LA CIENCIA RECURRE A INDÍGENAS
Alain Muñoz/CEJIS,.- Las prácticas, propuestas, y
reivindicaciones indígenas son cruciales para el cambio climático, afirma el
mejor conocimiento científico disponible. Eso concluyeron más de 800 expertos,
en la más completa investigación realizada hasta ahora. El estudio, apoyado en
tecnología de punta, identifica las opciones científicas para el cambio
climático. Estas contienen gran parte del mundo y modo de ser indígena. Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático El Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático se considera la mayor
autoridad científica en el tema. Más conocido como el IPCC, por sus siglas en
inglés, publicó su “Quinto Informe” por partes, a lo largo de un año, entre
finales del 2013 y 2014. Ese informe es
la evaluación del cambio climático más completa hasta la fecha. Fue realizada
por 830 expertos de 85 países, especializados en meteorología, física,
ecología, e ingeniería. También en ciencias sociales, economía, oceanografía, y
estadísticas.
Tuvieron a su
disposición la mayor capacidad de procesamiento de datos y de observación
satelital que se ha tenido hasta ahora. Del mismo modo, contaron con los datos
más antiguos posibles del clima. Con ellos pudieron hacer simulaciones computarizadas
de largo plazo. Asimismo, recibieron información de tres mil flotadores
dispersos por los océanos del mundo.
El grupo examinó
causas, tendencias y riesgos del cambio climático. Igualmente, consideraron las
opciones de “adaptación”, que consiste en ajustarse o prepararse para sus
impactos. De la misma manera, estudiaron alternativas de “mitigación”. Esta se
refiera a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan
cambios en el clima. Cada uno de los
cuatro grupos de trabajo del IPCC produjo un informe de miles de páginas, al
igual que un “Resumen para responsables de políticas”. Estos se entregaron a
los representantes de más de 190 gobiernos del mundo, porque el IPCC forma
parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU). La misión del IPCC indica que debe ser
“pertinente para la adopción de políticas”. No debe decir “qué hacer” a los
políticos, pero debe proporcionar condiciones para que las decisiones políticas
mundiales sobre cambio climático sean orientadas por la mejor información
científica posible. A partir de los informes, los gobiernos deberían generar
nuevas políticas climáticas sectoriales, a escala nacional. Por ejemplo, para
la agricultura y la pesca, las industrias extractivas y manufactureras, y la
energía. También para la planificación urbana y el transporte, así como para la
salud y el turismo. Deberían extenderse, asimismo, a los sectores militar y de
seguridad, la banca, seguros, etc.
El Quinto Informe del
IPCC señala las oportunidades y desafíos mundiales ante el cambio climático.
Además, las relaciones e inter-dependencias entre el cambio climático con el
desarrollo humano, económico, y social. Es posible acceder al informe del IPCC
en http://www.ipcc.ch.
Consecuencias para
Latinoamérica
Si las temperaturas continúan aumentando, aumentará el
riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra por lluvias extremas en
Latinoamérica, especialmente en zonas urbanas, advierten los expertos. Las lluvias podría ser hasta una cuarta parte
más de las actuales (+25%), en el sudeste de América del Sur. Aumentaría el
caudal de la cuenca del rio de La Plata, y cambiarían los caudales extremos del
rio Amazonas, tanto mínimos como máximos. Pero las lluvias se reducirán más de dos
quintas partes en el noreste de Brasil (-22%), aumentando los períodos de
sequía en el trópico suramericano, y la temperatura podría subir hasta casi
siete grados (+6,7°C). El aumento de la
temperatura y la disminución de lluvias disminuirían la disponibilidad de agua
en zonas semiáridas, y en las que dependen del derretimiento de glaciares.
También disminuiría la productividad agrícola, amenazando la seguridad
alimentaria. Especialmente, en la población más pobre del noreste de Brasil y
partes de la región andina.
El agua es muy
importante para abastecer las ciudades. Igualmente para la agricultura, a la
que se dedican 580 millones de personas. Asimismo para la electricidad, porque
más de la mitad proviene de represas hidroeléctricas en el continente (60%).
