La conferencia del lingüista en la Internacional Progresista
Noam Chomsky: "Hay riesgos inminentes de una guerra civil en Estados Unidos"
En el marco del
encuentro virtual de la Internacional Progresista, dijo que este es un momento
"difícil", ya que combina la amenaza de una guerra nuclear, la
catástrofe ecológica, la pandemia y la destrucción de la democracia. Pero a su
vez está "lleno de esperanza para un mejor futuro".
Imagen: EFE
El actual es un
momento "notable, único, importante", describió Noam Chomsky.
"Difícil" pero a la vez "lleno de esperanza para un mejor
futuro". Es un momento de "confluencia de distintas crisis muy
fuertes" y sin fronteras: "catástrofes ambientales, amenaza de
una guerra nuclear, la pandemia, destrucción de la democracia". El
lingüista advirtió, además, sobre un "riesgo inminente" de
guerra civil en Estados Unidos.
Chomsky brindó la
conferencia magistral "Internacionalismo o extinción" en el
marco de la primera
cumbre (virtual) de la Internacional Progresista, que emergió en mayo para
unir, organizar y movilizar a las fuerzas progresistas en un frente común y así
frenar el avance de la derecha en el mundo.
"La
Internacional Progresista (IP) tiene un papel crucial para determinar qué curso
va a seguir la historia. La vida humana está en peligro directo y los grandes
poderes imperialistas del momento están enfrentándose. El poder británico se
está saliendo de Europa, volviéndose más un satélite de Estados Unidos de lo
que ya era. Para la significación del futuro es importante ver qué pasa en
la hegemonía global, disminuida por los delirios de Trump, pero con el
poder y las ventajas militares de Estados Unidos", reflexionó el pensador
de 91 años.
Cerca de la
medianoche
"Una posible
reelección de Trump sería una crisis final, terminal, que puede tener
consecuencias muy serias. Hay otras crisis también: son las que hacen que le
falten cinco a la medianoche. A la extinción. Hace 75 años vivimos debajo
de este reloj que hace tic-tac", deslizó Chomsky. Al momento del lanzamiento
de la bomba atómica se creía que la inteligencia humana había llegado al punto
de "tener la capacidad de destrucción total de su especie".
Todavía no se sabía que, más tarde, "iba a destruir el medio ambiente de
esta manera, que ahora nos acerca a un punto final". A su vez, cada
año de Trump en el poder también significa estar más cerca de la medianoche.
En tiempos de
Covid-19 confluyen "las mismas crisis de siempre", a las que la
pandemia se suma: la amenaza de una guerra nuclear, la catástrofe ecológica,
la destrucción de la democracia. "Podría parecer fuera de lugar el tema de
la democracia. No lo es. Es ese desmoronamiento el que permite las otras
dos amenazas de exterminación. Los ciudadanos informados, comprometidos en
un proceso democrático real, no dejarían que pasen estas otras dos
amenazas", explicó.
"Estas tres
amenazas han ido en aumento gracias a las políticas de Trump. Ha ido
desmoronando las políticas de control de las armas y desarrollado armas más
peligrosas; ha disminuido las protecciones contra las amenazas de una guerra
nuclear. Se ha dedicado a destruir el medio ambiente y cualquier sustento de la
vida. Ha abierto los últimos lugares protegidos contra la explotación
petrolera, por ejemplo." En síntesis, el presidente de Estados Unidos
lleva adelante "políticas sistemáticas de desmantelamiento de las
políticas de regulación para proteger al medio ambiente y a las poblaciones de
las contaminaciones tóxicas ante la explotación petrolera de la energía
fósil".
En la charla, Chomsky definió desde un principio el rol de la
Internacional Progresista en este complejo panorama mundial: "No
entremos en pánico ahora y actuemos en función de esto. Las crisis que
estamos enfrentando en este momento único son internacionales. Las
catástrofes ambientales, la guerra nuclear, la pandemia... no tienen frontera
ninguno de estos peligros. Puede haber diferencias entre países, pero hay
troncos comunes".
Riesgos de una
guerra civil en Estados Unidos
En otro pasaje,
cuestionó el hecho de que Trump otorgue cargos en el gobierno sin aprobación
del Senado, a los que "va cambiando para que estén dispuestos" a
seguir su voluntad. "No hay voces independientes. El Congreso había
establecido hace mucho tiempo que un inspector general monitoree el trabajo de
la rama ejecutiva, pero viendo la corrupción que ha dejado Trump en Washington
podemos ver claramente que no está funcionando", criticó. "Trump
empezó a decir que si no le gusta el resultado de las elecciones no va a dejar
su puesto. Es una amenaza directa", alertó.
Si bien "la
jefatura militar publicó una carta en la que recordó su deber constitucional de
sacar del poder a un presidente que no quisiera dejarlo", hay que tener en
cuenta a las unidades paramilitares que "se han ido repartiendo en el
país para asustar a la población". "En ausencia de una victoria de
Trump muy clara hay riesgos inminentes de guerra civil. Son palabras
fuertes, que no habíamos escuchado nunca en voces públicas. No lo digo yo; lo dicen
otras personas. Mucha gente tiene ese miedo. Nada de este estilo había pasado
en la compleja historia de la democracia parlamentaria. La megalomanía que
domina el mundo, la de Trump, para él ya no es suficiente. Podría no respetar
la Constitución y hacer lo que él llama 'negociar' para un tercer
mandato."
