jueves, 4 de febrero de 2021

CORRIENTES, UN CONCIERTO MUNDIAL DE HUMEDALES

 CORRIENTES, UN CONCIERTO MUNDIAL DE HUMEDALES

Por Fernando Laprovitta  // Especial para El Litoral


Los humedales son algo más que lugares cuyas condiciones naturales permiten la acumulación temporal o permanente de agua. Son ambientes muy especiales, frágiles y delicados, en los que la vida fluye con asombrosa intensidad al ritmo de los pulsos que marquen las aguas. 

Para entenderlos de modo más sencillo, deberíamos pensar en las costas de cada río o arroyo, con sus respectivos valles de inundación. Toda aquella laguna, bañado o estero. Todo aquel lugar donde el agua “haya puesto las condiciones”. Es decir, tal lo establece la Convención de Ramsar (2013) -a la que Argentina adhiere- son aquellas áreas terrestres saturadas o inundadas de agua de manera estacional o permanente, entre los que se incluyen acuíferos, lagos, ríos, arroyos, marismas, turberas, lagunas, llanuras de inundación y esteros, tal la denominación vernácula de los pantanos.

Constituyen ecosistemas y nos prestan importantes servicios ambientales como los de regular crecientes al retener el agua, evitando impactos significativos de las inundaciones sean estas provocadas por las lluvias o crecientes de los ríos. El desarrollo vegetal subacuático que propicia ayuda a fijar carbono y producir el preciado oxígeno. Hace tiempo han dejado de ser considerados territorios a ser disecados en el nombre del progreso, aunque aún persistan tendencias de este tipo. Sin ir más lejos, la historia urbanística de Corrientes deja ver cómo hemos avanzado sobre ellos, iniciando así procesos constantes de vulnerabilización de muchos sectores de la comunidad. En la actualidad, se van asentando otras visiones, un tanto más sustentables en sus usos, con vistas a la trascendencia social que poseen como proveedores de agua dulce, alimentos, biodiversidad, recreación o de almacenamiento en tiempos de excesos.  

Debe destacarse que la provincia de Corrientes es un verdadero concierto de  humedales. Una vista a una imagen satelital deja ver que más del 70% de su territorio interior está directamente influenciado por ellos. No solo por la alta diversidad de esteros, bañados, cañadas y lagunas, sino también por los que conforman los principales ríos como el Paraná o el Uruguay o los ríos interiores como el Aruhary, Aguapey, Santa Lucía, entre otros. Pero hay más, esos humedales sirven de sustento elemental  a la economía provincial: turismo, arroz, ganadería y forestación. En otras palabras, nuestra vida material tiene directa dependencia de los humedales. ¿Qué notable, no?

Hasta el típico mapa de los almanaques nos deja ver la disposición interminable de humedales correntinos. ¿Cómo? Por la disposición lógica de los pueblos y de las rutas, geográficamente condicionados por ellos. Los esteros del Batel e Iberá han configurado la organización del espacio en Concepción, al igual que el Santa Lucía lo hizo con San Roque, el Maloyas y el Malo lo hicieran con Caá Catí al igual que San Miguel. Carlos Pellegrini por los esteros del Iberá, al igual que Ituzaingó que suma las cosas paranaenses. Las ciudades importantes no son ajenas a ellos. Muchas, como la misma ciudad de Corrientes, están atravesadas por arroyos “invisibles” que se encuentran entubados. El Limita o el Poncho Verde son ejemplos en la ciudad capital, como también lo son las lagunas y esteros de Laguna Brava.      

En verdad, la importancia de los humedales es como que recién comienza a interpretarse. Más allá de los motivos catastróficos provocados por el fuego, que desnudaron la fragilidad del manejo de los humedales en el país, es bueno que durante el 2020 se haya retomado dicho asunto en el Congreso Nacional. Y en eso, Corrientes tiene un fuerte protagonismo, pues un porcentaje mayoritario de su territorio entra en juego. De allí también que las iniciativas dadas en la legislatura provincial tengan fuerte asidero sobre la cuestión. Restaría intensificar las cuestiones vinculadas al manejo de los humedales urbanos, sobre todo el de las ciudades, dado que cada lluvia intensa (y cada vez más frecuentes por efectos del cambio climático) y crecientes de los ríos, renuevan los riesgos de desastres. 

Tomado de el litoral de ctes ar

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