EL COSTO DE LA FIESTA DE CONSUMO
Si lo que hicieron en todos estos años fuera una venganza
cruel contra la gente, podríamos decir que les salió perfecto.
Por: Roberto
Cachanosky
La crisis energética
que se tradujo en los padecimientos que sufrió mucha gente con cortes de luz
durante días, falta de agua, pérdida de alimentos porque no funcionaban las
heladeras, etc. es parte de la factura que hay que empezar a pagar por la
fiesta de consumo artificial de todos estos años de populismo.
Desde esta columna insistí hasta el cansancio que el
gobierno, en su búsqueda de apoyo político, había exacerbado el consumo en
forma artificial. La gente estaba feliz comprando televisores, celulares,
autos, zapatillas y demás bienes de consumo durable, todo en 50 cuotas y “sin
intereses”. La advertencia era que ese consumo no estaba fundado en un aumento
de la productividad de la economía derivado de más inversiones, nuevos puestos
de trabajo y mejores salarios reales.
¿Cómo se financió entonces esa fiesta? En parte consumiendo
el stock de capital existente. Uno de los mecanismos que utilizó el gobierno
para estimular el consumo consistió en dejar congeladas las tarifas de los
servicios públicos (luz, gas, agua, transporte) para que la gente gastara menos
en esos rubros y ese dinero pudiera destinarlo a comprar bienes de consumo
durable y no durable. Ahora bien, ¿cómo se financiaron esas tarifas baratas de
servicios públicos? Con subsidios y consumiendo el stock de capital.
Lo que hizo el gobierno fue no dejar margen para que se
mantuviera y ampliara el sistema energético, tanto en la generación, como en el
transporte y en la distribución. En los días que colapsó el sistema energético,
y va a seguir colapsando cada vez que la temperatura suba, también se estuvo al
límite de colapsar la generación de energía porque se está al límite de la
capacidad de generación. Para que se entienda mejor tomemos un equipo de
fútbol, el director técnico tiene que tener un plantel mayor a los 11 jugadores
porque siempre habrá alguno lesionado, con tarjetas amarillas o rojas que no
les permiten jugar por algunas fechas, etc. El director técnico necesita más
que 11 jugadores, más los que van al banco. Con el sistema energético pasa lo
mismo. Si el sistema puede producir 100, no siempre está produciendo 100 porque
hay equipos que entran en mantenimiento, o las represas no están trabajando a
full porque no tienen suficiente agua y otros problemas. El sistema energético
tiene que tener más jugadores en el banco para reemplaza usinas que puedan
fallar o entrar en revisión técnica. Bueno, por falta de inversiones, el
sistema energético argentino está como un equipo de fútbol con solo 11
jugadores y, encima, algunos tienen que jugar lesionados porque no hay
reemplazos.
Luego está el problema de la distribución. Mucha gente ha
protestado contra EDENOR y EDESUR por no tener luz. Claro, es la cara visible
del problema y el gobierno, como es su costumbre, le echa la culpa a estas empresas
por la falta de luz. La realidad es que de los miles de millones de dólares que
se malgastan en subsidios energéticos no van a parar a las distribuidoras, que
son EDESUR y EDENOR en CABA y gran Buenos Aires. Apenas reciben unos pocos
pesos y sus balances están en rojo porque las tarifas que ellos cobran no les
alcanzan ni para pagar la energía que distribuyen en los domicilios. ¿Dónde va
el dinero? A cubrir la diferencia entre lo que cuesta generar la energía y lo
que se cobra por ella. Por eso las distribuidoras de energía no pueden mantener
adecuadamente la parte del sistema energético que les corresponde.
Transformadores, cables, cuadrillas de mantenimiento, sueldos, etc. son parte
del costo que no es cubierto por los ingresos que reciben por distribuir la
energía. La realidad, que el gobierno se niega a reconocer, es que ellos sabía
que para sostener artificialmente bajas las tarifas de energía había que
subsidiar la generación de energía y consumirse el stock de capital heredado de
los 90. Sí, hasta el antimenemista más acérrimo debería reconocer que el mejor
marco regulatorio de las privatizaciones de los 90 fue el del sistema
energético. El kirchnerismo heredó ese fenomenal stock de capital en
generación, transmisión y distribución de energía. Recuerdo que al comienzo del
gobierno k uno conocedor de estos temas me dijo: estos bichos tardan mucho en
morir, refiriéndose al aparato energético. Bueno, ya están muriendo. Ahora
bien, no mueren por muerte natural, sino que fueron asesinados para alimentar
la fiesta artificial de consumo.
