Reforma Laboral dejaría a 61% de los trabajadores fuera
de la negociación colectiva
Cálculo hecho por la Fundación Sol compara estado actual del
proyecto de ley con condiciones reales de sindicalismo y negociación colectiva
en el país. MIPEs, trabajadores con contrato por obra o faena y subcontratados
suman más del 60% de la fuerza laboral chilena. A ellos no les llega la reforma
del
gobierno.
El proyecto de Reforma Laboral, que tantas discordancias ha
generado dentro del oficialismo y que sigue mostrando reparos desde la
oposición, estaría llegando a sus momentos finales de tramitación en el
Parlamento a más de un año envío del proyecto. Aunque todavía quedan trámites
por resolver -tras ser despachado por el Senado, la Cámara discutirá mañana
miércoles para después pasar a comisión mixta- las discordancias en torno a la
“cuarta gran reforma” de la Nueva Mayoría parecen limitarse a negociación inter
empresa y el polémico reemplazo interno, o “adecuaciones necesarias”.
Sin embargo, otro punto ha sido dejado de lado en el
debate: ¿A cuántos trabajadores afecta la Reforma Laboral?
Chile tiene hoy la cifra de un magro 8% de negociación
colectiva, el más bajo de todos los países OCDE. Al enviar el proyecto al
Congreso, la presidenta Michelle Bachelet aseguró que con la reforma se
ampliaría la cobertura de la negociación colectiva. Pero, las cifras
mostrarían lo contrario: Según las actuales condiciones del
proyecto, más del 60% de los asalariados privados se quedan fuera
de la negociación colectiva.
Gonzalo Durán de la Fundación Sol, realizó el
cálculo en torno a cómo está el proyecto, tal cual cómo salió del Senado, teniendo en cuenta
cómo funciona hoy en día la negociación colectiva en Chile y utilizando los
datos de la Encuesta Nacional de Empleo, de febrero de 2016. El economista
identifica tres aspectosen que la Reforma Laboral falla en su
objetivo más básico: ampliar la cobertura.
El primero tiene que ver con los trabajadores de las
micro y pequeñas empresas (MIPEs), que tienen hasta 49
trabajadores. Las últimas indicaciones realizadas en el Senado establecen
que las MIPEs solo pueden formar sindicatos con un mínimo de 8 trabajadores que
representen al 50% de los trabajadores de la empresa. El problema es que la
negociación colectiva en Chile se concentra en la gran empresa, por lo que con
la legislación actual ya es complejo tener sindicatos en este sector. “Al
ponerle una nueva traba, de que el sindicato tiene que representar al 50%, lo
más probable es que la cobertura se va a terminar extinguiendo”, explica Durán.
El segundo grupo de trabajadores a los que no
afectaría la Reforma es el de los que tienen contrato por
obra o faena. El proyecto establece que “las empresas sólo estarán
obligadas a negociar en el caso de que la obra o faena transitoria tenga una
duración superior a doce meses”, siendo que según la Encuesta Nacional de
Empleo, más del 80% de los trabajan bajo esta modalidad es por una antigüedad
inferior a los 12 meses. E incluso si ese 20% accede a la negociación
colectiva, será una de segunda categoría. Es decir, sin derecho a huelga y sin
fuero sindical.
El último punto tiene que ver con los trabajadores
subcontratados o de suministro. El gobierno en el Senado patrocinó una
indicación que le permite a la empresa principal, en caso de huelga de los
trabajadores subcontratados, cambiar de empresa contratista. Corren el riesgo,
entonces, de que en el caso de que quieran irse a huelga, pierdan su contrato
de trabajo.
Haciendo la suma – evitando que se repitan casos entre las
tres situaciones- y considerando a todos los trabajadores, ya sea con o sin
contrato escrito, la Fundación Sol llegó a la cifra de que 3
millones de personas quedarían fuera de la negociación colectiva. Se trata
del 61,4% de los trabajadores del sector privado.
Durán precisa que en términos legales, un contrato de
trabajo es consensual, no necesariamente puesto en papel. Por lo que la cifra
que manejan incluye a los trabajadores sin contrato formal de trabajo. Incluso
si se elimina esto y se considera solo a los que tienen contrato escrito, se
trata del 55,7% de los trabajadores. “Es igual de escandaloso”, dice.
Como la Reforma Laboral no afecta a trabajadores del sector
público, no se tomaron en cuenta en el cálculo. Si se incluyeran, la cifra
sería incluso más abultada.
“La conjura de los necios”
Así es cómo definió el abogado de la Universidad Diego
Portales, José Luis Ugarte, al proyecto del gobierno en una columna de opinión.. “Es un disparate total,
la constatación de que para la izquierda tradicional, la que está en el
gobierno, ni los sindicatos ni los derechos colectivos tienen importancia. La
reforma nunca estuvo dirigida a modificar el eje del Plan Laboral”, agrega
Ugarte.
El experto en derecho laboral recalca que desde
el comienzo, el proyecto no tenía nada que ofrecer a los trabajadores
imposibilitados a formar sindicatos. “El discurso de la CUT, de que antes
era buena y que los senadores DC la dejaron mal, es falso”, agrega.
Para Kirsten Senbruch, del Centro de Estudios de
Conflicto y Cohesión Social de la Universidad de Chile, la cifra a la que llega
Durán le hace sentido, pues es la tónica de toda la legislación laboral
chilena. Da el ejemplo del seguro de cesantía, que en teoría cubre a todos los
asalariados menos los domésticos y públicos, pero que en la práctica deja
afuera a al menos el 50% de la fuerza laboral. “Todas estas políticas
son regresivas porque los que más lo necesitan no están incluidos”, dice.
Esto se debe, según explica, a razones históricas de la
legislación laboral, basada en cotizaciones y no en aportes del Estado. Así,
solo el que aporta, con un empleo formal, está cubierto.
Finalmente, para Gonzalo Durán la cifra refleja cómo la
reforma laboral tropieza en su punto más básico: aumentar la cobertura. “Devela
una forma de entender el sindicalismo por parte el bloque gobernante, con un
sindicato relegado a un espacio en que su voz no tiene influencia en cómo se
piensa la sociedad, la huelga es desnaturalizada, se evita el conflicto”,
afirma.
Para el economista esto es el reflejo de que un proyecto
pensado “en las coordenadas de un sistema abiertamente neoliberal. Por mucho
que queramos fortalecer al actor sindical, con este ejercicio mínimo uno se da
cuenta de que el proyecto tropieza en lo más básico”. TOMADO DE DESCONCIERTO ,
SUGERIDO EN ENVIO DE BOLETIN GAL DE CHILE
No hay comentarios:
Publicar un comentario