A la par de las investigaciones que demuestran los beneficios que las bacterias pueden aportar al organismo, crece la demanda en el mundo y en Argentina también y los laboratorios acompañan la tendencia Crédito: Gentileza BioHelper
POR Silvina Vitale
Probablemente muchos consideren inesperada la idea de consumir
bacterias para mejorar nuestra salud. ¿Por qué ingerir microorganismos
podría aumentar nuestras defensas, aportarnos más energía y aportar mayor
calidad a nuestra piel entre muchos otros beneficios? Justamente es la función
de los probióticos, que tienen cada vez más demanda en Europa y
Estados Unidos y que llegaron recientemente a la Argentina.
El Grand View Reserch, Inc. proyecta que para 2025 el
mercado global de probióticos alcanzará los 77,09 billones de dólares y la
razón de su auge está en el creciente interés por la salud preventiva.
Pero su uso no es nuevo, data de unos 100 años atrás y a través de los años
fueron objeto de estudio. Hoy, con beneficios científicamente comprobados, se
utilizan no solo para prevenir enfermedades, sino que además favorecen la
solución de muchas de ellas. Pueden encontrarse en alimentos
fermentados, como el yogur, el kéfir, kombucha o chucrut, también en
cápsulas y en gotas.
Fundamento científico
¿Qué es un probiótico? Son microorganismos vivos que, cuando
se administran en cantidades adecuadas, ejercen un efecto benéfico en la salud.
Si bien para la mayoría de la gente esto es algo nuevo, hace un siglo, un
discípulo de Luis Pasteur, llamado Elie Metchnikoff, observaba que las personas
de pueblos caucásicos que consumían mucho yogur, mucha leche fermentada,
llegaban a la edad adulta de forma muy saludable, muy lúcidos y prácticamente
sin enfermedades crónicas. Hace unos 20 o 30 años, los científicos comenzaron a
trabajar más en el tema, empezaron a aislar y caracterizar bacterias que tenían
un efecto benéfico.
Para denominarse probiótico, un microorganismo tiene que
estar vivo, luego tiene que tener una identidad, es decir tenemos que saber de
qué bacteria se trata, conocer el género y la especie. Por ejemplo, puede
ser Lactobacillus casei, o Lactobacillus acidophilus o Bifidobacterium
lactis, y por último tiene, que existir un estudio clínico de eficacia en
humanos.
Los probióticos hacen que todas las funciones del organismo
mejoren y eso repercute no sólo en la salud sino también en la belleza Crédito:
Gentileza BioHelper
Estos probióticos van a resistir el paso por el estómago,
van a llegar al intestino y van a cumplir distintas funciones benéficas; el
intestino tiene como función mejorar la digestión y la absorción de los
nutrientes de los alimentos y mejorar la producción de ciertas vitaminas. Un
intestino saludable influye en cómo nuestro sistema inmune va a defenderse de
agentes agresores como virus, bacterias, parásitos, hongos y de todos los
procesos inflamatorios que puedan llevar a la destrucción celular, a una
enfermedad autoinmune, o inclusive hasta el cáncer.
Según Mariana Cannellotto, directora científica de Biohelper
(MN 108482) que es el laboratorio que trae a la Argentina probióticos de última
generación, al tener bien la función intestinal, se absorben mejor los
nutrientes, se tiene una mejor síntesis de las vitaminas, una menor producción
de radicales libres, menor inflamación y mejor producción de energía.
"Todo esto se traduce en una buena combustión energética de la célula
entonces la piel, el pelo, las uñas y los órganos internos van a funcionar
mejor. Dentro de nuestras células tenemos una especie de motor que se llama
mitocondria y que, según cómo le lleguen los nutrientes, mejor es su producción
de energía", explica Cannellotto.
Hay alimentos, como
los espárragos, que tienen prebióticos
Los beneficios del consumo de probióticos van desde prevenir enfermedades intestinales como colitis, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn e inflamación intestinal, previene de cáncer, candidiasis, hemorroides e infección urinaria. "También mejora la digestión y regula el tránsito intestinal, previniendo tanto de estreñimiento como de diarrea. Aumenta la absorción de nutrientes, como vitamina B, calcio y hierro, previene alergias e intolerancias alimentarias y fortalece el sistema inmunológico", agrega Karina Goette, nutricionista (M.N. 6002 UBA).
