“Por primera vez el Estado argentino reconoce la relación entre glifosato y cáncer”
Lo destaca el ingeniero forestal Claudio Lowy. En 2015, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) realizó un informe que calificó al herbicida de “probablemente carcinógeno para humanos”, coincidiendo con lo que había declarado la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, el resultado de los estudios nunca se hizo público.
(Foto: JEAN-FRANCOIS-MONIER-AFP)
Por Gastón Rodríguez - La
historia del primer reconocimiento del Estado argentino de la potencialidad
cancerígena del glifosato comenzó en 2015, cuando el Instituto Nacional del
Cáncer (INC) realizó un informe sobre la relación entre la enfermedad y los
agroquímicos. En febrero de 2019, el abogado de derechos humanos y soberanía
alimentaria Marcos Filardi presentó una solicitud de acceso a la información
pública ante la por entonces Secretaría de Gobierno de Salud pidiendo una copia
de dicho informe. En abril de ese año, Filardi accedió a las conclusiones del
INC, entre las que destaca que “el glifosato es probablemente carcinógeno para
humanos”, tal como lo había declarado, también en 2015, la Agencia
Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés)
de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Recién en el 2021, tanto Filardi
como el ingeniero forestal Claudio Lowy se dieron cuenta de la importancia de
hacerlo público. “Había que convertirlo en algo accesible a todo el mundo
y al mismo tiempo que se vuelva referenciable porque es información oficial”,
coincidieron.
Con fecha 22 de abril de 2019 y con la firma de la directora
del INC Julia Ismael fue emitido el informe a la Dirección Nacional de Acceso a
la Información Pública y de allí sin escalas a las manos de Filardi. El trabajo
resume la Monografía 112 de la IARC que, en marzo de 2015, reclasificó al
glifosato como clase 2A (Probable Cancerígeno en Humanos), especificando que
“es limitada la evidencia en humanos sobre la carcinogenicidad del glifosato” y
que “se observó una asociación positiva para el riesgo de Linfoma No-Hodgkin y
exposición al glifosato”. También describe que “hay suficiente evidencia en
animales de experimentación de la carcinogenicidad del glifosato” e insiste,
como evaluación general, que el herbicida en cuestión es “probablemente
carcinógeno para humanos”.
“Por primera vez hay un reconocimiento oficial, por parte
del Instituto Nacional del Cáncer de la República Argentina, de la validez y
cientificidad del informe del IARC”, destacó Lowy, que además es coordinador
del Nodo Tandil de la organización ambientalista Bios e integrante de la Unión
de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en América Latina
(UCCSNAL) y de la Sociedad Argentina de Agroecología (SAAE).
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El especialista también recordó que cuando la OMS emitió el
informe que clasificaba al principio activo glifosato como probablemente
cancerígeno, “se desató una feroz campaña desde las corporaciones y empresarias
vinculadas a su producción y uso destinado a desacreditarlo, que comprometió
también a instituciones públicas, académicas y organismos de investigación que
promueven el sistema productivo agrícola que los utiliza”.
Para Lowy, desde 2015, cuando se realizó el informe, alguien
con el suficiente poder “no autorizó que ni la Secretaria de Salud ni el
Instituto Nacional del Cáncer lo hicieran público”. La única mención del
tema apareció en una nota de la periodista Anabel Pomar en Lavaca.
“Lo esperable –agregó– es que ahora salgan a negarlo, pero
no creo que se animen porque existe un reconocimiento oficial”.
Tomado de tiempo ar , sugerido en face
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