El filósofo señaló
que "la agenda de Trump para los ricos va más allá del
neoliberalismo". Los expertos en políticas fiscales han detectado
que por primera vez en los últimos siglos los billonarios pagan menos
impuestos que los trabajadores, lo cual les implica "una gran
victoria dentro de la guerra de clase". "Eso se llama tener la
hegemonía", sentenció.
Las dos
internacionales
El neoliberalismo
trajo concentración de la riqueza, estancamiento para la mayoría
de la población y riesgos para la democracia, aparte de otras
consecuencias mundiales "no sorpresivas", como "el resentimiento
y el descontento" hacia las instituciones políticas y económicas. "Todo
esto ha abierto un espacio para los demagogos, que pretenden ser los
salvadores, mientras le echan la culpa a chivos expiatorios como China. Es el
mundo en que estamos viviendo. Por eso estamos en estas crisis", analizó,
luego de un repaso histórico en torno a los orígenes de la ideología neoliberal
y su parentesco con el fascismo.
En este contexto, la Internacional Progresista apareció para oponerse a la
"otra internacional", la reaccionaria, encabezada por Trump, y de la
que también forman parte Jair Bolsonaro, en Brasil; "los dictadores del
Golfo"; Abdel Fatah al Sisie en Egipto y Benjamin Netanyahu en Israel
en Medio Oriente; Narendra Modi en India y Viktor Orban en Europa.
Dos internacionales
dividen al mundo. Una es de los Estados. La otra, de los movimientos populares. "Cada
una es una representación de la fuerzas sociales en juego. Son una imagen de
los mundos que podrían emerger despues de la pandemia. Una quiere
construir una versión aún más dura del neoliberalismo, aumentar la vigilancia y
el control; la otra está buscando cómo construir un mundo en paz y justo, con
un buen manejo de los recursos dedicados a servir a los intereses de los seres
humanos, en vez de a los de una minoría. A nivel global podemos ver estas
interacciones: no es una exageración decir que el futuro de la experiencia
humana depende del resultado de esta batalla que se está dando en este momento."
El optimismo de la
voluntad
La conferencia
continuó con una mesa redonda con participación de la escritora y
activista keniana Nanjala Nyabola, el activista y filósofo
afroestadounidense Cornel West y el diputado laborista John
McDonnell.
La de West --también
actor de films como Matrix recargado-- fue una intervención bella,
poética. Sumó un factor más a la confluencia de crisis. Una crisis
"de la imaginación". Hay que dar, entonces, una lucha "intelectual
e ideológica". "Puede haber una crisis nuclear mañana, o una
catástrofe económica y ecológica, pero hay también una catástrofe cívica: la
gente no puede ni imaginar lo que se parecería a una vida pública vibrante y
viva", expresó el filósofo, e instó a recuperar valores perdidos:
integridad intelectual, decencia, honestidad. "Lo mejor de la especie
humana es el amor, la felicidad, el juego, la comunidad. Hay que alimentar
una rebeldía colectiva para abrir mundos posibles."
Haciéndose eco de lo
planteado por los integrantes de la mesa, Chomsky se refirió a las "cualidades
humanas" que emergieron en la pandemia, como la "ayuda
mutua". Se hace más fuerte allí donde las personas están más oprimidas y
son más pobres. "Se juntan para ayudarse y conseguir comida, mucho más que
la gente estancada en sus departamentos. Por ejemplo en Brasil, en las favelas.
No tienen acceso a nada. El gobierno no ha hecho nada. Pero se están
organizando y tienen sistemas de apoyo mutuo. ¿Quién lo empezó? Las bandas
criminales de estos barrios. Transformaron su misión para organizar la ayuda
mutua", destacó.
Gramsci apareció
varias veces en la conversación: "Estamos viviendo en la edad de los
monstruos cuando el nuevo mundo todavía no ha emergido", propuso
el pensador, quien instó a mantener el pesimismo intelectual pero,
también, el optimismo de la voluntad. "El movimiento de Black
Lives Matter no salió de la nada. Ha sido un proceso de conciencia
creciente durante muchos años. A la fecha es el movimiento social más grande de
la historia de Estados Unidos, más que el de Luther King. Además es
internacional. Los blancos y los negros juntos, luchando con ideas muy
importantes. No sólo contra el asesinato de la Policía a los afroamericanos
sino con ideas de cómo luchar contra el racismo y la opresión de clase. La
IP se enfoca en estos temas para sacarnos de la edad de los monstruos y
dejarnos entrar en un mundo de justicia", dijo.
Finalmente, llamó
a la sociedad a deshacerse de la industria de la energía fósil: "No la
necesitamos". Para él debería quedar en manos de la clase
trabajadora y funcionar en base a "programas sostenibles".
"El banco mundial debería ser un banco público. Estamos cerca de esto a
medida que la conciencia va cambiando. Hace diez años, después de la crisis de
2008 de las viviendas, Obama básicamente ha nacionalizado la industria
automotriz. Si les devolvemos esa industria a los poderes van a seguir haciendo
lo que siempre han hecho. Podríamos entregarla a las comunidades y a la fuerza trabajadora",
sugirió. Y concluyó: "Hace menos de 100 años la gente tenía en claro que
las relaciones laborales de las fábricas eran intolerables. El Nuevo
Acuerdo Verde tiene que tener eso en su centro". // tomado de pagina 12 de ar
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