5 de abril de 1818: la feroz batalla de Maipú
O´Higgins y San Martín en "El abrazo de Maipú",
obra de Pedro Subercaseaux. Fuente: Archivo - Daniel Balmaceda
La situación era caótica. La Patria se perdía. Los godos
habían sorprendido, en medio de la noche cerrada, al ejército patriota en los
campos de Cancha Rayada. Todo se lo habría llevado el diablo si no hubiera sido
por la magnífica actuación de Juan Gregorio de Las Heras quien, en medio del
caos, sacó del peligro a cuatro mil quinientos hombres y salvó al Ejército. La
capital chilena estaba sumida en el pánico ante los rumores sobre la muerte de
los Libertadores, rumores que quedaron disipados cuando el 25 de marzo de 1818,
ambos entraron a Santiago.
El general San Martín sabía que no había tiempo que
perder para reorganizar al ejército. Pero el ánimo estaba en baja. El
Libertador, entonces, se dirigió al pueblo reunido en la Plaza de Armas.
Chilenos: Uno de aquellos acasos que no es dable al
hombre evitar, hizo sufrir a nuestro ejército un contraste. Era natural que
este golpe inesperado y la incertidumbre os hicieran vacilar, pero ya es tiempo
de volver sobre nosotros mismos y observar que el ejército de la Patria se
sostiene con la gloria al frente del enemigo. (.) La patria existe y triunfará,
y yo empeño mi palabra de honor de dar en breve un día de gloria a la América
del Sur.
El pueblo confió en sus palabras. Sus soldados, también.
Y ese día de gloria llegó pronto. El 2 de abril, luego de haber recolectado
armas de entre todo el pueblo, el ejército unido argentino-chileno se dirigió
hacia el valle que se extiende al lado del río Maipú, al sudeste de Santiago.
Tres días después, el 5 de abril, los realistas, en su
marcha hacia la capital con el objetivo de invadirla, se apostaron en la
hacienda de Lo Espejo ubicada en aquel valle. San Martín situó a sus tropas en
una elevación del terreno desde donde pudo observar al ejército realista. Al
revisar la disposición del enemigo en una única línea, le dijo a sus oficiales:
"¡Qué brutos son estos godos!". Se había dado cuenta de una falla
letal en las filas enemigas: no tenían reserva.
Los españoles habían dispuesto a la tropa en una única
línea defensiva. Frente a esta táctica, San Martín dispuso tres divisiones. A
la derecha, una al mando de Las Heras, Alvarado a la izquierda y en la
retaguardia, la reserva conducida por Hilarión de la Quintana.
"Maipú, un
abrazo para la historia" es la obra conmemorativa, escrita por Roberto
Arancibia Clavel, Luis V. Ferrada Walker, Julio Luqui Lagleyze, Guillermo
Palombo, Diego A. Soria y Alfredo A. Stahlschmidt. "Maipú, un abrazo para
la historia" es la obra conmemorativa, escrita por Roberto Arancibia
Clavel, Luis V. Ferrada Walker, Julio Luqui Lagleyze, Guillermo Palombo, Diego
A. Soria y Alfredo A. Stahlschmidt. Fuente: Archivo - Crédito: Daniel Balmaceda
Hacia el mediodía se dio la orden de avance y la división
de Las Heras se lanzó hacia los godos, rompiendo filas y dispersando a los
soldados hacia la izquierda en donde los esperaba la división de Alvarado. Pero
éste no pudo contenerlos. Fue en ese momento en que San Martín ordenó el avance
de la reserva. Hilarión de la Quintana se sumó a las fuerzas de Alvarado e
hicieron retroceder al enemigo que se atrincheró en la Estancia Lo Espejo.
En el momento en que los españoles ordenaron la retirada,
se dio aviso a O´Higgins, que esperaba en la capital con una segunda reserva.
El héroe chileno se dirigió al campo de batalla. Al encontrarse con San Martín,
lo abrazó como pudo, ya que tenía el brazo vendado por las heridas de marzo, y
le dijo: "¡Gloria al salvador de Chile!".
El ataque final lo dieron Las Heras y el general
Balcarce, persiguiendo al enemigo hasta derrotarlo.Maipú fue una batalla
sangrienta, brutal. Las fuerzas patriotas tuvieron mil heridos y perdieron
ochocientas vidas, mientras que murieron cerca de mil quinientos realistas en
el campo de batalla y unos mil trescientos prisioneros.
La importancia de este triunfo radicó en haber dinamitado
las esperanzas españolas. El ejército realista prácticamente desapareció. La
independencia de Chile quedó asegurada.
A doscientos años de la batalla final, historiadores
chilenos y argentinos se unieron para escribir el libro: "Maipú - Un
abrazo para la historia" (Editorial Universitaria del Ejército Argentino).
La calidad de los textos y las ilustraciones son un merecido homenaje a
aquellos hombres que sacrificaron hasta sus vidas en busca de la ansiada
libertad de los pueblos de América del Sur.
Por: Daniel Balmaceda
TOMADO DE LA NACION DE AR
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