AGRONEGOCIOS Y AGRICULTURAS DE LA TIERRA: AVANZA
LA CONSTRUCCIÓN DE LA COEXISTENCIA ENTRE AMBOS MODELOS En Salta, pocas semanas atràs, se ha
realizado un nuevo encuentro[1] entre los grandes
sojeros de ACSOJA y APRESID, y la dirigencia del Mocase, el MNCI y otros gupos
campesinos, convocados todos por el Ministerio de Agricultura y por la Iglesia
Catòlica. Se tratò de una Mesa de Diàlogos o encuentro entre dirigentes, que nos
indica el modo en que se desarrolla la nueva estrategia de legitimación del
modelo de los agronegocios. La llamada “Coexistencia” o “Convivencia” entre
ambos modelos, se está construyendo por lo bajo y a espaldas del debate
y de la participación pública, a fin de asegurar la continuaciòn en el tiempo
del actual modelo de colonización.
Tal como se
había dado cuenta en el documento de lanzamiento de la campaña “No nos
patenten la vida”[2] en que
participamos activamente como GRR, desde el Gobierno Nacional y desde las
Corporaciones, se ha lanzado la propuesta de integrar a los
agronegocios, la pequeña agricultura territorializada (campesinos, indígenas,
huerteros, minifundistas y otros pobladores del campo), sosteniendo de manera
explícita y desembozada que ambos modelos, ambos paradigmas o cosmovisiones,
podrìan Coexistir o Convivir frente a las reglas del mercado, sin que estos
ùltimos pierdan las caracterìsticas que los identifican. .
De hecho, se
había expuesto, asimismo, y de manera solapada esta misma posibilidad, en el
texto que se conoce como anteproyecto de modificación de la ley de semillas,
cuando siendo un proyecto de Ley pensado a la medida de las Corporaciones
Transnacionales y particularmente de la empresa Monsanto, para la privatizaciòn
discrecional de la Biodiversidad, explicita la nueva estrategia de legitimación
del modelo agro-biotecnológico, al reconocer la excepcionalidad de las
obligaciones de dicha Ley, para todos aquellos que se encuentren registrados en
la Secretarìa de Estado de Agricultura Familiar que conduce Emilio Pérsico en
el Ministerio de Agricultura.
Las
iniciativas y posiciones asumidas en Argentina por la Pastoral Social de la
Iglesia, Fundapaz, MNCI-VC (Movimiento Nacional Campesino Indígena - Vía
Campesina), Acina (Asamblea Campesina Indígena del Norte Argentino), FNC
(Frente Nacional Campesino), Fonaf (Federación de Organizaciones nucleadas de
la AF) y FAA (Federación Agraria Argentina), de participar en la Mesa de
Diálogo para una Agricultura Sustentable, espacio donde se está construyendo la
propuesta de la Coexistencia, están configurando amenazas gravìsimas para la
prosecuciòn de las luchas que desde hace años las organizaciones populares
están llevando contra los agronegocios y contra el nuevo modelo de
colonialidad. Es en ese sentido que, aquellas acciones deleznables de ciertas
dirigencias campesinas, aunque de origen tècnico profesional y de la
izquierda neo Desarrollista, nos conciernen y comprometen a todos, màs allà de
que seamos o no seamos campesinos.
En esos
encuentros, por otra parte, el Secretario de Agricultura Familiar, Emilio
Pérsico, ha solicitado a los representantes del Agronegocio un incremento del
2% de las retenciones que pagan al Estado a travès de los exportadores, dejando
al desnudo la asociacion explicita entre su cartera y la agricultura industrial[3]. De este modo, no solo
se está legitimando el Agronegocio, sino que por convicciòn de las dirigencias
campesinas que, tal como han manifestado, consideran que “no hay
Agricultura Familiar sin presupuesto”[4], se coloca a la
Agricultura Familiar en una posición de evidente complicidad y
corresponsabilidad de las multiples consecuencias sociales, económicas y
ecológicas producidas por el modelo productivo hegemònico de la sojizaciòn, ya
que aquella agricultura familiar y campesina, se convertirá inexorablemente por
este camino, en socia menor de la Agroindustria y del modelo de los
agronegocios.
