Cómo Uruguay logró ser el país con mayor porcentaje de
energía eólica de América Latina
¿Cómo pudo un país pequeño, sin reservas conocidas de crudo,
bajar el costo de su electricidad, reducir su dependencia del petróleo y ser
líder en energías renovables?
POR Alejandra Martins
BBC Foto:Archivo En una década, Uruguay ha logrado algo que parecía
inimaginable, convertirse en el país con mayor proporción de electricidad
generada a partir de la energía eólica en América Latina y uno de los
principales en términos relativos a nivel mundial. Con ello, el país ha
reducido su vulnerabilidad al cambio climático y a las crecientes sequías que
afectan las represas hidroeléctricas. Actualmente el 22% de la electricidad del
país sudamericano es generada a partir del viento. En Brasil, por ejemplo, el
porcentaje es de poco más de 6%, según la Asociación Brasileña de Energía
Eólica. Y Uruguay espera otro aumento dramático en los próximos meses. "Esperamos
que este año el abastecimiento de energía eléctrica a partir de eólica sea del
30%", dijo a BBC Mundo la ingeniera Olga Otegui, jefa de la Dirección
Nacional de Energía del Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay. Para
2017, el país aspira a un 38% de electricidad generada a partir del viento, con
lo que se colocaría próximo al líder mundial Dinamarca, con un 42%, según datos
del Global Wind Energy Council, Consejo Global de Energía Eólica, GWEC por sus
siglas en inglés. A nivel internacional, los otros países con mayores
porcentajes son Portugal, con 23%, España, 19%, y Alemania, 15 por ciento. El
progreso del mercado eólico en Uruguay es notable, según Tabaré Arroyo, asesor
en energías renovables del Fondo Mundial para la Naturaleza y autor del informe
Green Energy Leaders, "Líderes en energías verdes". "En 2005 no
había energía eólica en Uruguay. Al 2015 ya había una capacidad instalada de
más de 580 MW y al 2020 se cree que habrá una capacidad instalada superior a
los 2000 MW", dijo Arroyo a BBC Mundo. Condiciones favorables ¿Cómo logró Uruguay diversificar de forma
tan radical su matriz energética? El país tiene condiciones favorables para la
energía eólica, tan favorables que sorprendieron hasta a los propios técnicos. "A
nosotros también nos sorprendió, porque somos un país cuyo relieve es una semillanura,
un país muy chato. Y cuando en 2005 se comenzaron a hacer las medidas pensamos
que sólo algunos lugares podían tener buena disposición para estos parques
eólicos. En cambio las medidas nos permitieron ver que tenemos una estabilidad
de buenas mediciones de viento durante todo el año", señaló Otegui. La
velocidad del viento es variable, por lo que una turbina eólica trabaja
mayormente por debajo de la potencia nominal para la que fue diseñada. Por
ello, el principal indicador de la eficiencia de un parque eólico es lo que se
conoce como factor de capacidad, la relación entre la energía que se genera
efectivamente en un período, y la que se hubiera producido si hubiese estado
funcionado sin parar a potencia nominal. "Sin entrar en demasiados
detalles técnicos, es comprobado ya que los parques en Uruguay de 50 MW
alcanzan factores de capacidad de entre 40% y 50% para modelos de
aerogeneradores tales como V80, G97, V112 y otros", explicó a BBC Mundo el
ingeniero Santiago Mullin, de la empresa Ventus Energía S.A. y asesor técnico
de la Asociación Uruguaya de Energía Eólica (AUDEE). Los parques eólicos en
EE.UU., por ejemplo, funcionaron en 2014 a una capacidad de 34% en 2014, según
datos del Departamento de Energía de ese país.
