Sospechan que queman
el Tunari para ampliar la mancha agrícola
El voraz incendio en la comunidad turística de Chocaya, en
Quillacollo dentro del Tunari, destruye en un instante cientos de árboles
nativos como la chacatea. | Daniel James
Así quedó un bosque de Chocaya luego del incendio, el lunes.
| Daniel James
Un bombero muestra las plantas quemadas. | Daniel James
Jessica Vargas
Los bosques del Parque Nacional Tunari, que luego de los
incendios quedan como cementerios de árboles, tardarán 20 años en recuperarse.
La recurrencia de las quemas, el lunes se registró dos
siniestros simultáneos, puede estar vinculada con la ampliación de la mancha
agrícola, dijo el jefe de protección del lugar. Alberto Terrazas.
En las comunidades de Caluyo, Liriuni, Tambo y su entorno
hay más agricultores.
“Los comunarios están pendientes del agua que habrá para
riego, quieren habilitar sus terrenos para siembra y ahí queman”, añadió.
Un bombero, Richard Coronel, coincidió y explicó que cuando
se hace la limpieza de los terrenos no se tiene cuidado con las chispas.
“Preparan terrenos para cultivar antes de que empiece la época de lluvia”,
declaró.
El incendio del lunes por la tarde arrasó con 25 hectáreas
de chacateas, pajonales, pinos y eucaliptos en Chocaya. Algunas especies tenían
más de 100 años. Incluso, las avispas grises, “lachiwanas”, que hacen sus nidos en las chacateas están en
peligro.
“Estamos viendo que sus nidos se han quemado, están en
peligro por los incendios. Antes teníamos muchas, pero ahora sólo hay hacia
Mizque”, manifestó Terrazas después de una inspección. Estos insectos son
importantes para la polinización de las frutas.
A ello, se suman las perdices y el chiru chiru y hasta
liebres que murieron por el
incendio.
Los bosques que están en los lugares más húmedos como
Potrero y Laphia hay menos esperanza para su reposición. La última vez que el
Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) visitó el lugar evidenció que
cerca al 90 por ciento de los alisos que
quedaron están muriendo.
“El suelo se va a erosionar, cada vez estamos matando a las
plantas de la cordilleras, qué plantas ya van a sostener la tierra, se suelta
la raíz”, precisó Terrazas.
Entre las consecuencias también está la falta de agua en los
pozos, debido a que no hay forestación para que se infiltre agua, detalló.
Desde el viernes, se registró tres incendios en el Parque
Tunari, Chocaya, Challa Monte y Pacata. En tanto, en el departamento se reportó
47 incendios en el año y quemaron 5.534 hectáreas.
VEN “SUPERFICIALIDAD AMBIENTAL” EN GENTE
Ante los constantes atentados a la reserva del Tunari el
gestor ambiental, Gregory Paz, observó una “superficialidad ambiental” en los
ciudadanos.
“La ciudadanía es hormonal, no queremos hacer la parte
ingenieril, no queremos analizar la parte de gestión de reposición, somos mucho
Facebook, estamos haciendo especulación”, dijo.
El director del Parque Nacional Tunari, Carlos Espinoza,
dijo que se alista un plan de reforestación de 10 años con los municipios. Si
bien la limitación no es financiera, se debe esperar a producir las plantas
en viveros y las condiciones para que
crezcan. “Lo más difícil no es plantar sino conservar”, dijo.
TESTIMONIOS
"Antes teníamos antena, handys para comunicarnos,
teníamos equipo. El personal tiene que estar disponible, no es lo mismo
guardaparques que están en el bosque que
convocar a la UGR". Alberto Terrazas. Jefe de Guardia PNT
"Estos parques son nuestro hogar, los animales suben
ahí, toman agua . Con los comunarios
vamos a poner guardia para que ingresen con su carnet, no queremos que
pase esto". Pastor Soto. Dirigente Potrero
"En esta época han sido constantes y se hace más
difícil controlar porque las plantas son aceitosas y el viento es muy fuerte.
El colchón de hojas que deja el fuego
hace que no se pierda el riesgo de prenderse otra vez ”. Richard
Coronel. Bombero Quillacolloç
DIRECTOR DEL SAR: “ME DA PENA EL SERNAP”
Hasta 1998 había 30 guardaparques para cuidar el Parque
Nacional Tunari y cuatro puntos de
control en el área de la cota 2.750
msnm. En 2017, sólo tienen ocho.
Además, no hay un sistema de coordinación, según observó el
director del SAR Bolivia, Bernardo Aranibar. Explicó que no cuentan con una
norma bien establecida ni comando para
reaccionar ante un incendio e incluso se restringe el acceso de voluntarios.
“A mí me da pena el Sernap que no tiene presupuesto para
contratar guardaparques, incluso, teníamos cursos con ellos”, dijo el responsable
de los voluntarios.
OPINIÓN
Gregory Paz. Sociedad de Gestión Ambiental
“El Parque Tunari es la única reserva que nos queda”
Lo malo de los incendios es la quema del hábitat de los
pequeños insectos que existen la ladera a la altura de la cota 2.750, es pobre
en vegetación pero hay biodiversidad, las pocas aves que tenemos
están en las quebradas.
Los troncos de los árboles son reservorios de carbón. Los
eucaliptos, por ejemplo, liberan humedad, capturan más carbono de nuestro
ecosistema contaminado. Los árboles no solamente consumen más agua, también
ayudan a absorber agua en la tierra. En el valle no teníamos estos árboles, son
especies que tenemos que conservar.
Estamos en un balance negativo del ecosistema, la única
forma de nivelar son plantaciones
masivas, de 1.000, 2.000 hectáreas. Lo único que nos está quedando para
reforestar es el Parque Tunari, en el sur todas las serranías están con casas. Tomado de los tiempos de Bolivia
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