SI QUISIERAN, EEUU Y CHINA INCLINARÍAN LA BALANZA CLIMÁTICA
Si Estados Unidos y China adoptaran las mejores prácticas
mundiales en el uso de energía, para 2020 las emisiones estadounidenses caerían
18 por ciento por debajo del nivel de 2005, aproximadamente cinco por
ciento
menos que los niveles de 1990.
Por: Stephen Leahy China y Estados Unidos son responsables
de 35 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) y si
adoptasen mejores prácticas de eficiencia energética podrían ayudar a limitar
el aumento de temperatura mundial en algo menos de dos grados, según un nuevo
estudio. Aunque el uso de energía se disparó en China en los últimos 20 años,
el habitante estadounidense promedio consume cuatro veces más electricidad que
su par chino. Si el crecimiento económico se mantiene igual que ahora, la
infraestructura planificada y construida en el próximo quinquenio comprometerá
al mundo a emitir suficiente CO2 para superar el máximo del presupuesto de
carbono de dos grados. Sin embargo,
cuando se trata de la eficiencia energética, la industria del acero china es
mucho menos eficiente que la estadounidense, a diferencia de lo que ocurre con
la producción de cemento, según el nuevo análisis de la organización Climate
Action Tracker sobre el uso y el ahorro potencial de energía en la producción de
electricidad, el sector industrial, los edificios y el transporte en ambos
países. Si China y Estados Unidos adoptan las mejores políticas de eficiencia
practicadas en el mundo, “ambos estarían en el camino correcto para mantener el
calentamiento por debajo de dos grados”, aseguró Bill Hare, un científico del
clima de la organización alemana Climate Analytics.
Los dos países deben “reducir drásticamente” el uso de
carbón, afirmó Hare. En este momento, ninguno de los dos lidera en ningún
sector de mitigación del cambio climático, según el análisis. Climate Action
Tracker es una colaboración entre Climate Analytics, Ecofys y el Instituto de
Potsdam para la Investigación sobre el Impacto Climático. “Nos fijamos en cuál
sería el rendimiento de Estados Unidos y China si adoptaran una de las dos
mejores prácticas en la producción de electricidad, el sector industrial, los
edificios y el transporte. Hallamos que esto, por sí solo, los pondría en un
rumbo mejor”, explicó Niklas Hohne, de Ecofys.
Una de las razones de que Estados Unidos tenga un uso de
energía por habitante 400 por ciento mayor es que el espacio residencial de los
estadounidenses duplica al de China, mientras que los edificios chinos
generalmente consumen mucha menos energía. “Los edificios de China no son para
nada los más eficientes. Pero por lo general son más nuevos y utilizan menos
aire acondicionado y calefacción que en Estados Unidos”, señaló Hohne. Sin
embargo, el consumo energético en el sector residencial de China está
aumentando significativamente. Si ambos adoptaran el estándar de la Unión
Europea (UE) se producirían enormes reducciones, según el informe. Otra razón
de peso del mayor uso de energía en Estados Unidos es que la propiedad de
automóviles es 10 veces mayor que en China. Además, esta tiene menos emisiones
por vehículo debido a sus leyes, un poco más estrictas. Una vez más, si ambos
países adoptaran las mejores prácticas mundiales, como el aumento en Noruega de
la cuota de coches eléctricos, podría haber una diferencia importante. China y
Estados Unidos son muy diferentes, pero podrían aprender uno del otro, sostuvo
Michiel Schaeffer, de Climate Analytics. Podrían ocupar una posición de
auténtico liderazgo si adoptaran las mejores prácticas del mundo, añadió. “Por
el momento, no están liderando” en este campo, observó. El tiempo no está del
lado de nadie. Las emisiones mundiales de carbono siguen aumentando año tras
año y, si no llegan a un máximo y comienzan a descender en los próximos dos o
tres años, será sumamente difícil y costoso impedir que la temperatura del
planeta se eleve por encima de los dos grados. Las temperaturas subieron 0,085
grados hasta el momento, lo cual se vincula a miles de millones de dólares en
daños y a fenómenos meteorológicos extremos que afectan a decenas de millones
de personas, como ha informado IPS. Si Estados Unidos y China adoptaran las
mejores prácticas mundiales en el uso de energía, para 2020 las emisiones
estadounidenses caerían 18 por ciento por debajo del nivel de 2005,
aproximadamente cinco por ciento menos que los niveles de 1990. Las de China
alcanzarían su punto máximo a principios de la década de 2020. Eso cerraría la
brecha de las emisiones en casi 25 por ciento. La brecha de emisiones es la
cantidad de reducciones de carbono más allá de los actuales compromisos
necesarias antes de 2020 para permanecer por debajo del incremento de los dos
grados. La UE es claramente líder mundial en la reducción de las emisiones que
afectan el clima, con más de 20 por ciento para 2020 en comparación con 1990.
Este mes se comprometió a recortarlas al menos un 40 por ciento para 2030. Otro
análisis de Climate Action Tracker señaló en junio de este año que Estados
Unidos y otras economías avanzadas, conocidas como los países del Anexo 1 en
los tratados climáticos de la Organización de las Naciones Unidas, deberán
recortar sus presupuestos de carbono entre 35 y 55 por ciento en 2030, para
dejar de usar combustibles fósiles en 2050, aproximadamente. Esas fechas pueden
parecer lejanas, pero la realidad es que no se podrán construir
infraestructuras que consuman carbono, como casas, vehículos, centrales
eléctricas, fábricas y demás, después de 2018. Las únicas excepciones serían
para la sustitución de la infraestructura existente, de acuerdo con un estudio
reciente de lo que se denomina compromisos de carbono. La construcción de una
vivienda calefaccionada con gas hoy en día implicará que emitirá CO2 este año y
quedará comprometida al uso de más CO2 cada año que se utilice. Si el
crecimiento económico se mantiene igual que ahora, la nueva infraestructura
planificada y construida en el próximo quinquenio comprometerá al mundo a
emitir suficiente CO2 para superar el máximo del presupuesto de carbono de dos
grados. Ese presupuesto es la cantidad de CO2 o de carbono que puede emitirse
para permanecer por debajo de los dos grados. Después de 2018, la única opción
será el cierre de las plantas de energía y otros grandes emisores antes de la
conclusión de su vida útil. Todo plan o estrategia para reducir las emisiones
de CO2 tiene que darle más prioridad a las inversiones en infraestructura. En
este momento las estadísticas revelan “que estamos utilizando combustibles fósiles
más que nunca”, destacó Robert Socolow, de la estadounidense Universidad de
Princeton y coautor del estudio. “Nos ocultamos a nosotros mismos lo que está
sucediendo: las inversiones de capital en el mundo están asegurando un futuro
de alto consumo en carbono”, advirtió Socolow.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga Fuente:
Agencia IPS tomado de envío de pregón agropecuario de ar
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