Planear a 25 años Más
allá de las condiciones favorables, un factor crucial fue la planificación de
la política energética a 25 años. "Yo creo que lo más destacado en el caso
uruguayo fue su visión 2005-2030", opinó Tabaré Arroyo. El plan energético
2005-2030 fue además aprobado, como política de Estado, por todos los partidos
políticos con representación parlamentaria, algo que para Arroyo es un
"referente mundial de cómo los intereses sociales y climáticos son
absolutamente compatibles y costo-efectivos en el fomento del desarrollo
sostenible". La planificación energética a 25 años aportó un marco de
estabilidad para inversores y atrajo empresas privadas internacionales. Según
Otegui, "no se ofrecieron subsidios", sino licitaciones con
"transparencia y seguridad al inversor". "Se les garantiza el
precio que ofertaron y ese precio se ajusta por una paramétrica que también se
acordó. Ellos saben perfectamente desde el momento que se presentan cuáles son
las pautas y cómo se va ajustar ese precio y son contratos que pueden ser de
hasta 20 años". Entre las empresas internacionales que participan de
proyectos en Uruguay está Enercon, de Alemania, y la multinacional Ventus. Torres de hormigón Con el desarrollo
de la energía eólica Uruguay también busca un impacto en la industria nacional.
"Todos los parques tienen que tener un mínimo de 20% de componentes
nacionales", dijo Otegui. "Esto nos permite que hoy en día, por
ejemplo, de toda la inversión que se ha realizado en potencia en energía
eólica, que es del orden de unos US$ 3000 millones, alrededor de US$ 800
millones fueron volcados a la industria y a servicios nacionales".Desde
diseño de obras civiles hasta estudios sobre medición de viento, la idea es que
el boom de la energía eólica también impulse el avance tecnológico a nivel
nacional. Otro ejemplo es la utilización, en lugar de torres de acero, de
torres de hormigón fabricadas localmente. "En Uruguay sólo un proyecto ha
incorporado hasta ahora torres de hormigón, el proyecto de la empresa Enercon.
La empresa alemana ha realizado un gran esfuerzo en este sentido, instalando
una planta exclusiva para la fabricación de dichas torres, lo que ha resultado
en un beneficio para nuestro país, tanto en el uso de mano de obra como en su
capacitación y desarrollo", afirmó Mullin. Otegui, por su parte, dijo a
BBC Mundo que habrá dos parques "en el departamento de Cerro Largo, que se
están instalando entre este año y principios de 2017 que van a ser con torres
de hormigón, lo que hace que el componente nacional sea mayor".Cambio climático y sequías La
diversificación de la matriz energética ha permitido a Uruguay satisfacer cerca
del 94% de su electricidad a partir de energías renovables, incluyendo
aerogeneración, energía hidroeléctrica, biomasa y paneles solares. Con esa
oferta variada, Uruguay ha logrado una de las metas que estuvo presente desde
un principio: aumentar la resiliencia del país ante el cambio climático. "Lo
que que se veía era la alta vulnerabilidad que tenía Uruguay con respecto a la
generación hidro", señaló Otegui. "Estábamos convencidos de que
teníamos que bajar esa vulnerabilidad climática (...). Cuando había sequías
importantes, teníamos importación muy grande de petróleo para generación
térmica, todo eso fue totalmente atenuado con la incorporación de
renovables".La energía eólica puede ahora complementar a la
hidroeléctrica. "Uruguay tiene una potencia hidroeléctrica instalada del
orden de los 1500 MW, cuyo uso se regula en función del recurso eólico
disponible, permitiendo almacenar entonces la energía hidroeléctrica y
utilizarla de forma más eficiente", explicó Mullin. Otegui, por su parte,
dijo que con la incorporación de las renovables, Uruguay obtiene "una
soberanía y una independencia de importaciones de energía eléctrica".
"Ya venimos dos años consecutivos en que no hemos tenido que importar
energía eléctrica".Tabaré Arroyo cree que el caso de Uruguay deja en claro
por qué la diversificación energética es fundamental también para otros países.
"Como consecuencia del cambio climático los patrones de precipitación
pluvial cambiarán y las temporadas secas se harán más largas, frecuentes e
intensas. De ahí que depender de la energía hídrica es con certeza una apuesta a
la inseguridad energética"."Uruguay, muy inteligentemente, apostó por
las renovables, como una opción real de diversificación y resiliencia".
TOMADO DE LA NACION DE AR
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