Según mis cuentas, entre 2006 y 2013 se destinaron subsidios
al sistema energético por U$S 57.500 millones. A pesar de semejante cifra, hoy
la gente no tiene luz y encima hay que estar importando combustibles para
sostener en funcionamiento la generación. Más disparatado no podía haber
resultado el esquema. Pero la realidad es que la furia de la gente por los
cortes de luz debería ser contra ella misma. O al menos deberían ponerse
furiosos aquellos que ingenuamente votaron este modelo porque les permitía
comprar celulares, televisores y todo tipo de electrodomésticos. Lo que no le
dijeron o mejor dicho se lo dijeron muchos expertos y no quisieron escuchar,
fue que esa borrachera de consumo tenía como destino la actual falta de luz con
todos los problemas que ello acarrea. Que esa borrachera se financiaba, en
parte, con este consumo de stock de capital que conducía a no tener luz. Y
ahora que no tenemos luz, Capitanich, muy suelto de cuerpo, sale a decir que si
las empresas no están dispuestas a prestar un buen servicio, el Estado se
encargará directamente de prestarlo. Es decir, amenaza con una estatización. En
el mundo k todo es posible, la pregunta es: ¿con qué dinero van a financiar la
compra de nuevos transformadores, cables, costo de las cuadrillas, etc. si
tienen el tesoro tiene un déficit fiscal fenomenal de más de $ 100.00?0
millones este año? Digo, ¿con qué van a financiar el las inversiones sin tocar
las tarifas que les permiten aplicar a las distribuidoras?
Es lo mismo que pasa con los trenes. Le dieron a la gente un
boleto “barato” pero se producen accidentes fatales y otros no tan fatales pero
serios que no salen en los diarios. Qué responda el gobierno, ¿si la semana
pasada una formación de la línea Retiro-Tigre no tuvo que parar en el medio de
estaciones, abrir las puertas de los vagones y decirle a la gente que saltara
porque se incendiaba el tren?
Otra forma de financiar el consumo consistió en consumir el
stock de capital en rutas. Basta transitar algunas de las principales rutas
nacionales de la provincia de Buenos Aires, la 3, la 5, la 7 y la 8, para
advertir el riesgo que implica manejar en esas viejas cintas asfálticas que ni
siquiera están preparadas para soportar el paso de los gigantescos camiones que
transportan mercaderías.
El kirchnerismo se consumió nuestros ahorros en las AFJP, el
sistema energético, las rutas, los puertos, las reservas del BCRA y encima nos
matan con impuestos para financiar un gasto público gigantesco que no brinda
los más mínimos servicios de los que tiene que brindar el Estado como, por
ejemplo: seguridad.
Y como si todo esto fuera poco, la gente no solo padece la
falta de luz, sino que, encima, la inflación nos está liquidando a todos. No
les alcanzó con consumirse el stock de capital, esquilmarnos impositivamente y
destruir el patrimonio del BCRA, que ahora la inflación se siente cada vez con
mayor intensidad. El resultado es la caída del salario real y menor consumo.
Así que ahora, gracias a ese populismo desenfrenado, tenemos menos consumo,
falta la luz y, para colmo, hay que importar combustibles.
Si lo que hicieron en todos estos años fuera una venganza
cruel contra la gente, podríamos decir que les salió perfecto. Primero la
drogaron con una fiesta de consumo y ahora no saben cómo parar los aumentos
salariales que se les vienen encima.
En síntesis, la falta de luz que tanta furia genera en la
gente es parte del costo que hay que pagar por la borrachera de consumo
irresponsable que impulsó el gobierno. La mala noticia es que la falta de luz
es solo una parte de la cuenta que hay que pagar. Espere unos meses más y verá
la otra parte de la cuenta que le presentarán.
Fuente: ECONOMÍA PARA TODOS tomado de envío de pregon
agropecuario
Nota: el
problema central no es incentivo del consumo, sino la falta de inversión y haber destruido Repsoll Ypf , para terminar
comprando con $ del Estado , quedándose alguien con las acciones que compro el testaferro , nadie se desquitó de nadie
simplemente se robaron todo
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