UNA ENTREVISTA CON
EXPERTO DEL CONICET IMPERDIBLE SOBRE EL CAMBIO
CLIMÁTICO Pablo Canziani,
investigador principal del CONICET en la Universidad Católica Argentina (UCA)
que integró el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) de la ONU,
asegura que hay una crisis medio ambiental y analiza los factores que están
afectando la capa de ozono.
Pablo Canziani,
investigador principal del CONICET en la Universidad Católica Argentina (UCA),
integró el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) de la ONU – uno de
los ganadores del Premio Nobel de la Paz 2007 – y participó en calidad de
experto revisor del informe del Protocolo de Montreal que realiza cada cuatro
años una evaluación minuciosa sobre el estado de la capa de ozono.
Este año por primera vez se presentó “Cambio Climático 2014:
mitigación del cambio climático”, un informe del IPCC que detalla los
escenarios futuros en el planeta. El especialista en la materia analizó la
problemática.
¿Cuáles son las
principales conclusiones del informe? El documento que se presentó es una
síntesis que informa cómo se avanzó en las medidas para recuperar la capa de
ozono, cuál su estado actual, los problemas que está generando en su
vinculación con el cambio climático, en particular para el hemisferio sur, y
además cómo los inconvenientes emergentes de los sustitutos de los gases que
dañan la capa de ozono están convirtiéndose en una problemática que se suma al
de los gases de efecto invernadero.
¿Hay una crisis
ambiental?
Sí, lo hay a nivel ambiental global, concretamente una de
tipo socio-ambiental porque tiene que ver con el modelo de desarrollo que
afecta a la atmósfera y a la humanidad. Es un modelo socio-económico que no
contempla el ambiente como una parte del funcionamiento del sistema. En
realidad el ambiente es fundamental ya que si no está sano no hay ninguna
posibilidad de desarrollo. Estamos yendo a contrapelo de las necesidades de la
humanidad.
¿En qué estado actual
se encuentra la capa de ozono?
De todos los múltiples problemas ambientales que hay, este
es el único que está controlado y con posibilidades de revertirse. La
Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y su implementación
a través del Protocolo de Montreal y sus enmiendas han sido exitosos en la
medida en que, si bien todavía no se detectaron las mejorías en la magnitud que
estábamos esperando, se frenó el incremento de la crisis y las sustancias que
la dañan comenzaron a disminuir en la atmósfera.
¿Y eso a qué se
debió?
A un consenso que se logró luego de varios años de
discusiones para proteger la capa de ozono, que era un problema
comparativamente simple en comparación con otras cuestiones ambientales y se
pudo encontrar rápidamente una solución que era viable económicamente. Este
caso nos demuestra que se pueden tomar decisiones políticas nacionales e
internacionales y que generan un beneficio para la humanidad en general.
¿Qué factores afectan
a la capa de ozono?
Los daños los generan de manera dominante las especies
halogenadas, los átomos de cloro y bromo y, en menor grado el flúor, con
tiempos de permanencia en la atmósfera muy prolongados. Estos gases, cuya
permanencia depende de la estructura de la molécula, se usaron hasta su
prohibición a fines del siglo XX y principios del XXI, y ya se dejaron de
producir. Son moléculas que liberaban cloro y bromo en la estratósfera por
interacción con la radiación ultravioleta, en un proceso lento, con un tiempo
de permanencia de entre 50 y más de 100 o más años. Hay un impacto residual que
queda debido a los stocks preexistentes a esta prohibición. Estos son los
famosos CFC y los gases halones. Actualmente esos gases fueron reemplazados por
los HCFC y HFC, que son moléculas similares pero hidrogenadas, y que cumplen
las mismas funciones en la sociedad pero que tienen una vida generalmente
inferior a los 30 años. Pequeñas emisiones de estos gases pueden generar una contribución
al calentamiento global, y por ende su acumulación por uso creciente en los
próximos 35 años aportaría de manera significativa al cambio climático en muy
poco tiempo, tal como lo indica el presente informe.
En cuanto a la capa de ozono, el principal efecto sobre el
hemisferio sur, tal como se presenta en este documento, se viene produciendo en
las últimas décadas durante los meses de verano. Tiene que ver con mayores temperaturas
y precipitaciones en nuestro país y sequías en el centro de Chile, Australia y
norte de Nueva Zelanda principalmente. La región de la pampa húmeda, hasta el
sur de Brasil, es la zona del planeta probablemente con el mayor aumento de
precipitaciones del siglo XX, debido a los aportes tanto de los impactos en la
circulación atmosférica del agujero de ozono antártico como de los impactos
climáticos de los gases invernaderos.
¿Y qué ocurriría con
los gases de efecto invernadero?
Si no se logra una reducción de ellos y se produjera un
aumento acelerado, esto traería una mayor cantidad de precipitaciones. Las
regiones subtropicales del hemisferio sufrirían cada vez peores estados de
sequía. También se observan cambios en la circulación oceánica del hemisferio
sur y en la secuestración del dióxido de carbono atmosférico en los océanos. A
su vez las reducciones de emisiones de sustancias que dañan la capa de ozono,
ha generado un mayor beneficio en la reducción de presencia de gases de efecto
invernadero que el propio Protocolo de Kyoto.
(Por Douglas Mac Donald; CONICET)
Fuente: ENERGÍA ESTRATEGICA TOMADO DE ENVIO DE PREGON
AGROPECUARIO DE AR
No hay comentarios:
Publicar un comentario