"La pandemia reveló para toda la sociedad la
importancia de la ciencia y la tecnología. Hubo un cambio político muy grande,
quedó plasmado que la ciencia debe ser una política de Estado y esta ley firma
el compromiso de que invertirá de forma progresiva para que nunca más el
sistema científico argentino pase por las crisis a los que nos han tenido
acostumbrados los gobiernos neoliberales", celebró el ministro de
Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza,
en diálogo con Página/12.
El miércoles el Senado aprobó, con el voto
afirmativo de todos los bloques políticos, una iniciativa que establece el
"incremento progresivo y sostenido del presupuesto nacional destinado a la
función ciencia y técnica, por su capacidad estratégica para el desarrollo
económico, social y ambiental".
"Significa que ya no tendremos que ir recorriendo
los escritorios de los legisladores para pedir por nuestro
presupuesto". Franchi
"Nosotros ya teníamos, desde 2001, una ley nacional de
Ciencia que afirmaba que el Estado Nacional iba a financiar el área a través de
la función de Ciencia y Técnica del presupuesto, pero no había un
compromiso real ni una sostenibilidad en cuanto a qué monto iba representar.
Esta ley se mete en el marco de financiamiento y pone al Estado a garantizar un
financiamiento progresivo", explicó Salvarezza, quien acompañó todo el
proceso legislativo del proyecto (redactado originalmente por el actual ministro
de Interior, Wado De Pedro, cuando era diputado nacional).
El objetivo central de la ley consiste en ir incrementando
año a año los recursos destinados al área de Ciencia y Técnica, que hoy
representan el 0,28 por ciento del PBI, hasta llegar al uno por ciento del PBI
en el 2032. La idea, en resumen, es cuatriplicar el presupuesto
destinado a ciencia dentro de diez años.
Un cambio total
"El 1 por ciento del PBI es una bandera de la
comunidad científica desde siempre. Significa mucho para nosotros, porque
significa que la ciencia y la tecnología pasaron a ser una política de
Estado. Significa que no tenemos que ir recorriendo los escritorios de
los legisladores para pedir por nuestro presupuesto", reivindicó la
presidenta del Conicet, Ana Franchi. "A partir de ahora, el
porcentaje del presupuesto dedicado a ciencia y tecnología aumenta un 15 por
ciento año a año, hasta llegar al uno por ciento en 2032. Y, además, tiene en
cuenta que, si un año baja el PBI, no puede destinar un menor
presupuesto que el año anterior. Para nosotros es un cambio total, nos
aseguramos nuestro presupuesto".
"Es un hecho histórico muy importante para el país.
Por primera vez, vemos una medida que hará realidad una lucha de
años". Kornblihtt
El detalle de que el presupuesto no puede ser menor al del
año anterior es significativo, y responde en parte a las políticas de
desfinanciamiento de gobiernos como el de Mauricio Macri, que redujeron el
porcentaje destinado al área de Ciencia y Técnica como política de
ajuste. Macri, por ejemplo, recibió una función del 0,35 por ciento en
2015 y la bajó a un 0,23 por ciento en 2019.
"Este es un hecho histórico muy importante para el
país. La lucha por llegar al uno por ciento del PBI lleva años y ahora, por
primera vez, vemos una medida que la hará realidad. Además, esta ley incluye
acciones para el mejoramiento de salarios de las trabajadoras y trabajadores
del sistema científico. Los incrementos anuales de Ciencia y Técnica se harán
sentir positivamente. A lo que sin duda se le sumará luego la actividad
privada", indicó el biólogo molecular e Investigador Superior del Conicet, Alberto
Kornblihtt.
"La pandemia reveló la importancia de la ciencia y
la tecnología. Quedó plasmado que debe ser una política de Estado". Salvarezza
En una línea similar, Salvarezza explicó que la Ley de
Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación viene a
complementar la Ley de Economía del Conocimiento, reglamentada el año pasado,
que ofrece beneficios impositivos con el objetivo de promover
nuevas tecnologías y generar valor agregado. "Tendríamos así el compromiso
del Estado y, por otro lado, la esperanza de que con la Ley de Economía del
Conocimiento se incremente el financiamiento aún más", se entusiasmó el
ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Efectos de la pandemia
"La pandemia demostró la importancia de contar con
un desarrollo tecnológico nacional. Cambió el escenario hacia afuera y
hacia adentro. Hacia afuera porque demostramos que nosotros estábamos para
algo, que había necesidad de una comunidad científica tecnológica en el país. Y
hacia adentro se demostró que teníamos una formación, que teníamos la
tecnología para poder movernos de nuestros temas específicos de investigación y
hacer cosas para ayudar a resolver problemas. Fue una enseñanza",
reflexiona Franchi.
La Ley de Financiamiento fue aprobada por unanimidad de
todos los bloques, no hubo un solo voto en contra ni en Diputados ni en
el Senado. El proyecto, sin embargo, había sido presentado
originalmente en 2015 y estuvo cajoneado durante los cuatro años del
gobierno de Macri. La pandemia terminó cambiando el orden de las
prioridades.
"La pandemia y la respuesta de la comunidad científica,
que rápidamente pasó a crear kits de diagnóstico y barbijos de uso social,
tratamientos con suero equino y plasma de conveleciente, permitió activar esas
leyes que había puesto a dormir el macrismo. La Argentina demostró mucha
capacidad de soberanía", analiza Salvarezza. "Nadie duda que las
patentes de los desarrollos tecnológicos son fundamentales para el desarrollo
económico de un país. Pero también es un contexto de las sociedades del conocimiento,
lo que involucra, más que el aspecto económico, la soberanía. Lo
vemos hoy con la disputa por las vacunas. Poder disponerlas implica
soberanía, no tenerlas implica depender de otros y tener que hacer concesiones
para poder hacerse de ellas".
Sancionada la ley, resta adentrarse en las zonas más
críticas del área de Ciencia y Técnica, fuertemente vapuleada durante el
macrismo. Durante el gobierno de Juntos Por el Cambio se redujo la
cantidad de investigadores que ingresaban al Conicet a la mitad, hubo despidos
en el INTI, se congeló la planta del INTA, disminuyeron los sueldos (en
el caso del Conicet, se perdió un 45 por ciento del valor real) y, en términos
generales, se llevó a cabo una fuerte política de desfinanciamiento. Frente a
este escenario habrá que reconstruir la matriz de desarrollo tecnológico
nacional.
"Esta una ley que habla de diversificar la
matriz productiva, diseñar nuevos empleos de calidad, promover estrategias
de divulgación, de las formaciones profesionales. Toma en cuenta el género, toma
en cuenta lo federal, toma en cuenta los salarios. Es una ley muy completa.
Poco a poco vamos recobrando la confianza", valoró Franchi.
"La inversión más redituable para el país es en
recursos humanos capacitados para resolver problemas, y en proyectos multidisciplinarios
donde se inyecten sumas grandes para infraestructura, insumos y
personal. Las áreas prioritarias son las que tienen que ver con la salud,
agricultura, la industrialización, la preservación de los recursos naturales,
las nuevas tecnologías. Pero los proyectos relevantes para el país no
pueden surgir de la voluntad individual de un investigador, sino de planes
coordinados por el Estado", evaluó Kornblihtt sobre los desafíos que
se abren.
TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
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