Cultivos protegidos
valen por dos
Prioriza la Empresa de Cítricos Victoria de Girón de
Matanzas los cultivos protegidos
Ventura de Jesús
García Gutiérrez | Jagüey Grande,
Matanzas.— Tanto como los cítricos, los cultivos
protegidos son de alta
prioridad para la Empresa de Cítricos Victoria de Girón, donde actualmente
producen bajo este régimen de agricultura intensiva un total de 147 casas, en
un área apenas superior a las 15 hectáreas. Los cultivos protegidos constituyen
una prioridad.
Junto a las frutas tropicales, como el mango, la guayaba,
la frutabomba y el aguacate, los cultivos protegidos constituyen el mayor
peso de la diversificación de esta empresa, cuya cualidad general más
apreciable fue siempre la fama de sus cítricos, venida a menos en los últimos
tiempos. Ocupado desde hace tiempo en demostrar la efectividad de esta forma
de producción, Yoel González García, director de la unidad empresarial básica
de Cultivos Protegidos, manifestó que al cierre de octubre último habían
entregado 2 091 toneladas de hortalizas, básicamente tomate, pimiento, pepino
y melones, con destino en su mayoría hacia los principales polos turísticos del
país, aunque también se venden ciertas cantidades a la población. Significó que
adicionalmente comercializan cebolla, col, rábano y acelga, y que por ese
concepto ingresaron algo menos de 3 000 000 de cuc. La mayor exigencia,
admitió, es que dichas producciones se garanticen a lo largo de todo el año y
con la máxima calidad. Este formidable
sistema es atendido por 230 trabajadores directos a la producción, distribuidos
en cuatro emplazamientos de la región con el fin de garantizar la mano de obra
en cada una de las casas: La Ceiba, Jagüey Grande, Ecuador y San Marcos. El
mayor módulo está localizado precisamente en San Marcos (5,5 hectáreas), el
cual agrupa a 30 casas de cultivos protegidos y donde se atienden unas 60 000
plantas, incluido el fertirriego que se le suministra de forma automatizada,
labores tan específicas como el deshije y el “tutorado” de la plantación para
facilitar su crecimiento vertical. Jorge Ariel Domínguez, especialista en
sanidad vegetal, sostuvo la importancia del monitoreo del clima dentro de la
casa de cultivo y atribuyó importancia al control de las plagas y enfermedades
para proteger las plantaciones. La naturaleza no decide; lo que sucede debajo
de estas carpas es obra en buena medida de los hombres, dijo. Los obreros aprecian el sistema de pago, el
cual como promedio les permite percibir de salario casi 2 000 pesos mensuales
como promedio, el más alto de la empresa. Si fuera indispensable destacar algún
aspecto negativo habría que señalar el acecho constante a estos cultivos por
gente inescrupulosa, que intenta a toda costa apropiarse de los productos para
comercializarlos de forma ilícita. El robo de estas producciones, muy
necesarias para sustituir importaciones, es uno de los enemigos que atentan
contra los rendimientos de las casas, reconoció González García tras subrayar
que se refuerza la guardia obrera y se adoptan otras medidas para asegurar los
cultivos. Las casas de cultivo protegido son unidades cubiertas por una tela
gracias a la cual disminuye la radiación solar y permite obtener hortalizas
incluso en los meses de intenso calor. Entre otras ventajas, se obtiene una
mayor producción, mejor calidad y un mejor control de plagas y
enfermedades. Tomado de la Granma de
cuba
No hay comentarios:
Publicar un comentario