Inmersos en
un nuevo clíma político y cultural propio de los finales de un ciclo político,
cuando se evidencia la carencia por parte del Gobierno de una continuación
polìtica partidaria cierta, son impuestas tanto por el Estado como por las
Corporaciones y en aras de fortalecer un modelo necesitado de relegitimarse,
estratégias de “Responsabilidad Social” y de “Maquillaje Verde”. Todo ello se
produce en un contexto crítico desde el
punto de vista económico, social y ambiental, cuando este tipo de
entendimientos, inspirados en una dudosa voluntad común para la “pacificación”
y resolución de conflictos, no hacen más que ocultar el conflicto por la tierra
de larga data en la Argentina.
En un
tiempo político electoral tal como el que vivimos actualmente, en que pareciera
existe cada vez más conciencia y oposición al modelo productivo imperante,
cuando se multiplican las luchas contra las pràcticas extractivistas y el
modelo de sojización, así como contra las fumigaciones, mientras se reproducen
las propuestas de otras agriculturas y la imperiosa necesidad de una
alimentación que reemplace las actuales ingestas chatarras. Cuando el creciente
repoblamiento de la ruralidad enamoran a una ingente cantidad de jòvenes, nos
resultan a todas luces insostenibles y propios de la desesperación del sistema
de poder, los acuerdos asumidos por estos actores de una izquierda
neodesarrollista y colonizada, con los funcionarios del progresismo y los
representantes de los agronegocios y los pooles de siembra transgénica en la
Argentina.
Estos
encuentros actuales nos recuerdan a otros intentos del pasado en el mismo
sentido de legitimar los agronegocios, “integrando” la participación de las
organizaciones que le son, supuestamente opuestas, tal como lo fuera La Mesa
Redonda de Soja Responsable (RTRS), ahora con el agravante de que lo que se
propone y fundamenta es directamente la legitimidad de la Coexistencia, para
acabar así con las luchas contra el Agronegocio.
Consideramos
que hubo un punto de ruptura en la historia de estas luchas, cuando los
representantes de los sectores campesinos firmaron, junto a los más altos
representantes del agronegocio en la Argentina, la Declaración de Añatuya del
27 de Febrero de 2014[5], donde, con los
auspicios de la Comisión Episcopal de Pastoral Social[6], se avalaba
explícitamente la posibilidad y la necesidad, de la "coexistencia
de distintos esquemas de producción", entre los grandes
representantes de la Agroindustria y los productores familiares campesinos.
Nos llama
profundamente la atención, en primer lugar la actitud de algunos Obispos, en
los que justificamos sobradas razones religiosas para tratar de evitar las
confrontaciones y manifestar una pràctica piadosa sobre la nueva oligarquìa
sojera y los grandes propietarios de la tierra. Lo que se nos hace
dificil comprender es que el amor al lobo los conduzca a entregarles el propio
rebaño de las ovejas que constituirìan su feligresía... Aùn peor todavía,
quisièramos recordar que, en las luchas que hemos llevado contra el modelo agro
biotecnológico, nos hemos preocupado particularmente por no legitimar a los
sojeros e inspiradores del modelo, en la esperanza de que alguna vez hubiese
justicia y pudiesen ser juzgados por las consecuencias espantosas del modelo
que impusieran en los años noventa a espaldas de la Democracia y que, bajo
ciertos criterios podrian constituir delitos de lesa humanidad...
Lamentablemente, hoy debemos reconocer que ha sido nada menos que la Iglesia, a
travès de sus Obispos, la que ha desmontado aquella barrera moral y ètica,
haciendo sino aceptable, al menos pràctica corriente lo que hasta ayer hubiese
sido considerado en el campo de las luchas populares como un crimen
imperdonable...
Nos
preocupa por todo ello, la convivencia y la connivencia expresa entre estos
actores y presuntos dirigentes, particularmente cuando la Vía Campesina
Internacional viene denunciando desde antiguo y sistemáticamente la
desaparición de todas las formas de agricultura para la alimentación de
nuestros pueblos, y ello como consecuencia de la acelerada expansión de los
monocultivos transgénicos, del acaparamiento de tierras y de la privatización
de las semillas. Pero mucho más nos preocupa en lo particular el público
alineamiento de las dirigencias del MNCI y del Mocase no solo con los
Agronegocios y con los representantes de los sojeros, sino tambièn con alguna
de las expresiones de la actual política productiva argentina, tal como el
Ministerio de Agricultura y su Proyecto estratègico agro alimentario (PEAA).
Sosteniendo, por lo demàs, como organizaciones campesinas, a
candidaturas electorales propias del continuismo gubernamental, candidaturas
que como las de Jorge Taiana y el Movimiento Evita, apoyan claramente la
profundización del modelo corporativo. Nos preocupa además, que de similar
manera a como el MST brasileño hiciera poco tiempo atràs respaldando
discrecionalmente la candidatura de Dilma Roussef, lo hagan ellos ahora
utilizando de manera pùblica el sello de La Vía Campesina para ese apoyo electoral,
sin que ello y que nosotros sepamos, haya producido escàndalo alguno a nivel de
esas organizaciones campesinas en el plano internacional.
Reiteramos,
nos sorprende profundamente la participación de las organizaciones campesinas
integradas en La Vía Campesina en estos sòrdidos connubios, ya que estas
posiciones diferirìan a nuestro buen saber y entender, con los grandes
lineamientos trazados por La Vía Campesina Internacional desde sus inicios.
Entendemos asi que, estas polìticas que se llevan a cabo en la Argentina por
parte del Mocase y del MNCI, confrontarìan con los Principios que dan vida a la
existencia de la que fuera, la más importante organización mundial en defensa
de las agriculturas ancestrales. Confirma nuestra preocupación las últimas publicaciones
de La Vía Campesina y particularmente la que se titula: "Desenmascarando
la Agricultura Climáticamente Inteligente" donde se expone
claramente que "no hay lugar para los campesinos y pequeños
propietarios en la agricultura industrial" y el comunicado de
prensa del 25 de septiembre de 2014, en donde expresan que “Mientras
los movimientos sociales, como La Vía Campesina, ven a la agroecología como la
alternativa a la agricultura industrial, y destacan su promesa transformadora
de las realidades rurales, la apertura institucional actual, es mas bien a una
agroecología acotada, que se limita a agregar nuevas herramientas a la caja de
herramientas de la agricultura industrial; o sea, métodos para reducir los
impactos negativos en su futura productividad. Los que promuevan
este enfoque, suelan usar nombres como 'intensificación sustentable,' o
'ecológica,' o 'agricultura inteligente para el clima,' para referirse a esta
visión, que erróneamente plantea que la agroecología sea compatible con las
grandes extensiones de monocultivo, los agrotóxicos, y las semillas
transgénicas. Para La Vía Campesina, esto no es agroecología, sino
un intento de cooptación, que habrá que denunciar y resistir.”
Es por la
extrema gravedad de todo lo anterior, que hacemos un llamamiento indignado a
todos aquellos que están participando de estos encuentros legitimantes del
modelo devastador y genocida de la sojizaciòn compulsiva, para que cesen en la
participación de una construcción conjunta e inmoral con las Corporaciones y el
Gobierno del Agronegocio, manifestandose abiertamente en contra de esas
políticas, tal como lo hacemos ahora nosotros como GRR, denunciando a su vez
con valentìa las connivencias entre sus presuntas dirigencias y pronunciàndose
en contra de la Coexistencia entre los Agronegocios y las diferentes formas
ancestrales y locales de agricultura, asi como los diversos modos y pràcticas
de cultivo del suelo y autosuficiencia.
GRR. Grupo de
Reflexiòn Rural
Dado en Buenos
Aires en Noviembre de 2014
Hola
compañeros,
Tres cuestiones, por orden de aparición. La primera es que
la referencia al neoleninismo me parece hermética en las actuales
circunstancias. No creo que muchos, lectores en general o pérsicos, siquiera
sepan de qué se trata. No sé qué les parece, pero más apropiada me parece la
caracterización más abajo. La segunda es establecer, en alguna frase, la
inevitable conexión con la única "salida" del sistema desarrollista
global...que es la de comer las entrañas de la tierra. Arrebatos hubo siempre,
pero desde el nacimiento y la expansión del capitalismo (Fernand Braudel
los ubica en Venecia hacia 1350) la curva de lo que ahora llaman
"extractivismo" no dejó de crecer y cada "desarrollo de fuerzas
productivas" (soviético, chino, occidental, BRIC, etc) solo acelera ese
proceso. La tercera es que -en general- le quitaría protagonismo (corporate
behavior) a Nonsancto, porque es el muñeco de turno y atacarlo está bien pero
no alcanza para poner en duda el circo.
Recuperada mi MUY mala y esporádica conexión de internet
prometo entrar en los otros temas (internos) del GRR.
Abrazos, Andrés
El primero fue en
Añatuya: http://www.pastoralsocial.org.ar/index.php/8-noticias/84-mons-jorge-lozano-participo-de-1-mision-de-observacion-de-la-mesa-de-dialogo-para-una-agricultura-sustentable-en-los-juries-anatuya-sgo-del-estero-argentina-2
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