Irupana logra
controlar incendio voraz que afectó a 150 hectáreas Siniestro. Apaciguan fuego
a 700 m de un surtidor y a 200 de una red de alta tensión
/Con agua en recipientes, palas, picotas y machetes en mano,
autoridades y comunarios lograron controlar ayer un incendio voraz que afectó a
150 hectáreas de bosque del municipio de Irupana de La Paz. Una comunaria es la
principal sospechosa.
En el municipio afectado, el olor a hierba quemada y humo
impregnaba el ambiente. El cerro de Yanata —conocido por fomentar el deporte de
parapente— terminó cubierto de cenizas a consecuencia del incendio que comenzó
la mañana del martes. La Razón evidenció que hasta las 11.00 de ayer, el 98%
del fuego estaba bajo control, pero a las 14.30 tres focos de calor amenazaban
con reactivarse. No obstante, el esfuerzo conjunto de comunarios, funcionarios
de distintas instituciones y autoridades del municipio lograron apaciguar las
llamas con el acarreo de agua en botellas pet, bidones de aceites y otros. Según
el informe preliminar del jefe de Bomberos de Unduavi, sargento Ángel Ugarte,
el fuego afectó a 150 hectáreas de bosque, equivalentes a 300 canchas de fútbol,
y tres ojos de agua (vertientes). El siniestro no causó daños personales ni
materiales, ni a los servicios básicos. Culpabilidad. Lugareños aseguraron que
el siniestro comenzó a las 10.30 del martes e identificaron a la comunaria
Marina Dávila como presunta responsable, pero de forma involuntaria, en su
intento de quemar la maleza que creció en su lote, ubicada a 300 metros del
pueblo. “Ella misma (Dávila) ha reconocido su error porque dijo ‘yo he causado
este fuego, pero ayúdenme a apagar, solo quería quemar la mala hierba que ha
crecido en medio de mi papa walusa’. Entonces salimos en comitiva para apagar
el fuego”, contó el vicepresidente de la Cooperativa de Aguas Virgen de las
Nieves de Irupana, Julián Santos López. Tres brigadas de 20 personas se
desplazaron por el cerro Yanata, pues el incendio amenazaba los postes de luz y
las antenas de radio Yungas y Entel. “Fue apaciguado a 200 metros de la red de
alta tensión de la radio y 700 del surtidor”, aseguró el presidente de juntas
vecinales, Williams Luna. La casa de Juana Quispe fue la única que estuvo a
punto de quemarse. “No sabía a quién pedir ayuda porque estaba sola con mi hijo
de un año y mi hija de tres, tenía miedo dejarlos, pero más bien los del pueblo
vinieron y salvamos mi casa”, relató cubierta de cenizas y los ojos irritados
por la densa humareda en el municipio. Donato Espinoza, de 53 años y oriundo
del lugar, dijo no haber dormido por el temor de que el fuego llegue al pueblo,
pues nunca antes había presenciado un incendio de tal intensidad. A todo ello,
se suma la falta de lluvias desde hace mes y medio. “Esta es la primera vez que
se presenta un incendio tan grande. Pido a las autoridades comprar una avioneta
para apagar rápido el fuego”, manifestó Quintín Condori, comunario que intentaba
apagar las brasas con su machete. Cerca de las 20.15 de ayer, cuatro
funcionarios de la Gobernación de La Paz y el director departamental de
Seguridad Ciudadana, Jorge Vaca, informaron que el fuego estaba “controlado por
completo” en el municipio. No obstante, el secretario general de Irupana,
Javier Cáceres, sostuvo que desde hace tres días se está chaqueando en Central
Río La Banda, un poblado a cuatro kilómetros y medio de Irupana. Técnicos de la
Autoridad de Bosques y Tierra (ABT) llegarán hoy al lugar para cuantificar los
daños. Comunaria será multada con Bs 1.000 por siniestro La “autora confesa”
del incendio deberá pagar una multa de Bs 1.000 y estará obligada a reforestar
el lugar afectado, aseguró el concejal de la Alcaldía de Irupana Miguel Flores.
La mujer habría indicado que solo pretendía quemar la maleza de su cultivo. “El
Concejo Municipal se reunirá mañana para definir las sanciones correspondientes
para Marina Dávila. Según las normas del municipio, le correspondería una multa
de 1.000 bolivianos y la reforestación de la superficie dañada”, informó Flores
a La Razón. Freddy Sánchez, dirigente de la comunidad de Lavi (Irupana),
sostuvo que el hecho “fue un crimen a la naturaleza” porque el fuego estuvo a
punto de llegar a la población que representa. “La persona que ha provocado
este daño tiene que pagar. Sugiero que se la expulse de la comunidad sin
derecho a que regrese porque, pese a que está prohibido quemar y chaquear en
este municipio, la gente lo sigue haciendo”, señaló.
Al mediodía de ayer, una comitiva se trasladó al terreno de
Dávila, pero ella no se encontraba. El jefe de la Policía de Irupana, Antonio
Pucho, indicó que las autoridades determinarán las responsabilidades. Los
vecinos indicaron que la mujer está asustada. La directora del hospital del
lugar, María Choque, sostuvo que el incendio provoca infecciones respiratorias,
conjuntivitis (daño en ojos) e incluso diarrea en los niños por las cenizas y
humareda. Tomado de la razón de Bolivia
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