Baja cinco posiciones En el último informe del Foro Económico
Mundial que desde hace nueve años mide la brecha de igualdad de género a nivel
mundial, Uruguay ha empeorado su posición y pasó del lugar 77º de 2013 al 82º,
en un total de 142 países.
El informe evalúa diversos aspectos, tales como nivel
educativo, participación política, participación y oportunidades económicas,
salud, y al final establece un ranking general. En referencia al nivel
educativo, Uruguay ocupa el puesto 42 y si comparamos con la región Brasil
encabeza la lista y Argentina ocupa el lugar 50.
En cuanto a participación política, se ubica en el lugar
112º y es de los peores posicionados junto a Surinam (Argentina 21 y Brasil
74). En participación y oportunidades económicas está en el 59º y mejor
posicionado que los países limítrofes (Argentina 96 y Brasil 81), al tiempo que
en salud encabeza la lista junto a ambos. Sin embargo, en el ranking general
Uruguay llega a la posición 82º de 142, en relación a Argentina que se ubica en
el lugar 31 y Brasil en el 71. A nivel continental, se ubica en el puesto 21 de
un total de 26 países.
El informe proyecta que recién en 2095 habrá igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres. El cálculo se basa en que la brecha
actual es de un 60% a nivel mundial y se ha cerrado solo un 4% desde el año
2006, cuando comenzó a elaborarse este documento. “En base a esta trayectoria,
si todas las otras condiciones continúan siendo las mismas, cerrar por completo
la brecha de género le tomará al mundo 81 años”, asegura el informe.
Incluso desarrolla una reflexión interesante y remarca que
la equidad de género es necesaria por cuestiones económicas. Y dispara: “Solo
aquellas economías que cuenten con acceso completo a todo su talento seguirán
siendo competitivas y prosperarán. Pero incluso más importante es esto: la
equidad de género es cuestión de justicia. Como humanidad, también tenemos la
obligación de garantizar que existan valores equilibrados”.
Evidentemente para Uruguay el mensaje se enlentece y, en vez
de avanzar, retrocede en aspectos fundamentales en los que otros países con
similares características, perfiles poblacionales y pasado con décadas
neoliberales a cuestas, han logrado ascender.
Por eso es relevante entender –de una vez por todas-- que
una cosa es el discurso, otra la realidad y aún otra diferente la posibilidad
de lograr que el propio género tenga el deseo de avanzar. Lo demás es el
cotillón propio de los discursos que confunden concientización con puesta en
práctica. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE URUGUAY
No hay comentarios:
Publicar un comentario