viernes, 27 de diciembre de 2013

SIN ENERGÍA - BUENOS AIRES UN INFIERNO

Una noche en el infierno: peregrinar en busca de alivio tras 6 días sin luz
Crónica del reiterado fracaso en la búsqueda de estrategias para sobrevivir en medio del calor - Por Evangelina Himitian  |Proliferan los piquetes y las protestas por falta de luz en el área metropolitana
Por segundo día cortan la autopista Dellepiane ante la falta de luz
Abro los ojos y me cuesta respirar. La nube de aire que rodea mi cuerpo se siente espesa, abrigada, impenetrable. Tardo unos segundo en reconocer mi atmósfera.
Estoy en la cama, boca arriba. En los vaivenes del sueño, una ola me arrojó hasta la costa del insomnio, en mitad de la noche más calurosa de mi vida. Y ya no puedo volver a dormir.
Llevo seis días (¡y seis noches!) sin luz, y despertar en mitad de la noche a causa del calor me sumerge en la peor de las pesadillas de ojos abiertos. En esas condiciones ya no podré volver a dormir. Hay que levantarse y buscar una estrategia.
Mientras recorro la casa a oscuras, chequeo que las ventanas estén abiertas. Pero da lo mismo que estuvieran cerradas. El aire no logra traspasar los marcos de mi casa. ¿Cuántos de mis vecinos en ese mismo instante deben estar peregrinando sus propios pasillos, a tientas, en busca de lo que nadie parece encontrar: un poco menos de calor?
Hay que intentarlo todo. Tomar agua, mojarse la nuca. En estos seis días me cansé de fracasar. Probé estrategias como meterme a la pileta de mi hija y volver a la cama con la ropa empapada. Intenté dormir en la hamaca paraguaya del patio, tirarme en el piso de mosaicos con una almohada, volver a bañarme con agua fría. Pero es imposible. Nada me devuelve la calma de una noche fresca y, por consiguiente, es imposible dormir.
Hay noches en las que lo único efectivo es sentarse en el living a esperar que amanezca. La mañana no es mejor, pero renueva la única esperanza que se alimenta en estos días: bajar y subir la térmica y que haya vuelto la luz. En estas horas de desvelo pude comprobar varias cosas: que los pájaros que cantan a las 4 de la mañana hace más de una semana que no cantan. Y que la temperatura se incrementa a pasos agigantados unos minutos antes de que salga el sol. Entonces llega el ataque de los mosquitos.
En estos días, en mi cuadra, he visto y escuchado de todo. Desde peleas de vecinos que instalaron el generador eléctrico, con sus gases y calores, en la ventana de la casa de al lado, hasta jóvenes voluntarios de una iglesia de la zona que al anochecer salen a recorrer edificios para subirles agua a las personas mayores que viven en pisos altos.
La solidaridad y el egoísmo, todo a flor de piel. Vimos piquetes, vecinos incendiar gomas y festejar la Navidad bajo el alumbrado público. Me llenó de tristeza ver, en algunos barrios de la Capital, la postal de las Pelopincho armadas en la vereda, única estrategia de ciertas familias para combatir el calor de sus hijos.
Sin embargo, hay una cosa que no he visto en todos estos días por mi barrio: a ningún funcionario público, ni del gobierno nacional ni del de la ciudad, acercarse a las zonas donde están los vecinos sin luz para acercarles un vaso de agua fría.
Me hubiera encantado verlos llegar, con esa simpatía preeleccionaria, secundados por camiones con bebidas para los afectados, o que ofrecieran equipos electrógenos a los contribuyentes más vulnerables, o comida. O hielo. O algo. .........
El Estado -y lo digo nada más que como vecina- fue el gran ausente.
Nosotros, los sin luz, nos convertimos en alzadores compulsivos de la llave térmica. A ver si, un día de estos, mientras esperamos poder volver a conciliar el sueño, llega la sorpresa de que por fin nos devolvieron la luz.
La segunda ola de calor más larga desde 1906
La máxima de ayer fue de 39° y la mínima, de 27°; van dos semanas seguidas con 30° o más
Por Mauricio Giambartolomei  Los 39 grados que se registraron a las 15.15 de ayer resultaron ser la temperatura máxima de una nueva jornada agobiante en la ciudad y el área metropolitana en que la mínima alcanzó los 27°. Así, la ola de calor que azota la región se extendió a cinco días y fue el segundo período más caluroso desde 1906. El más largo fue de ocho días y sucedió entre el 31 de diciembre de 2004 y el 7 de enero de 2005, con registros de entre 22° y 38°.
Además ayer sumaron doce días seguidos con marcas mínimas superiores a los 22° y catorce consecutivos con temperaturas máximas de 30° o más. "Posiblemente sea el diciembre más cálido de todos y se rompa el récord en anomalías positivas de las temperatura media de diciembre, dado que estas condiciones persistirán hasta fin de año", explicó Héctor Ciappesoni, director del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
El diciembre más cálido fue en 1994, cuando se registró una temperatura promedio de 25°5, seguido por diciembre de 2010, con 25°. El año pasado el promedio alcanzó los 24°4.
Los chaparrones aislados que cayeron durante la tarde-noche de ayer en la ciudad alcanzaron apenas para un alivio momentáneo. Las proyecciones para hoy indican que la mínima será de 23° y la máxima, de 34°, por lo que se extenderían a seis las jornadas de la ola de calor. Según los especialistas del SMN, se considera así el período de tres o más días consecutivos con mínimas superiores a los 22° y máximas de 32° o más. En lo que va de diciembre ocurrió dos veces: entre el 15 y 18, y la actual seguidilla, desde el 22 en adelante. Dichos valores, según el pronóstico, se interrumpirían el sábado, para cuando se anuncian 21° y 35°, pero volverían el domingo con temperaturas de entre 23° y 37°.
"La ola de calor alcanzó a no menos de 52 ciudades de todo el país, por lo que puede pasar a ser récord una vez que termine el mes y se efectúen las mediciones", dijo la difusora del SMN, Silvia Gómez.
"Por lo menos hasta el martes 31 habrá mínimas que oscilarán entre los 20° y los 28,° y máximas de entre 32° y 45°", agregó. La temperatura máxima histórica de diciembre fue de 40°5 y se dio el 18 de diciembre de 1995. Las marcas de las últimas semanas estuvieron cerca de romper el récord. Un informe elaborado por el SMN advierte que se trata de una situación anómala que afecta a todo el centro y norte del país, que está bajo "condiciones extremas de temperatura". El fenómeno se registra en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Mendoza, Neuquén y Río Negro. TOMADO DE LA NACION DE AR 

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