AYUDADO POR LAS
INDISCIPLINAS Y LA FALTA DE EXIGENCIA…
El mosquito resiste A
cuatro semanas del inicio de la ofensiva para tratar de impedir la propagación
del virus del Zika en el país, el peligro de que ello ocurra, continúa latente
Autor: Ronald Suárez Rivas
La acumulación de basura en sitios que ya habían sido
higienizados, constituye uno de los obstáculos. Foto: Ronald Suárez Rivas
PINAR DEL RÍO.—Ambrosio Iriarte lo dice con preocupación:
“aunque no se ha parado de fumigar, el mosquito sigue”.
A cuatro semanas del inicio de la ofensiva para tratar de
impedir la propagación del virus del Zika en el país, el peligro de que ello
ocurra, continúa latente.
Solo en Pinar del Río, en lo que va de marzo, se reportan
más de 300 focos de Aedes aegypti. Si bien la cifra implica una disminución con
respecto a los meses de enero y febrero, cuando llegaron a sobrepasar los 900,
indica que los esfuerzos por eliminar el vector resultan todavía insuficientes.
En ello, se afirma que han estado incidiendo el número de viviendas y locales
cerrados, y también la proliferación de microvertederos, los salideros de agua,
y las indisciplinas de muchas personas que no acaban de adquirir percepción del
riesgo. María del Carmen Sánchez, vecina del municipio de San Luis, lo resume
en pocas palabras. “La parte de la fumigación se ha estado cumpliendo. Si el
mosquito no se ha podido controlar es por negligencia de la gente”. En parte
tiene razón. A pesar de que en los últimos meses San Luis ha atravesado una
situación epidemiológica compleja, no es extraño encontrar aquí personas que
abren sus viviendas antes de que pasen 45 minutos de la aplicación del
tratamiento adulticida, o que dejan las ventanas entreabiertas para que escape
el humo.Marisol Padrón, vecina de la calle Juana Romero final, parece ser una
de ellas. Poco después de que los reservistas de las FAR fumigaran su casa, la
encontramos abriendo las persianas de par en par. “Es que me fatigo con ese
humo”, dice. No son pocas las personas que abren sus viviendas antes de tiempo, o que
dejan las ventanas entreabiertas para que escape el humo. Foto: Ronald Suárez
Rivas
ESPEJUELOS PARA INSPECTORES
Pero la población no es la única responsable de que el
mosquito continúe volando. En un extremo de San Luis, una zanja maltrecha de
aguas albañales, se encarga de evacuar los residuos de parte del poblado. Desde
hace tiempo, en una de sus márgenes hay quienes tiran basura, que pudiera estar
sirviendo de criadero para los vectores. Según Mario Alberto Sáez, director
municipal de Acueducto, su entidad tiene un trabajador encargado de atender de
manera permanente la limpieza del lugar.
¿Entonces, cómo se puede estar formando aquí un
microvertedero?
La falta de combatividad de quienes tienen la misión de
hacer cumplir la ley, es otra de las cuestiones que han influido en que la
lucha contra el Aedes no sea del todo eficaz. Así lo prueba además, la
acumulación de escombros y desechos en sitios que ya fueron higienizados. Alexander
Pastor Olivero, director provincial de Comunales, precisa que desde que se
inició la ofensiva, en la provincia se han recogido más de 43 800 metros
cúbicos de residuos sólidos, pero admite que solo en la capital pinareña existen
alrededor de 50 “microvertederos históricos”, que se limpian y se vuelven a
limpiar, y al final se llenan de basura nuevamente, debido, entre otras
razones, a la incompetencia de los
inspectores. VIEJOS
PROBLEMAS Desde el portal de su casa, en el reparto Lázaro
Hernández Arroyo, Graciela Mesa contempla el charco de agua que recorre parte
de la calle. “Están fumigando periódicamente, pero con eso ahí, no creo que
sirva de mucho. De hecho, lo que tenemos de mosquitos aquí es muy grande”,
afirma. En septiembre del 2013, el tema de los salideros en el Lázaro Hernández
apareció por primera vez en nuestro diario. A dos años y medio de aquel primer
acercamiento, en varias de sus calles el problema persiste. Lo peor es que no
se trata de un caso aislado. En la entrada de la calle A del reparto Rumayor,
por ejemplo, también el agua brota de la tubería y corre hasta una
alcantarrilla donde se estanca. José Raúl Fraguela, vecino del lugar, asegura
llevar alrededor de un año denunciándolo ante las autoridades de Acueducto.
“Hasta ahora nadie se ha ocupado de darle solución, y eso que en la cuadra
hemos tenido focos de Aedes aegypti y casos de dengue”. TAREA DE MUCHOS A pesar de estas irregularidades, gracias a la
labor de los reservistas de las FAR —cuya presencia ha sido crucial para
estabilizar los ciclos de fumigación—, de conjunto con el personal de la
campaña, y la participación de no pocos organismos que también han apoyado la
tarea con fuerzas y medios, el panorama actual de Pinar del Río es distinto al
que tuviera a principios de año. El doctor Andrés Villar, director del Centro
Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, señala que no solo es
mucho menor el número de focos. La cantidad de viviendas y locales cerrados,
también ha decrecido significativamente. De unas 1 200 que llegaron a
contabilizarse al término de la primera semana de tratamiento intensivo, en el
momento de revisar este reportaje (durante la cuarta semana), se reportaban
solo 77. Más allá de las cifras, en los barrios pinareños, prevalece el
criterio de que se ha trabajado con mayor rigor. Así lo creen Norma Fonte y
Martha Hernández, vecinas de los dos extremos del poblado de San Luis, y
también Juana María Días, Orlando Palacios y Angélica García, habitantes de
diferentes consejos populares de la capital provincial. No obstante, el
director de Higiene y Epidemiología reconoce que el hecho de que continúen
apareciendo focos en estado larvario, quiere decir que también hay mosquitos
adultos dentro de nuestras comunidades. De ahí que en lugar de sentir
satisfacción, se impone seguir reforzando las acciones contra el vector, y
también contra los irresponsables que ponen en riesgo la salud de las personas,
haciendo que una parte de los recursos que el Estado ha dedicado a esta
tarea, se empleen en vano. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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