Un estudio marca que aumentó dos puntos en 2017; eso implica
que hay casi 8 millones de menores que no alcanzan el mínimo en al menos un
indicador Fuente: LA NACION
Francisco
Jueguen Más de seis de cada diez chicos son estructuralmente
pobres en la Argentina. Esto quiere decir que actualmente hay 7.930.000 niños
de hasta 17 años en esa situación en todo el país, según datos de la
Universidad Católica Argentina (UCA).
Sin embargo, lo más preocupante es la tendencia: en 2017 la
cantidad de chicos estructuralmente pobres creció dos puntos, a 62,5%, con
relación a lo que sucedía un año atrás, cuando esa cifra era de 60,5%
(7.680.000 jóvenes).
Esta radiografía surge del denominado índice
multidimensional (que mide la pobreza por dimensiones o derechos, y no por
ingresos) que elabora el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA,
que coordinan Agustín Salvia, y en el caso de los más chicos, la especialista
Ianina Tuñón.
El aumento de dos puntos pudo medirse gracias al uso de la
antigua metodología del Observatorio. Con la nueva, desarrollada en 2017 -que
no tiene índice con el cual comparar-, la pobreza estructural entre los más
chicos llega al 65%, o sea, a 8.250.000 jóvenes. Ese porcentaje incluye a
jóvenes que tienen por lo menos una privación en las dimensiones medidas.
El índice multidimensional de la UCA calcula la pobreza
sobre la base de diferentes dimensiones o indicadores en un doble umbral de
privaciones (total o severa).
Allí se tienen en cuenta la alimentación (si los chicos
pasaron o no hambre), el saneamiento (acceso a agua corriente o inodoro),
vivienda (los tipos de materiales con los que está hecha), salud (si visitan a
un médico o si son o no vacunados), información (si tienen acceso a libros,
teléfonos o Internet), y educación y estimulación (si asisten a clase, tuvieron
estimulación temprana, entre otras cosas).
Según la foto de la UCA con la metodología nueva, un 5,9% de
los jóvenes estuvieron en 2017 privados en cuatro o más dimensiones; 12%, en
tres dimensiones; 18,4%, en dos dimensiones, y 28,7%, en una dimensión.
Con la metodología comparable, aquellos con cuatro o más
privaciones mostraron una mejora entre 2016 y 2017 (pasaron de 5,8% a 4,1%). Los
otros tres estratos empeoraron entre un punto, y un punto y medio, según el
cálculo académico de la universidad ligada a la Iglesia.
"La pobreza medida por dimensiones no está asociada
directamente con la política de transferencias de ingresos", explicó
Tuñón. "Y el Gobierno tiene una mirada focalizada solo en bajar la pobreza
por ingresos", planteó la especialista del Observatorio de la Deuda Social
Argentina.
En cuanto a la dimensión focalizada en el derecho a la
alimentación, la UCA estimó que en 2017 uno de cada diez chicos reside en un
hogar "vulnerable en términos de acceso a los alimentos".
La universidad calculó que desde 2015 se registra una
tendencia escalonada en ascenso. "Esta vulnerabilidad trepa al 18% en la
infancia pobre en términos monetarios, 14% en la población que recibe
asistencia económica del Estado y 14% en el conurbano bonaerense", afirmó
el estudio.
Y después, agregó: "Cabe destacar que el ascenso en la
incidencia se detuvo en el último período interanual entre los beneficiarios de
transferencias por ingresos, lo cual indica la importancia de su existencia y
los límites de la misma para erradicar el problema".
En los datos comparables, el déficit de alimentación entre
2016 y 2017 mostró un alza de 8,7% a 9,6%
En saneamiento, en tanto, pasó de 22,8% a 20,8%; vivienda
(25,2% a 25,3%); salud (de 22,7% a 23,1%), información (de 15,8% a 16,7%);
estimulación y educación (de 19,3% a 18,2%).
"Se estima que el 24,7% de la infancia carece de acceso
a agua de red y/o inodoro con descarga en el interior de su vivienda (7% carece
tanto de agua como de inodoro)", afirmó el documento de la UCA en uno de
sus puntos.
"Si bien entre 2010 y 2014 se registra un descenso en
el déficit, a partir de aquel momento el déficit es sostenido con leves
incrementos a nivel total y sin cambios en el nivel de la privación más grave.
El déficit en el espacio de saneamiento es una problemática central del
conurbano bonaerense (40% en 2017)", estimó la universidad en una de sus
conclusiones sectoriales.
Más datos relevantes
Otros datos que fueron desarrollados y que llamaron la
atención del informe académico fueron que el 30% de los niños y adolescentes
tenían en 2017 viviendas precarias de acuerdo con sus materiales de
construcción. O que el déficit en el ejercicio de salud afectaba a un 23% de
chicos y que un 19% registraron privaciones en el espacio de la educación.
Además, que casi un 19,5% de los niños tiene problemas para acceder a
tecnologías de la información.
Más allá de las mediciones multidimensionales, la UCA
también publicó su indicador por ingresos.En ese sentido, la pobreza por
ingresos entre los chicos de 0 a 17 años cayó de 47,5% a 42,5%, una tendencia
que también registró el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la
República Argentina (Indec).
El dato por ingresos no comparable de la UCA (elaborado bajo
una nueva metodología) estimó en 2017 un 48,1% de chicos pobres.
Para el Indec, en tanto, el dato de pobreza en niños es
menor: fue de 39,7%, pero para un universo entre los 0 y los 14 años.
Radiografía de las necesidades
Los indicadores que tuvo en cuenta la UCA en el informe
7,5 Millones de niños pobres
Es la cifra que relevó el Observatorio de la Deuda Social
Argentina de la Universidad Católica Argentina. Creció de 60 a 62,5% entre 2016
y 2017, y abarca el universo de 0 a 17 años
7 Indicadores
El índice multidimensional de la UCA calcula la pobreza
sobre la base de diferentes dimensiones o indicadores en un doble umbral de
privaciones (total o severa). Allí se tienen en cuenta la
alimentación, el saneamiento (acceso a agua corriente o inodoro), vivienda, salud, información (si tienen acceso a libros, teléfonos o Internet), y educación y estimulación (si asisten a clase)
alimentación, el saneamiento (acceso a agua corriente o inodoro), vivienda, salud, información (si tienen acceso a libros, teléfonos o Internet), y educación y estimulación (si asisten a clase)
Por: Francisco Jueguen
/ TOMADO DE LA NACION DE AR
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