Hasta que se
decida sobre su futuro, exponerlo o no en el Museo Marítimo de Santander, los
técnicos se centran en su conservación
Pilar Chato |
Santander |
La aparición del
calamar causó un gran revuelo. / Fotos: Javier Rosendo | Vídeo: Pablo Bermúdez
El calamar
gigante que el martes apareció en la playa de La Arena, en Pechón, se ha
trasladado a las instalaciones del Museo Marítimo del Cantabria, en Santander,
a la espera de que se decida sobre cuál va a ser su futuro. Mientras tanto, los
técnicos del centro, se centran en garantizar su perfecta conservación, según
ha explicado el director del Museo, Gerardo García Castrillo.
El ejemplar, de
la especie ‘Architeuthis Dux’, tiene más de diez metros de longitud y 180 kilos
de peso. García Castrillo ha explicado que en el museo cuenta con dos
ejemplares similares, pero de otras familias y mucho más pequeños.
En función de lo
que se decida entre el Gobierno y los biólogos del Museo, el calamar podría
permanecer en Santander para su exposición o no. Si finalmente se decide prepararlo
para mostrarlo al público se le efectuará un tipo de necropsia diferente a si
finalmente solo se utiliza como objeto de estudio. El Museo Marítimo tiene
experiencia en el estudio de animales de gran tamaño. Uno de los más destacados
fue la ballena varada en Oriñón en el año 1997, casi 20 metros de cetáceo que
fueron estudiados en el centro de Santander.
En cefalópodo se
encuentra en buen estado, con uno de los tentáculos fragmentado, y podría
pertenecer al caladero de Carrandi que hay cerca de Ribadesella (Asturias),
según explicó ayer el presidente de la Coordinadora para el Estudio y la
Protección de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria, un centro de
investigación situado en Luarca que se dedica a estudiar al calamar gigante.
Al animal le faltaba
la epidermis porque se le pela la piel, por eso en Asturias se le conoce como
peludín, añadió Laria. Esta especie está provista de ocho brazos y dos largos
tentáculos que superan cuatro veces la longitud completa del cuerpo. Ayer en
Pechón se corrió rápidamente la voz de que un calamar gigante estaba varado en
el arenal y fueron varios los que se acercaron.
Tomado de correo
de país vasco
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