México se moviliza y
pone a Peña Nieto sobre aviso Decenas de miles de personas salieron a las
calles en lo que podría ser la mayor crisis en dos años de gobierno Una silueta
y miles de manifestantes, anteanoche,
en el Zócalo de Ciudad de México. Foto:
EFE
Mucho más que solo ira: el caso destruyó la confianza social MÉXICO.- "¡Vivos se los llevaron, vivos
los queremos!" El grito se escuchó multiplicado por miles en el Zócalo de
México, la emblemática plaza mayor de la capital, y dejó en evidencia lo que
muchos consideran la mayor crisis del gobierno de Enrique Peña Nieto desde que
asumió el poder hace dos años. Fueron 30.000 personas las que inundaron el
Zócalo en las protestas de anteanoche, y otras miles las que salieron con la
misma determinación en los estados de Guerrero, Puebla, Chihuahua, Morelos,
Oaxaca, Veracruz y Baja California, en una jornada de marchas concertadas para
exigir paz y justicia a un gobierno sin respuestas. Todos los manifestantes
sintonizaron la misma canción de protesta: el reclamo por los 43 estudiantes
desaparecidos hace dos meses en Guerrero, presumiblemente ejecutados por
sicarios del narcotráfico que operaron en brutal alianza con la policía y las
autoridades. "No vamos a descansar hasta encontrar a los muchachos o hasta
que nos los entreguen, porque estamos seguros de que saben dónde están",
dijo Felipe Cruz, padre de uno de los desaparecidos, desde una tribuna en el
Zócalo. Los padres encabezaron las manifestaciones luego de llegar en tres
caravanas que recorrieron en los últimos días varias regiones del país en busca
de ayuda. En su mayoría vestidos de negro, los manifestantes caminaron hacia el
Zócalo mientras alzaban banderas mexicanas pintadas de negro en señal de duelo,
fotografías de los 43 desaparecidos y carteles con leyendas de "Ya me
cansé" y "Fue el Estado". Era el día en que se celebraba el 104°
aniversario de la Revolución Mexicana. "Nosotros no sólo ya nos cansamos,
ya estamos hasta la madre de este gobierno", clamó una estudiante de 21
años que dijo haber viajado desde Guerrero y que, señal de los tiempos, no
quiso dar su nombre por temor a represalias. Tenía buenas razones para temer:
el 26 de septiembre pasado, la policía de la ciudad de Iguala atacó a un grupo
de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y se los entregó en mano a los
gatilleros del cartel Guerreros Unidos, al parecer por órdenes del alcalde del
pueblo. La orden inicial era evitar que los estudiantes empañaran con una
protesta un acto que iba a encabezar su mujer, también funcionaria municipal.
Aunque las investigaciones apuntan a que los jóvenes fueron
ejecutados e incinerados por los sicarios del narco, los padres aseguran que
siguen secuestrados y exigen continuar la búsqueda. Los agentes federales
enviados a la zona realizaron detenciones, obtuvieron confesiones y finalmente
dieron con los supuestos restos de los estudiantes. Esos restos son ahora
analizados en un laboratorio de Austria para confirmar si se trata de ellos. La
marcha del Zócalo fue en gran medida pacífica, al contrario de otras protestas
recientes que terminaron con la quema de edificios de gobierno en Guerrero.
Siempre que desconocidos enmascarados intentaban unirse a la concentración, los
asistentes se lo impedían con cánticos de "¡Violencia no!" y
"¡Fuera las máscaras!". Sobre el final de la marcha, un grupo de 200
encapuchados se salió con la suya y se enfrentó a los agentes antimotines
mientras trataban de bloquear un acceso al aeropuerto internacional. También
lanzaron bombas molotov contra la fachada del Palacio Nacional, que da al
Zócalo, pero fueron contenidos por la policía y al cabo de unas horas 31
personas terminaron la velada infernal bajo arresto.
Lo último que quería el grueso de los manifestantes y sus
compañeros del dolor en otras ciudades era agregar una cuota más a la violencia
e impunidad de la que ya son víctimas. Pese a los avances que exhibe el país en
otras materias, como las reformas en educación y energía que impulsó Peña Nieto
y una economía abierta y en crecimiento, la inseguridad, el narcotráfico y la
corrupción siguen invictos en su lucha contra las instituciones, la sociedad y
el bien común. "Quiero que renuncie Peña Nieto -dijo una manifestante que
llevaba un cartel con esa misma consigna-. Todo es parte de la corrupción. Los
que tenemos hijos queremos dejarles algo, por lo menos, el ejemplo de que
levantando la voz podemos hacer mucho y podemos hacer que escuchen." Entre
carteles, pintadas y gritos se repetía la misma demanda contra la desidia,
ineptitud o complicidad que se les atribuía a las autoridades mexicanas. La
bronca se sintetizaba en dos palabras: "¡Fuera Peña!". Hasta ahora
fueron detenidas 76 personas, incluidos el alcalde de Iguala y su mujer,
considerados los autores intelectuales de las desapariciones de los
estudiantes. Pero el número de víctimas relacionadas con el narcotráfico es de
80.000 muertos y 22.000 desaparecidos desde 2006, cuando el ex presidente
Felipe Calderón lanzó una ofensiva militar continuada por Peña Nieto. Con las
calles del país llenas de manifestantes, Peña Nieto mantuvo anteayer su agenda
oficial y celebró dos ceremonias de condecoración a militares, aunque el
gobierno se vio obligado a suspender el tradicional desfile que iba a tener
lugar en el Zócalo por el aniversario de la Revolución Mexicana. El presidente
afirmó que su gobierno "no cejará" los esfuerzos para que impere el
Estado de Derecho y la justicia, y condenó la violencia "cualquiera que
sea su origen". México "está dolido, pero el único camino para
aliviar este dolor es el de la paz y la justicia", agregó. Fuera del país,
se celebraron actos de solidaridad con los estudiantes desaparecidos en
ciudades como Santo Domingo, San Pablo, Santiago de Chile, Lima y San Salvador.
También hubo voces de protesta en Washington, donde cientos de mexicanos
exigieron justicia por los estudiantes en una concentración ante la Casa
Blanca, en una vigilia donde se enarbolaron carteles con idénticas demandas a
las del Zócalo y del resto de los mexicanos que sufren en silencio.
Del editor: cómo sigue. No sólo Peña Nieto, sino todo el
Estado mexicano están bajo presión para hacer algo que hasta hoy casi ni
hicieron: dar respuesta al clamor social. Tomado de nación de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario