El mundo celebra el Día Internacional de la
Democracia (i), con al menos una estadística optimista: el
número de democracias sigue aumentando en todo el mundo (i). Sin
embargo, para que las democracias sean realmente eficaces es necesario centrar
los esfuerzos en aumentar la diversidad en sus estructuras representativas.
Cuanto más diverso e inclusivo es
un órgano representativo electivo, mayor es su capacidad para garantizar que en
el análisis de las políticas se tengan en cuenta los intereses de múltiples
comunidades, independientemente de su origen étnico, religión, orientación
sexual o de género, casta, nivel de ingresos, sexo u otro motivo de exclusión
(puede encontrar más información en este
sitio (i) y en este sitio (i)). Cuando la diversidad es mayor, las organizaciones también
pueden lograr un mayor grado de igualdad en el acceso a los servicios, los
beneficios, la toma de decisiones y las oportunidades en materia de dotaciones
humanas y progreso económico.
Históricamente, las mujeres han estado subrepresentadas en la
mayoría de los niveles de Gobierno, incluso en uno de los principales órganos
del Gobierno nacional: el Parlamento. Durante los últimos
25 años, sin embargo, la proporción media de mujeres en los órganos
legislativos ha ido en aumento en todas las regiones. Esta es una señal de
progreso, aunque la proporción media de mujeres a nivel mundial todavía está
limitada a menos de un tercio de los parlamentarios.
En casi todas las regiones, la
proporción media de representantes femeninas en el Parlamento ha ido en aumento
durante los últimos 20 años.
En el marco de este aumento
constante, la excepción es Asia meridional, donde la proporción media de
representantes femeninas alcanzó un nivel elevado —de alrededor del 20 %—
entre 2009 y 2012. A partir de 2019, registra el segundo nivel más bajo entre
todas las regiones. Mientras que en algunas regiones, como África al sur del
Sahara, el porcentaje medio de legisladoras femeninas ha aumentado en forma
relativamente constante, en otras, el progreso general ha sido más limitado o
desigual. En Asia oriental y el Pacífico se tomó la iniciativa en una etapa
temprana, pero el ritmo de aumento de la proporción media en los países de la
región ha sido menor que en otras regiones. En Oriente Medio y Norte de África,
por otra parte, la proporción media de escaños parlamentarios ocupados por
mujeres aumentó marcadamente entre 2010 y 2015, pero (excepto en 2013) no lo
suficiente para superar su condición de región con la menor proporción desde el
inicio del período. Las regiones de América Latina y el Caribe, Europa oriental
y Europa y Asia central se han situado constantemente entre las tres regiones
con la mayor proporción media de parlamentarias. Más a menudo y últimamente, la
proporción más alta corresponde a América Latina y el Caribe.
¿Por qué esto es
importante? Un conjunto de investigaciones cada vez mayor indica que entre
los funcionarios que ocupan cargo electivos, la probabilidad de que las mujeres
apoyen políticas que contribuyen a cerrar las brechas de género es mayor que
en el caso de los hombres. En efecto, los países con una mayor
proporción de representantes femeninas en el nivel nacional y subnacional de
Gobierno cuentan con más leyes que contribuyen a igualar las oportunidades y
los beneficios de las mujeres y los hombres, las niñas y los niños en la
sociedad y en la economía (por ejemplo, puede encontrar más información
en este
sitio (i) y en este
sitio (i)).
Las medidas para mejorar la
igualdad de género incluyen la sanción de leyes orientadas a cerrar las brechas
de género en el empoderamiento económico —por ejemplo, en el trabajo asalariado
y la propiedad de activos— a través de la protección y el respaldo de la
participación de las mujeres en el lugar de trabajo y de sus derechos sobre las
propiedades familiares. Estas leyes contribuyen a corregir la desigualdad de
género sistémica que se perpetúa a través de normas sociales patriarcales de
larga data, en cuyo marco se establece que los miembros masculinos son el
sostén de la familia y generan y controlan los ingresos y los activos del
hogar. Las mujeres, por otra parte, son relegadas a la esfera privada del
hogar, donde asumen el cuidado de la familia y las responsabilidades
domésticas. Un conjunto de estudios regionales ha permitido establecer que
existe un vínculo positivo entre la magnitud de la representación femenina en
el Parlamento y las políticas sobre licencia parental y, en términos más
generales, la igualdad de las mujeres en el lugar de trabajo (puede encontrar
más información en este
sitio (i) y en este
sitio (i)).
Utilizando el Portal de datos sobre género del
Banco Mundial (i), analizamos los patrones multinacionales y
multirregionales entre el porcentaje de mujeres en los Parlamentos nacionales y
varios indicadores relacionados con el empoderamiento económico extraídos de la
base de datos de Mujer, empresa y el
derecho (i).
Una mayor representación de
las mujeres en el parlamento se correlaciona con las leyes para proteger a las
mujeres del acoso sexual en el lugar de trabajo.
Una de las maneras en que los marcos jurídicos pueden promover
el trabajo asalariado de las mujeres es protegiéndolas de actos de acoso sexual
y otras formas de violencia de género en el lugar de trabajo. La
falta de protección contra dicho acoso limita las oportunidades laborales de
las mujeres. En los sectores donde se registra una alta incidencia de acoso,
como la industria textil en Bangladesh, las mujeres, en parte debido a
presiones familiares, suelen optar por dejar el trabajo, aunque la industria
les ofrece más oportunidades laborales que otros sectores.
Para cada región, una comparación
entre la proporción media de escaños parlamentarios ocupados por mujeres en los
países que cuentan con legislación contra el acoso sexual en el empleo y en los
países que no cuentan con dicha legislación, permite establecer que en un país
que aplica la legislación, la proporción media de mujeres parlamentarias es,
como mínimo, ligeramente mayor. Asia meridional es la única región en la que
todos los países tienen legislación contra el acoso, independientemente de la
proporción media de escaños parlamentarios ocupados por mujeres.
En algunos países se establecen
recursos legales adicionales contra el acoso sexual en el empleo, que incluyen
la imposición de sanciones penales o reparaciones civiles. Con excepción de
Asia meridional, la imposición de estas sanciones se correlaciona con promedios
regionales más altos de escaños parlamentarios ocupados por mujeres. Como en
muchas naciones, en los países
de Asia meridional se registra una brecha (i) entre la existencia
de leyes contra el acoso, por una parte, y las medidas adicionales que permiten
implementar y aplicar estas leyes, por la otra.
Los países con más mujeres en
el parlamento tienen más probabilidades de tener leyes de propiedad y herencia
con igualdad de género
En muchos países en desarrollo,
los hombres suelen poseer y heredar propiedades y otros activos de alto valor
en una proporción mucho mayor que las mujeres (puede encontrar más información
en este
sitio (i)), en particular en el caso de las mujeres casadas, dado que
la probabilidad de que dejen su casa natal es mayor que en el caso de los
hombres (por ejemplo, puede encontrar más información en este
sitio (i) y en este
sitio (i)). La herencia patrilineal, una práctica
consuetudinaria que garantiza la transmisión por línea paterna de las
propiedades familiares, es una característica común de los sistemas
patriarcales que consolida la riqueza y el poder en los hombres, por parentesco
o por pertenencia a un clan. En los países cuyas leyes se oponen a
estas antiguas normas sexistas sobre la propiedad, la proporción de escaños
parlamentarios ocupados por mujeres suele ser mayor que en los países que no
cuentan con leyes similares.
La mayor representación femenina
en el Parlamento también se correlaciona con la existencia de leyes que igualan
los derechos sucesorios de los hijos y las hijas sobre la propiedad
familiar. Asegurar la igualdad de los derechos sucesorios familiares de
los hombres y las mujeres, independientemente de su estado civil, contribuye a
cerrar las brechas de género en la propiedad de activos. No
obstante, preocupa que muchas leyes tal vez no se apliquen o que normas
sociales arraigadas anulen los efectos de la legislación que procura cerrar las
brechas de género.
De todos modos, nuestras
observaciones indican una potencial relación positiva, un ciclo virtuoso, entre
la representación femenina en el Parlamento y algunos aspectos del
empoderamiento económico de las mujeres. La elección de un mayor número de
mujeres en las democracias puede reducir las brechas de género en el trabajo
asalariado y en la propiedad de activos. Por otra parte, un entorno donde más mujeres sean el sostén de la familia y
posean propiedades puede alentar a un mayor número de mujeres a postularse para
cargos electivos (y a más personas a votar por ellas). Para identificar una relación causal entre
ambas cuestiones —la dirección del ciclo virtuoso— es necesario un análisis más
complejo y profundo, que se podrá realizar en el marco de futuras
investigaciones utilizando los datos proporcionados en el Portal de datos sobre género del
Banco Mundial (i).
TOMADO DE ENVIO DE BANCO MUNDIAL
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