Unos 1,7 millones
migraron a la clase media ‘vulnerable’ en 10 años
Si bien el estudio del PNUD identifica una transformación
social en 20 municipios metrópoli de tres
departamentos, se aclara que la
brecha campo-ciudad persiste
) / Aleja Cuevas / La Paz El séptimo informe sobre
desarrollo humano: El nuevo rostro de Bolivia, del PNUD, identifica que en la
última década unos 1,7 millones de personas pasaron de la clase baja a la media
“vulnerable”. El dato se registra en 20 municipios urbanos del eje troncal. “El
informe destaca que en la última década el país pasó del 56% de pobreza al 39%;
esto significa que Bolivia sacó de la pobreza al 17% de la población, que pasó
a un estrato medio, pero muy vulnerable”, señaló a La Razón el representante
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia,
Mauricio Ramírez. Este hallazgo está en el informe nacional El nuevo rostro de
Bolivia, transformación social y metropolización, que el organismo presentará
hoy, a las 19.30, en el auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB). La
investigación fue realizada en 20 municipios urbanos de La Paz, Cochabamba y
Santa Cruz. Según el coordinador del informe, Ernesto Pérez, la inclusión de
dicho 17% a la clase media “vulnerable” tiene dos orígenes: la primera es toda
la transferencia de gasto social del Gobierno a los hogares, como bonos y
programas; y la segunda es el ingreso
laboral. Pérez mencionó que estudios internacionales de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), del PNUD y del Banco Mundial (BM)
indican que el 84% de la mejora se debe al mercado laboral y el 15%, a las
políticas del Gobierno nacional. Para el analista de temas laborales Rodolfo
Eróstegui, el ascenso social a la clase media no se puede dar en una década,
sino que se consolida a través de generaciones, de hijos a hijos. Ramírez
señaló que en el ámbito del país hay una clase media que ocupa el 22%, un grupo
que tiene nivel de educación y formación, acceso a la seguridad social y mayor
estabilidad económica. Riesgos. Explicó que se considera “vulnerable” a este
17% porque en el caso de presentarse una “gran” inflación, los precios de los
servicios y alimentos subirían, y esta población no tendría la capacidad de
adquisición, por lo que subirían los niveles de pobreza. Si bien hay una
reducción de la pobreza en el área metropolitana, aún hay una brecha respecto
al área rural. “No debemos olvidar las áreas rurales, es ahí donde hay núcleos
más duros de desafíos en términos de desarrollo, hay una desigualdad”, apuntó
Pérez. Agregó que gracias la inversión social, traducida en bonos y programas,
se logró que los 1,7 millones engrosen a la clase media y mejoren su calidad de
vida. No obstante, resaltó que es necesario formular políticas con un carácter
integral, que garanticen el bienestar de la población, el acceso a niveles de
educación de alta calidad, la seguridad ciudadana y la protección de los
derechos, porque este grupo será demandante. Pérez destacó que en estos 10
años, Bolivia llevó adelante cambios en lo político, social y económico, lo que
fue positivo en el desarrollo del país, pero sugirió hacer mayores esfuerzos,
más aún cuando la población urbana crece. Bolivia concentra el 46% de la
población en tres áreas metropolitanas: La Paz, El Alto, Palca, Mecapaca,
Achocalla, Viacha y Laja (La Paz); Cochabamba, Quillacollo, Sipe Sipe,
Tiquipaya, Vinto, Colcapirhua y Sacaba (Cochabamba); Santa Cruz, Cotoca,
Porongo, La Guardia, El Torno, Warnes (Santa Cruz). Los datos señalan que en La
Paz y El Alto está la mayoría de la población, con el 18%; Santa Cruz tiene el
17%; Cochabamba, el 11,3%. Ramírez destacó que en medio siglo, desde 1950,
Bolivia pasó de un país con 80% de población en área rural y 20%, urbana, a 70%
de área urbana y 30%, rural. 6 de 10
ganan más de Bs 1.656 Seis de cada 10 ocupados, dentro de las regiones
metropolitanas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, tienen ingresos laborales
por encima del salario mínimo (Bs 1.656), pero la calidad de sus condiciones
laborales es baja, según el último informe nacional del PNUD. El documento
titulado El nuevo rostro de Bolivia, transformación social y metropolización
identifica, además, que solo dos de cada 10 ocupados combinan ingresos y
condiciones laborales adecuadas. El
estudio señala que en las regiones metropolitanas solo el 19% de los ocupados
aporta a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), el 28% cuenta con
seguro de salud, el 29% tiene un contrato escrito y el 57% trabaja una jornada
aceptada como normal, de 48 horas. El mercado de trabajo metropolitano se
refleja en al menos cuatro grupos según el nivel de ingresos y calidad de
empleo: altos ingresos con alta calidad
de empleo (hidrocarburos y bancos); altos ingresos y baja calidad de empleo
(construcción e industria); alta calidad con ingresos bajos (maestros y
funcionarios) y bajos ingresos y mala calidad de empleo (servicio doméstico). Estas
diferencias entre la actividad económica y los sectores del mercado de trabajo
son determinantes de las brechas en los ingresos y la calidad no remunerativa del
empleo. El PNUD recomienda incentivos a ciertos sectores económicos mejorar las
condiciones de calidad de trabajo.
Inseguridad se concentra en la región metropolitana
Aleja Cuevas, Wilma Pérez El crecimiento demográfico y las
mejoras sociales y económicas en el país tienen también como efecto la
concentración de altos porcentajes de delitos en las regiones metropolitanas, y
a ello se suma el aumento de percepción de inseguridad de los ciudadanos. El
informe plantea enfrentar esta problemática de una manera distinta. El informe
de desarrollo humano de Bolivia, en el capítulo Una agenda de seguridad
ciudadana metropolitana. Elementos para una propuesta integral, argumenta que
“la mayoría de los homicidios y robos agravados ocurren en las tres regiones metropolitanas
del país, mientras que las violaciones se producen afuera”. Cabe señalar que la
cifra oculta del delito llega al 74%, es decir que solo tres de cada 10
personas denuncian el delito del cual han sido víctimas. Además, señala el
documento, es notoria la incidencia de estos delitos en personas menores de 30
años, y es el caso de violación el más crítico, porque la mayoría son menores
de 17 años. Respecto a las causas de delitos, se identificó que la mayoría de
los que están involucrados son personas que experimentaron alguna forma de
fractura familiar, rezago escolar o falta de trabajo. El informe recomienda que
el enfoque integral para abordar la problemática debe tener los elementos de
“la promoción de un crecimiento urbano incluyente, equitativo y de calidad”.
Agrega que es imprescindible potenciar el trabajo de las alcaldías en la
prevención de las causas de la inseguridad, en el fortalecimiento de la cultura
ciudadana y potenciamiento de la Policía. TOMADO DE LA RAZON DE BOLIVIA
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