En nuestro cuerpo viven naturalmente microorganismos que
conforman la microbiota y que nos ayudan a cumplir varias funciones. Hace unos
años se descubrió la microbiota es un órgano que si bien no
tiene un lugar físico estable como puede ser el hígado, el corazón o riñón,
está en nuestra flora intestinal, en nuestra boca, piel, en la vagina en el
caso de las mujeres. "En todos los lugares donde hay mucosas tenemos
microorganismos. Y existe una microbiota propia de cada individuo que es como
una huella digital, que fluctúa a lo largo de nuestra vida, no es la misma
cuando somos chicos que cuando somos adultos, va a depender si tomamos
antibióticos, de la alimentación que tengamos, de los tóxicos a los que podamos
estar expuestos. Es muy importante tener una buena microbiota y los probióticos
contribuyen a eso", explica Cannellotto.
¿Dónde encontrarlos?
Los probióticos pueden adquirirse en alimentos fermentados,
en capsulas y gotitas. "Dentro de los alimentos lo que no tenés bien
cuantificado es la especie, es decir qué bacteria es y la cantidad. Por
ejemplo, el kéfir, kombucha, chucrut, no necesariamente cada vez que se
fermentan te dan la misma cantidad de microorganismos y puede que no sea la
cantidad suficiente para que sea beneficioso para el cuerpo. Después están los
preparados en cápsulas o líquidos donde es posible identificar las especies y
la cantidad", advierte Verónica Tosi, dermatóloga (MN 116620).
Los progresos de la microbiología y de la tecnología de
alimentos están permitiendo su incorporación a productos tan variados como
jugos, helados, cereales, barras nutritivas, queso, mantequilla, leche en
polvo, mayonesa, chocolate y galletas. "Muchos de ellos no presentan una
única cepa, sino que son combinaciones de varias especies de microorganismos, en
ocasiones asociadas también con vitaminas y sustancias prebióticas", dice
Laura Bevacqua, nutricionista (M.N. 5362, M.P.2286 UBA)
Su aporte a la belleza
Según Tosi, está investigado que intestino y piel están interconectados y cuando tomamos un probiótico tiene efectos sobre la piel. Tiene acción antinflamatoria y actúa en el acné, en la dermatitis, soriasis y mejora la piel a nivel general porque refuerzan la barrera de defensa cutánea llamada microbioma. "El microbioma puede verse alterado por distintas razones como el uso de jabones, lociones, lo que comemos o por nuestro sistema de defensas, eso genera un desbalance. Por eso los dermatólogos siempre aconsejamos tener la barrera cutánea restaurada teniendo los mayores cuidados con lo que nos ponemos y cuidando la alimentación para que no se altere", explica.
Actualmente se está ensayando incorporar probióticos tópicos
en cremas, pero todavía está en estudio. "Lo que si se utiliza en cremas
son prebióticos y postbióticos. El prebiótico es lo que le da de comer a las
bacterias que tenemos normalmente, es un superalimento, que promueve el
crecimiento de bacterias benéficas para la piel o estimula su actividad.
También hay alimentos que tienen prebióticos como la cebolla, ajo, raíz de
achicoria, espárragos entre otros. Éstos contienen fibras no digeribles que
hacen que crezcan más bacterias en el intestino o las que hay aumenten su
actividad. Las que tienen postbióticos tienen extracto de bacterias muertas,
que también estimulan el crecimiento o la actividad propia de los
microorganismos de la piel", aclara Tosi. Lo que se está haciendo es sumar
a estas cremas con pre y post bióticos, los probióticos vía oral.
"Todo lo que uno haga para tener menos radicales
libres, menos oxidación y menos inflamación mejora la piel", agrega la
directora científica de Biohelper. La belleza depende de oxidarse menos y
oxigenarse más. "El ejercicio, la dieta saludable y bajar el estrés va a
ayudar a que la calidad de esa destrucción celular sea menos rápida. Lo mismo si
uno es joven y come mal genera mala producción energética, eso oxida más
entonces quizás hay gente joven que tiene la piel más dañada porque quizá su
alimentación y su función intestinal no están bien", señala. Los
probióticos hacen que todas las funciones del organismo mejoren, previenen
enfermedades y favorecen la resolución de muchas de ellas. Son de venta libre.
"No se aconseja en embarazadas que nunca hayan tomado, las personas que
tienen enfermedades intestinales tienen que consultar primero con el gastroenterólogo,
y en niños tampoco se puede dar sin consulta previa al pediatra, tampoco las
personas que tengan las defensas bajas o los inmunosuprimidos", aclara
Tosi. No poseen efectos adversos si se administran en las cantidades indicadas,
se recomienda una consulta médica previa.
TOMADO DE LA NACION DE AR
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