domingo, 5 de febrero de 2017

CAMBIOS EN LA POLÍTICA DE CAMBIO CLIMÁTICO DE EEUU?

 Qué podría y qué no podría cambiar Trump de la política ambiental de Obama
El ex presidente emitió varias normas con impacto en la economía para intentar reducir daños; la administración actual prevé cambiarlas
Coral Davenport The New York
Trump, un no convencido del cambio climático. Foto: TNYT
WASHINGTON.- El presidente Donald Trump hizo campaña con promesas de eliminar en forma general las principales normas ambientales del ex presidente Barack Obama y "deshacerse" de la Agencia de Protección Ambiental. Y ya ofreció un anticipo del cumplimiento de esas promesas, con los memorándums que abren camino a la construcción de los oleoductos Keyston XL y Dakota Access.
Si bien pueden desmantelarse algunas de las normativas climáticas de mayor alcance de Obama, se necesitará una visión legal y mucho tiempo, quizás más que un período presidencial. Aquí, un pantallazo de lo que Trump puede y no puede hacer referido a esta temática.
Extracción de carbón en tierras federales. Hace un año, Obama provocó la ira de la industria carbonífera al firmar una orden ejecutiva de prohibición de licitar concesiones para nuevas minas carboníferas en tierras fiscales. Trump tiene autoridad para eliminar eso. "Obama apretó el botón de pausa y Trump puede apretarlo de nuevo y despausar", dice Richard J. Lazarus, profesor de Derecho Ambiental de la Universidad de Harvard. Sin embargo, no está claro cuánto impacto tendría esto sobre el empleo o el medio ambiente. Sólo afecta minas en Wyoming y Montana, donde las firmas desde hace años eliminan puestos por la automatización y la menor demanda de carbón.
Límites a la minería del carbón. "Ésta es una fruta que cuelga bajo", afirma Lazarus sobre una nueva normativa para la minería del carbón. El 19 de enero, el día anterior a la asunción de Trump, la administración Obama completó una medida para reducir la minería del carbón en la modalidad que usa explosivos para hacer estallar la cima de montañas con vetas de carbón. Las compañías carboneras se oponen a la norma, que les prohíbe utilizar esa técnica cerca de corrientes de agua que podrían verse polucionadas por los escombros. Probablemente la norma se anule. Bajo la ley de revisión parlamentaria, el Congreso puede eliminar nuevas normativas dentro de los 60 días legislativos posteriores a su promulgación. Si bien la ley ha sido utilizada exitosamente sólo una vez en sus 20 años de existencia, se prevé que tendrá un rol destacado pronto. El líder de la mayoría del senado, Mitch McConnell de Kentucky, estado rico en carbón, ya se ha comprometido a usar la ley para deshacer lo que él llama "este ataque regulatorio contra las regiones carboníferas". Con el apoyo de los 52 republicanos y probablemente del senador Joe Manchin III, demócrata de Virginia Occidental, se prevé que la reversión de esta norma estará en el escritorio de Trump en cuestión de semanas.
Regulación de emisiones de metano. En noviembre, el Departamento del Interior completó una norma que controla el venteo de metano, un poderoso gas de efecto invernadero, en explotaciones de pozos petrolíferos y de gas. Las compañías del sector dijeron que la norma resulta costosa y pesada. Al igual que la regla sobre minería de la cima de montañas, ésta entra en la ventana de los 60 días que permite al Congreso revocarla rápidamente con un voto de una mayoría del 51%.
Economía de combustible en vehículos. Hay un camino legal claro para que la administración Trump elimine uno de los hitos de las política de Obama en materia de cambio climático: una norma de 2011 que requiere que los fabricantes de autos produzcan flotas de vehículos para 2025 con una economía de combustible de 54,5 millas por galón (23 kilómetros por litro). La norma, emitida en forma conjunta por la Agencia de Protección Ambiental y el Departamento de Transporte, obligaría a los fabricantes a producir autos eléctricos de próxima generación. Podría reducir las emisiones de carbono en alrededor de seis mil millones de toneladas, equivalente a eliminar un poco más de lo que representa la polución por emisiones de carbón de Estados Unidos de un año completo.
La norma deja abierta una vía de escapatoria: una cláusula insertada por los fabricantes de revisión de la norma en 2017 si resultaba demasiado onerosa. Los CEO de las mayores compañías automotrices se reunieron días atrás con Trump que, si bien no ofreció nada específico, les dijo que piensa aliviar la carga regulatoria. "No es algo que pueda hacerse de un plumazo", dijo Jeffrey Holmstead, ex alto funcionario de la Agencia de Protección Ambiental durante la presidencia de George W. Bush, que ha sido mencionado como posible sub-administrador de la esa dependencia bajo la presidencia de Trump.
Normativa sobre cambio climático. La pieza central de la política de Obama en materia de cambio climático es una norma de la Agencia de Protección Ambiental de 2015 que limita las emisiones de gas de efecto invernadero de centrales eléctricas. Podría llevar al cierre de cientos de usinas a carbón y a su reemplazo con plantas eólicas y solares. Trump se comprometió a eliminar la norma, pero hacerlo podría requerir años de batallas judiciales. Por ley, se le requeriría proponer otra regulación. La norma climática de Obama ya ha sido desafiada en una corte federal, donde aguarda un veredicto.
La administración Trump podría negarse a defender la norma de Obama, pero grupos ambientalistas seguirían argumentando a su favor. Mientras tanto, la actual gestión tendría que crear su propia norma, presumiblemente más favorable a la industria, lo que llevaría 18 meses. Pero entonces esa norma sin duda sería motivo de una demanda federal, que a su vez sería apelada en la Corte Suprema. Una posibilidad bizarra es que tanto la norma climática de Obama como la de Trump podrían pasarse años recorriendo un tortuoso camino por las cortes. "Eso podría llevar al menos cuatro a cinco años", dice Richard Revesz, profesor de Derecho Ambiental de la Universidad de Nueva York y director del Instituto de Derecho Americano.
Costo social del carbón. Esta métrica oscura pero poderosa fue creada por los economistas de Obama para ponerle precio mensurable, de US$ 36 por tonelada, al daño infligido por la polución del carbón. Esto se usó para crear una justificación económica de normas que imponen un costo mensurable a los contaminadores. Al reducir o eliminar esta métrica los reguladores de Trump podrían crear una justificación económica para eliminar esas reglas y reemplazarlas con otras más relajadas y favorables a la industria.

Aguas de los Estados Unidos. Obama enfrentó una dura resistencia en zonas rurales por su controvertida norma para las "Aguas de los Estados Unidos". Fue promulgada en 2015 bajo la autoridad de una ley de 1972, que dio al gobierno federal amplio margen para limitar la contaminación en las masas de agua. Para grupos como la Federación de Centros Agrícolas, la norma es un robo de tierras y Trump se ha comprometido a eliminarla. Traducción de Gabriel Zadunaisky TOMADO DE LA NACION DE AR 

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