230 KILOVOLTIOS PARA LLEVAR MÁS ENERGÍA A COLOMBIA
Las nuevas torres de la línea Bello-Guayabal-Ancón son más
delgadas, para que ocupen menos espacio en los lugares donde se instalaron,
como se nota en la imagen. FOTO cortesía epm
Las nuevas torres de la línea Bello-Guayabal-Ancón son más
delgadas, para que ocupen menos espacio en los lugares donde se instalaron,
como se nota en la imagen. FOTO CORTESÍA EPM
BELLO ENERGÍA JORGE LONDOÑO DE LA CUESTA MEDELLÍN
MINISTERIO DE MINAS Y ENERGÍA
VALLE DE ABURRÁ
POR GUSTAVO OSPINA ZAPATA | PUBLICADO HACE 59 MINUTOS
1.637 empleos directos se generaron durante la construcción
del proyecto.
El crecimiento poblacional exige redes de transmisión de
energía más eficientes y es la función que cumplirá la línea
Bello-Guayabal-Ancón, puesta ayer al servicio por EPM.
La entrada en operación de la nueva línea de transmisión de
energía Bello-Guayabal-Ancón, de EPM, para decirlo en términos simples, es como
si una autopista se ampliara a más carriles para garantizar una mejor movilidad
y que la ciudad no colapse en los trancones.
Con la energía pasa igual: a más población y más
infraestructura, la demanda del servicio es más alta. En este proyecto, del que
ayer se apretó el suiche que lo puso en operación, EPM invirtió $200.000
millones para garantizar que el Valle de Aburrá y el sur del país tengan
energía sin importar el crecimiento poblacional.
Wilson Chinchilla Herrera, vicepresidente de Proyectos de
Ingeniería de EPM, señaló que esta línea de transmisión servirá para darle una
mejor conexión a la energía que emerge de las plantas de generación de las
cadenas Guadalupe y Porce, a las que considera las más económicas del país en
costos de generación.
“Esto significa que se dispondrá de más confiabilidad en la
conexión de la región antioqueña con el resto del país”, señaló Chinchilla, al
recordar que el sistema energético nacional es interconectado, por tanto no
solo se beneficia el área metropolitana sino la parte sur de Colombia.
Modernizar las líneas de transmisión es un factor clave en el servicio
energético.
Alta tecnología
Esta línea fue construida para operar a 230.000 voltios (230
Kv) y requirió la construcción de 40 kilómetros de cable de transmisión entre
Bello y La Estrella, con tecnología Retie (Reglamento Técnico de Instalaciones
Eléctricas), considerada como la de los más altos estándares que rigen la
materia, según el gerente de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta.
El proyecto se desarrolló en cuatro tramos. Uno desde la
subestación Bello hasta la subestación Miraflores; otro de transición desde
Miraflores hasta la estructura de transmisión en la avenida Las Palmas; otro de
3 kilómetros subterráneos desde Palmas hasta la subestación Guayabal; y el
cuarto, desde Guayabal hasta la subestación Ancón Sur, con un total de 123
torres nuevas.
Estas, destaca Londoño De la Cuesta, fueron diseñadas para
ocupar el menor espacio posible en el área de instalación: “Este diseño de
torres, que yo llamo las flacas, requirió mucha menos servidumbre (espacio)
para su construcción, lo que implica mucho menos impacto en lo social y lo
ambiental en las comunidades”, indicó el gerente general de EPM.
La viceministra de Energía, Rutty Paola Ortiz Jara, resaltó
los altos estándares de calidad de este proyecto, cuya construcción inició hace
dos años y ayer se puso al servicio.
Señaló que con este, ya son dos los proyectos similares que
EPM le ha entregado al país en lo que va de 2017.
“En mayo entregó Nueva Esperanza, donde se adquirió el área
más extensa de bosque del país y ha sido de utilidad para la conexión eléctrica
del centro del país”, recalcó la viceministra.
Recordó que Colombia presenta una alta evolución en materia
de energía, de la que solo falta el 3 % para tener un cubrimiento del 100 %.
“Hace 25 años ocurrió el apagón y hoy la realidad es muy
distinta. El año pasado tuvimos el fenómeno del Niño (verano) más largo de la
historia y no hubo el más mínimo riesgo de racionamiento, pero nuestro reto es
construir ese 3 % que falta para la cobertura total”, dijo la funcionaria.
LOS MÍNIMOS IMPACTOS AMBIENTALES
Aunque el proyecto, en sus inicios, tuvo dificultades por la
posible afectación que haría a la reserva forestal en la zona oriental de
Copacabana, Juan Fernando López, director (e) de Cornare, certificó que al
final se logró subsanar el problema y “el riesgo ambiental del proyecto estuvo
por debajo de lo mínimo”. Para compensar los impactos, a pesar de lo bajos que
fueron, se invirtieron $13.000 millones, que incluyeron la compra de 20
hectáreas de bosque que servirá como área de reserva en la zona impactada. La
subestación de Guayabal requirió cuatro veces menos espacio que las
convencionales, para lo cual se construyó con aislante a gas y se generó menos
impacto.
GUSTAVO OSPINA ZAPATA Periodista egresado de UPB con
especialización en literatura Universidad de Medellín. El paisaje alucinante,
poesía. Premios de Periodismo Siemens y Colprensa, y Rey de España colectivos.
Especialidad, crónicas. TOMADO DE EL COLOMBIANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario