Tras huracán María, periodistas puertorriqueños enfrentan
colapso en comunicaciones y pérdidas personales para seguir reportando
Por Guest/PN Por Teresa Mioli y Evelyn Moreno
Medios internacionales y puertorriqueños se han juntado en
el Centro de Convenciones de Puerto Rico, creando una redacción de facto en el
mismo edificio donde los funcionarios públicos organizan conferencias de prensa
y los ciudadanos buscan recursos.
Además de tener internet y servicio de telefonía celular, es
el lugar donde pueden encontrar a todas las fuentes del gobierno que proveen
información actualizada sobre los esfuerzos de ayuda que se están realizando
para ayudar al 95% de los puertorriqueños que están sin electricidad, así como
también a los miles que no tienen comida, agua, combustible y atención médica.
El equipo de CPI reporta desde el Centro de Convenciones de
Puerto Rico. (Cortesía: Carla Minet).
Carla Minet, periodista y directora ejecutiva del Centro de
Periodismo Investigativo de Puerto Rico (CPI), se sienta en una de las mesas
del Centro de Convenciones con su equipo periodístico.
El lunes 25 de septiembre, cinco días después del paso del
huracán María por la costa sur de la isla, se logró juntar todo el equipo para
analizar lo sucedido en San Juan y para resolver la manera de
cómo reportar
desde el nuevo escenario.
La tormenta dificultó, y en muchos lugares debilitó
totalmente, la capacidad de comunicarse. Hasta el 29 de septiembre, 89.3% de
los centros celulares en Puerto Rico seguían sin tener servicio, según la
Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su siglas en inglés).
"Todos pensábamos igual, y cuando fuimos a San Juan
todos los teléfonos empezaron a tener conexión, y ahí dijimos 'ok,
juntémonos'", dijo Minet en conversación con el Centro Knight.
Su oficina no tenía electricidad, por eso se prestaron otra
oficina para trabajar mientras salían a las calles a reportear. Como muchos
otros periodistas en la zona, eventualmente terminaron trabajando en el centro
de convenciones para reportear, realizar entrevistas y publicar sobre las
consecuencias de la tormenta. Están trabajando con puntos de cobertura
inalámbrica (hotspots), computadoras, teléfonos y escasos recursos.
Un equipo de cinco reporteros está cubriendo el resto de la
isla cuando no están en San Juan - desde el centro hasta la costa norte y otras
zonas metropolitanas.
Una vez que dejan el edificio del centro de convenciones, se
vuelve más difícil comunicarse.
"Fuera de San Juan no tenemos conexión telefónica, ni
mensajes, ni WhatsApp, nada", explicó Minet.
Aunque los periodistas se encuentran físicamente bien, Minet
dijo que algunos de ellos tienen familiares que han perdido sus casas o que no
tienen aún agua o combustible.
El huracán María tocando tierra en Puerto Rico. (Por NOAA
[Dominio Público], vía Wikimedia Commons).
"Estamos lidiando con esa realidad", explicó.
"Estamos tratando de hacer nuestro trabajo y, al mismo tiempo, ayudar a
nuestras familias".
A menos de dos semanas del paso del huracán Irma por la
costa norte de Puerto Rico, que dejó a un millón de residentes sin
electricidad, María tocó tierra en la isla el miércoles 20 de septiembre, con
vientos sostenidos de 250 km/h.
Como preparación, un equipo mínimo de las redacciones en San
Juan de GFR Media almacenó suficiente comida y combustible para operar entre 36
y 48 horas. Resultó ser un buen plan para la empresa, que es dueña de uno de
los diarios más importantes, El Nuevo Día, y también de los periódicos Primera
Hora e Índice. El relevo de los reporteros no pudo darse sino hasta el jueves
por la tarde.
Mientras el equipo se preparaba en San Juan, el periódico
envió a más de 20 reporteros y fotógrafos a diferentes zonas de toda la isla
con suficiente comida y combustible para dos días. Fueron enviados con
funcionarios para casos de emergencia. Luis Alberto Ferre Rangel, director
general de GFR Media, explicó al Centro Knight que el diario siguió este
protocolo en el pasado.
Como se esperaba, la sala de redacción perdió comunicación
con los periodistas tan pronto golpeó la tormenta.
"Vimos cómo cada uno fue perdiendo señal,
prácticamente, hasta el último de ellos, cuando empezó un silencio total, un
silencio radiofónico total". dijo Ferré Rangel. "Eso fue cuando
cuando llegaron los mayores y más fuertes vientos a la zona, y supimos en ese
momento que ellos se encontraban ya por su cuenta, sin acceso a sus propios
dispositivos".
Durante el paso de la tormenta por la isla, la redacción
reportó lo mejor que pudo despachando a través de la señal de radio AM. A pesar
de contar con tres proveedores de internet, "al final, fallaron los
tres", recordó Ferré Rangel.
"Pasé el huracán en uno de los albergues autorizados
por el gobierno, como testigo de cómo las familias, personas (...) ancianos,
llegaron con sus pocas pertenencias, muchos de ellos con sus mascotas, buscando
ponerse a salvo, pero al mismo tiempo con la tristeza de haber dejado sus casas
sin la garantía de volverlas a encontrar a su regreso", dijo Marrero al
Centro Knight.
"Es un tipo de reportaje durante el cual es imposible
no quebrarse, porque en ese momento uno se convierte en la socorrista de los
que necesitan dejar su casa, comida, para ser rescatados", agregó.
"También se vuelve un desafío llegar a los lugares más necesitados".
Marrero reiteró que como otros ciudadanos, los periodistas
también se vieron afectados por la falta de gasolina y la ausencia de teléfonos
e internet, que complicaron las comunicaciones.
CBP realizó búsquedas y rescates en la zona montañosa de
Puerto Rico luego del paso del huracán María. (Por U.S. Customs and Border
Protection [Dominio Público], vía Wikimedia Commons).
Los reporteros de toda la isla encontraron eventualmente
focos de servicios donde pudieron restablecer la comunicación con las salas de
redacción. Pero, para finalmente volver a San Juan, algunos tuvieron que ser
evacuados de albergues de emergencia que se vieron afectados, según Ferré
Rangel. Cuatro periodistas tuvieron que ser evacuados por vía aérea de las
pequeñas islas de Vieques y Culebra.
El último periodista en regresar del campo llegó cinco días
después del paso del huracán, y perdió su casa en las montañas. Ferré Rangel
dijo que al menos tres de sus trabajadores perdieron sus propiedades debido a
inundaciones o explosiones que ocurrieron como consecuencia de los cambios de
presión atmosférica que se dieron en el interior y exterior de las casas, que
reventaron las ventanas, dejándolas expuestas.
Eventualmente, "todos empezaron a reportar desde la
base, hasta los que no estaban de servicio, porque como reporteros y editores
sabían que tenían que ir a ayudar", dijo el director. "El jueves por
la tarde, tuvimos a más del 50% de la redacción presente".
Regresaron el jueves para imprimir 30 mil copias, y también
para tener lista la versión digital online, que fueron distribuidas
gratuitamente. El viernes, se imprimieron 50 mil ejemplares.
"Con un apagón al 100%, con la isla completamente sin
electricidad, el producto impreso, una vez más, el producto impreso, el regreso
al papel, a lo elemental, fue bienvenido por todos, porque el único medio de
información disponible durante las primeras 48 horas después del paso del
huracán era una estación de radio que no tenía reporteros allá afuera",
dijo Ferré Rangel.
El periódico se distribuyó gratuitamente al día siguiente
del paso del huracán. Pero, Ferré Rangel admitió, en respuesta, que hacerlo fue
financieramente difícil para el periódico y que en los próximos días tendrán
que empezar a cobrar de nuevo.
"Estamos enfrentando una situación bastante difícil
porque no estamos recibiendo publicidad ni percibiendo ganancias por
circulación", dijo el director. "Esto está poniendo bastante presión
en las finanzas de la compañía, pero sabemos que tenemos que hacerlo".
Para los periodistas,
el trabajo no ha parado.
"Creo que la redacción está dando todo en este tipo de
situación y está sacando lo mejor de cada uno, y demostrando la capacidad que
tenemos y la dedicación que tenemos para lograr algo así", dijo Ferré
Rangel. "Pero el desafío ahora es un largo, muy largo, camino, por lo que
seguimos en modo de emergencia y, por ende, el reporteo es muy intenso, todos
están afuera, aunque pronto se tratará de ir al tipo de reportaje de
reconstrucción y restauración".
Desde el centro de convenciones, Damaris Suárez, periodista
y presidente de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico, (ASPPRO), dijo que
la organización está intentando hacer una lista de periodistas que han sufrido
pérdidas personales debido al huracán. Tratarán de reunir dinero o de abrir una
cuenta en GoFundMe para ayudarlos a recuperarse.
Omaya Sosa Pascual, reportera de CPI, reportando a través de
una radio local desde el Centro de Convenciones de Puerto Rico. (Cortesía:
Carla Minet).
Suárez, que trabaja como periodista para el sitio digital
Noticel, CPI y Radio Isla 1320, dijo al Centro Knight que algunos medios han
sufrido daños materiales en sus edificios. Por ejemplo, las oficinas de
Noticel, que están frente al mar, han sido gravemente dañadas y su equipo ha tenido que mudarse a
un local
alternativo.
La periodista señaló la falta de acceso telefónico y de
internet, particularmente en las afueras del área metropolitana, lo que
significa que "una gran parte del país no tiene información exacta sobre
lo que está sucediendo".
"Los periodistas de Puerto Rico hemos hecho hasta lo
imposible para informar al público, a pesar de las serias dificultades que
existen con las comunicaciones y la infraestructura digital como resultado de
los daños causados por María", dijo Suárez. Tomado de envio de Periodismo
en las Américas
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