Sin datos oficiales, subió la pobreza en el último año Hace
doce meses, el Indec publicó por última vez la
medición sobre condiciones de vida;
para FIEL, en ese lapso el índice aumentó en casi 4 puntos Por José Hidalgo
Pallares
Algunos informes del Indec sugieren que las condiciones de
vida se deterioraron en los últimos meses.. Por obra y gracia del Indec, las
tasas oficiales de pobreza e indigencia en la Argentina están suspendidas desde
hace un año en un punto convenientemente bajo para el relato kirchnerista. El
29 de octubre del año pasado el Indec publicó por última vez su cuestionado
informe semestral sobre la incidencia de la pobreza y la indigencia en el país.
Los analistas, sin embargo, advierten que, como consecuencia
de la elevada inflación y el estancamiento del mercado laboral, la pobreza y la
indigencia aumentaron desde que el Gobierno dejó de difundir los datos. De
hecho, algunos informes del propio Indec sugieren que las condiciones de vida
se deterioraron en los últimos meses.
El último parte sobre pobreza e indigencia publicado por el
Indec corresponde al primer semestre de 2013. Según ese informe, en la primera
mitad del año pasado el 3,7% de los hogares y el 4,7% de las personas de los
aglomerados urbanos eran pobres, mientras que la indigencia afectaba al 1,5% de
los hogares y al 1,4% de las personas. Estimaciones alternativas arrojaron
resultados muy superiores. Para FIEL, en el segundo trimestre de 2013 el 14% de
las personas estaba bajo la línea de la pobreza y el 4,1% calificaba como
indigente. Según la Universidad Católica Argentina (UCA), en tanto, en el cuarto
trimestre del año pasado el 3% de los hogares y más del 5% de las personas eran
indigentes, mientras que la pobreza afectaba al 17% de los hogares y a una
cuarta parte de las personas.
El 23 de abril de este año, pese a que el calendario de
difusión anunciaba la publicación de las estadísticas correspondientes a la
segunda mitad de 2013, el Indec, sin una explicación previa, decidió no dar a
conocer ese informe. Esa decisión, en realidad, empezó a vislumbrarse dos meses
antes, el día en que el organismo oficial, en busca de recuperar su
credibilidad perdida, presentó el nuevo índice de precios al consumidor
nacional urbano (IPCnu). Ese mismo día, sin embargo, ocultó los valores de las
canastas básicas alimentaria y total, que marcan las líneas de la indigencia y
de la pobreza, respectivamente.
Las últimas cifras publicadas resultaban más que llamativas:
según el Indec, en diciembre del año pasado, un adulto no era indigente si
tenía ingresos mayores a $ 254,8 mensuales. Es decir, para el organismo oficial
una persona podía alimentarse con $ 8 diarios.
Las estadísticas oficiales de pobreza e indigencia
correspondientes al primer semestre de este año debían difundirse -de acuerdo
con las fechas de publicación de los años anteriores- entre septiembre y octubre,
algo que no ocurrió. LA NACION pidió una explicación al Ministerio de Economía
sobre este tema, pero no obtuvo respuesta.
Según estimaciones privadas, sin embargo, las condiciones de
vida de los argentinos se deterioraron desde el primer semestre del año pasado.
De acuerdo con los cálculos de FIEL, en el segundo trimestre de este año el
17,5% de las personas estaban bajo la línea de la pobreza y el 5,7% calificaban
como indigentes. Es decir, para la consultora la pobreza aumentó en 3,6 puntos
porcentuales frente al segundo trimestre del año pasado y la indigencia aumentó
en 1,6 puntos. Nuria Susmel, economista de FIEL, explicó que la consultora
calcula la pobreza basándose en la Encuesta Permanente de Hogares del Indec,
pero tomando en cuenta sus propios valores actualizados de las canastas básicas
TOMADO DE NACION
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