeres que hacen ciencia son heroínas de los tiempos modernos."

Manifiesto por la equidad El jurado que eligió a las cinco laureadas de este año fue presidido por Elizabeth Blackburn, premio Nobel de Medicina o Fisiología 2009 por haber descubierto la telomerasa, una enzima que forma los telómeros (extremos de los cromosomas) durante la duplicación del ADN. Blackburn había recibido el premio L'Oréal-Unesco un año antes. Entre los 13 científicos eminentes que tuvieron a su cargo la tarea figura la argentina Ana Belén Elgoyhen, del Instituto de Ingeniería Genética y Biología Molecular del Conicet (Ingebi) y ella misma laureada L'Oréal-Unesco 2008. Ayer también se lanzó una campaña digital para comprometer a la comunidad científica y al público a firmar un "Manifiesto para las Mujeres en la Ciencia". Propone "alentar a las niñas a seguir carreras científicas; eliminar barreras que eviten el abandono de la carrera a las mujeres investigadoras; priorizar el acceso de mujeres a posiciones de liderazgo en la ciencia; celebrar las contribuciones de las mujeres al progreso científico y social; asegurar la equidad de géneros a través de la participación en simposios, conferencias y reuniones; y promover el establecimiento de redes que les permitan a las jóvenes científicas planificar y desarrollar carreras de acuerdo con sus expectativas". Los resultados de esta campaña se darán a conocer en la Novena Conferencia Europea sobre Equidad de Género en la Educación Universitaria y la Investigación, que se realizará entre el 12 y el 14 de septiembre próximo en esta ciudad. Para Gamarnik, cuyas palabras conmovieron a asistentes de todas las latitudes, el de la equidad es un desafío insoslayable. "Mi sueño es que la ciencia ayude a desarrollar un mundo mejor -dijo-. Quiero dejar un mensaje para jóvenes mujeres que hoy se preguntan si la ciencia es para ellas: la ciencia es como un viaje en el que no se repiten los paisajes y, si tienen la pasión y la curiosidad, entonces la ciencia es para ustedes". Y concluyó:
"Como dijo el escritor Eduardo Galeano: somos lo que hacemos para cambiar lo que somos". por  Nora Bär - Tomado de la nación de ar

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