Además, el cambio
climático aumentará los riesgos de enfermedades, especialmente en las regiones
más pobres. Esto debido a que nuestros sistemas de producción de alimentos,
nutrición y salud son vulnerables al cambio climático. También los sistemas de
agua, saneamiento y recolección de
residuos. El cambio climático está
vinculado con enfermedades tropicales transmitidas por vectores, como la
malaria, dengue, fiebre amarilla, y leishmaniasis, también conocida como “lepra
blanca”. Del mismo modo, con las transmitidas por el agua, como el cólera y
otras afecciones diarreicas. Igualmente, con el hantavirus y rotavirus,
enfermedades renales, respiratorias, cardiovasculares y psicológicas. La parte de impactos en Latinoamérica del
Quinto Informe del IPCC es mucho más extensa, detallada y compleja. Abarca los
aspectos económicos, sociales, y políticos del cambio climático. Es
concluyente:
“Los impactos del
cambio climático desacelerarán el crecimiento económico, dificultarán aún más
la disminución de la pobreza, erosionarán aún más la seguridad alimentaria,
prolongarán las trampas de la pobreza existentes y generarán nuevas, en
particular en las zonas urbanas y focos de hambre emergentes”.
¿Indígenas al
rescate?
El Quinto Informe del IPCC documenta la experiencia
acumulada por América Latina en adaptación al cambio climático, incluyendo un
“Índice de Utilidad de Prácticas de Adaptación (IUPA)”. “Algunas ofrecerían
nuevas oportunidades económicas para América Latina”, afirman los autores del
informe. Muchas de estas prácticas mencionan específicamente a los indígenas.
Por ejemplo, que es necesario el “fortalecimiento de los sistemas y prácticas
derivados de los conocimientos indígenas tradicionales”, para afrontar el
cambio climático.
Particularmente
mencionan los “conocimientos, tecnologías y métodos indígenas”, como parte de
las “opciones tecnológicas” necesarias para el cambio climático. Figuran en el
mismo nivel que las para el uso eficiente de la energía o del agua, las que
producen nuevas variedades de cultivos y animales, o las del almacenamiento y
conservación de alimentos. El “uso de observaciones climáticas indígenas” tiene
un lugar importante en los sistemas de vigilancia, alerta y respuesta tempranas
al cambio climático. El IPCC habla que se requiere “evaluaciones integradas”,
en “un escenario participativo”. Ambas características, la integralidad y la
participación, son centrales del modo de ser indígena. Los científicos vuelven a mencionarlos, cuando
señalan la necesidad del “intercambio de conocimientos indígenas en la
educación”. En su opinión, los sistemas educativos deben estar sensibilizados e
integrados. Existe toda otra serie de
medidas que recomienda el IPCC, que no menciona directamente a los pueblos
indígenas del mundo. Sin embargo, son parte de sus prácticas y otras, además,
han estado incorporadas a sus demandas y reivindicaciones, desde hace mucho
tiempo. Inclusive, el informe previene
acerca de medidas que podrían afectarlos, como la “agricultura climáticamente
inteligente”. Esta técnica podría marginar a los pequeños agricultores y
usuarios de los bosques, si trae “cambios en la propiedad de la tierra y los
derechos de uso de los suelos”. Sin embargo, podrían manejarse estos riesgos
con adecuados ajustes, incentivos, o salvaguardas. Y más bien, esas medidas
podrían producir beneficios sociales y promover la equidad, afirman los
expertos En aspectos favorables, las
políticas nacionales de adaptación al
cambio climático, deben estar “basadas en la comunidad”, según los expertos.
Esto implica la gestión comunitaria de los recursos naturales basada en el ecosistema, con “mejor control y
acceso a los recursos locales”. Otros ejemplos, serían las investigaciones
participativas, así como el aprendizaje y la transformación social necesarios
para hacer frente al cambio climático. Esto necesita innovaciones tecnológicas,
económicas, políticas, y también sociales. Algo que recuerda la posición
“cambiemos el sistema, no el clima”, sostenida por los indígenas en la última
cumbre climática.
Entre las
innovaciones sociales necesarias para el cambio climático, el 5to Informe
menciona “presunciones, creencias, valores y visiones del mundo, individuales y
colectivos, que influyan en las respuestas al cambio climático”. Esto también
recuerda la visión indígena en que las personas son parte de la naturaleza y
ambas del universo. No pueden separarse las tres, y lo que afecta a un@ de
ell@s afecta al resto. Al contrario, armonizar un@ de ell@s, tiende a armonizar
al resto. Tomado de centro de investigación social , enviado en red foroba
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