Los precios al productor dispararon la crisis en el sector
de la yerba
Las protestas son por el retraso en los valores que se pagan
y que, en 2016, crecieron sólo un 6%; afirman que hay una fuerte estrategia de
las empresas por ganar mercados y que eso llevó a la
situación actual
Martin Boerr La producción de yerba sufre una crisis por la
suba de costos y los bajos precioso. Foto: Archivo
POSADAS.- ¿Se viene un "yerbatazo" en plena Plaza
de Mayo? Los pequeños productores de yerba mate de Misiones, que en los últimos
días cortaron rutas en la provincia, preparan una protesta para llevar sus
reclamos frente a la Casa de Gobierno donde repartirán 20.000 bolsitas con la
infusión, que ya están listas en la localidad de Andresito. Quieren emular así
a los productores de peras y manzanas del Alto Valle.
En Misiones hay una crisis de la cadena yerbatera que se
agudiza día a día y le pega con todo al eslabón más débil, los casi 17.000
chacareros (aquí se los llama "colonos") que tienen entre 20 y 25
hectáreas y sufren por el no cumplimiento del precio de $ 5,10 el kilo de hoja
verde y por el pago con cheques a plazos de hasta 180 días, cuando las transacciones
deberían cancelarse al contado por ley. Los chacareros tienen que ir después a
alguna "cueva" de las que proliferan por el interior y cambiar esos
cheques a tasas exorbitantes.
"Hoy se está pagando $ 3 el kilo de hoja verde, el
secadero recibe la yerba y en los papeles se hace figurar que la venta se hizo
por $ 5,10", dijo a LA NACION Cristian Klingbeil, plantador de yerba de la
localidad de Guaraní -distante a 100 kilómetros de Posadas- y vicepresidente de
APAM, la más combativa de las ocho asociaciones de productores yerbateros.
Acuciados por la suba de los costos, los productores más
chicos se están reuniendo desde hace tiempo para cortar rutas, realizar
asambleas y marchar hacia Posadas para protestar frente al Instituto Nacional
de la Yerba Mate (INYM), el organismo que fue creado hace 15 años y en cuyo
directorio están representados todos los miembros de la cadena: molinos,
cooperativas, secaderos, productores, tareferos (quienes realizan la cosecha de
manera artesanal) y los gobiernos de Misiones y Corrientes, las dos provincias
productoras.
Precios, eje del
conflicto
Para el presidente de la Federación Agraria de Misiones,
Jorge Batiuk, hay "complicidad del gobierno nacional con los grandes
molinos" para que no paguen los precios acordados a los productores de
yerba.
La crisis amenaza con llevarse puesto al INYM, que tiene a
su cargo la tarea de pactar el precio, llegando a un consenso entre todos los
actores de la cadena. Eso en teoría, porque la realidad indica que en 15 años
casi nunca se logró ese acuerdo. Cuando esto sucede, el reglamento del
instituto determina que la Secretaría de Agricultura debe fijar el precio en un
laudo. Durante el gobierno anterior, el que controlaba el precio de la materia
primera era Guillermo Moreno, desde su cargo en la Secretaría de Comercio,
quien ejercía también un férreo control sobre el precio de la yerba mate en las
góndolas.
Pero ahora que se fue Moreno y llegó un gobierno con
intención de "sincerar" los precios en una amplia gama de bienes y
servicios, desde el gas o la energía hasta el valor del dólar. Por eso todos se
preguntan por qué la yerba sigue siendo uno de los productos que menos subieron
en los supermercados o almacenes.
Días atrás visitó la capital misionera el subsecretario de
Agricultura, Guillermo Urriza, quien señaló que "el precio está muy
retrasado en góndola y entonces toda la cadena está muy apretada, todos están
ganando muy poco, también la industria".
Para Jerónimo Lagier, director del INYM en representación de
los productores, el motivo es "una guerra de precios entre las grandes
empresas yerbateras, que pelean por no perder cuota de mercado". Es decir,
antes el precio lo mantenía controlado Moreno y ahora, la competencia entre las
grandes marcas.
"Es cierto que antes estaba Moreno, pero ahora la
disputa por el mercado es fuerte y se compite por precio", dijo Gustavo
Redondo, gerente comercial de la empresa CBSé, que era la tercera yerbatera del
mercado en 2015 y ahora quedó quinta, a pesar de haber aumentado las ventas
2,4% en 2016.
Las Marías (de Virasoro, Corrientes) sigue siendo líder. En
segundo lugar está Playadito (de Colonia Liebig, Corrientes) que desplazó a
Rosamonte (Apóstoles, Misiones) que dejó ese lugar y pasó a estar cuarta. La
tercera ahora en el mercado es Molinos (Nobleza Gaucha). La empresa de la
familia Perez Companc tiene la ventaja de no tener a la yerba como su negocio
principal: con un portafolio de 400 productos, puede esperar una rentabilidad
ajena a los conflictos del mercado de la yerba .
"A la salida de molino, es decir, lo que le cobra
cualquiera de estas empresas al mayorista, la yerba aumentó sólo 6% en 2016, la
realidad es que hay mucha yerba", afirma Redondo.
¿La vuelta de los cupos?
Ante este panorama, el INYM está estudiando, a pedido de los
productores, una medida que jamás se tomó en la década y media de existencia
del organismo: cupificar la cantidad de yerba que se entrega a los secaderos.
Es decir, sacar yerba mate del mercado para equilibrar la balanza entre la
demanda y la sobreoferta actual.
Mientras tanto, el directorio resolvió extender el período
en el cual no se podrá empezar a cosechar en la actual campaña, además de
sugerir a los productores que dejen en la planta el 20% de la hoja y recomendar
que no realicen nuevas plantaciones en 2018 y 2019. "Son medidas para
equilibrar la oferta y la demanda", explicó Alberto Ré, titular del
organismo, quien parece resistirse a la medida más drástica de cupificar la
yerba.
"Se dio una tormenta perfecta en esta crisis yerbatera,
porque la guerra en Siria afectó mucho las exportaciones -Siria es el principal
comprador de yerba argentina-, las ventas a Chile cayeron porque Brasil empezó
a vender yerba a un dólar más barato por kilo y todo esto contribuye para que
la yerba existente no drene con la velocidad que lo hacía antes", dijo
Lagier.
La "cupificación" de la yerba que piden los
productores, si bien está previsto en el artículo 9 de la ley 25.564 que dio
origen al INYM, es una medida que no se tomó nunca hasta ahora y nadie sabe
bien de qué manera implementarla. "Hay tres formas: una es la prohibición
temporaria de plantaciones, algo que impacta recién en cuatro años; otra es una
prohibición parcial de cosecha, y la tercera es modificar el calendario de
cosecha", explicó Lagier.
Para Lagier, quien escribió un libro recopilando la historia
de este producto para infusiones tan típico del Río de la Plata (el libro se
tituló La aventura de la yerba), la cupificación es una medida dramática y el
antecedente inmediato más próximo es de 1966, cuando la por entonces poderosa
CRYM (Comisión Reguladora de la Yerba Mate) decidió prohibir la cosecha.
"En ese momento había dos años de stock, es decir,
podías dejar de cosechar y seguir vendiendo por dos años, esta vez hay un stock
de 10.5 meses, cuando el equilibrio debería ser un stock de 8 meses", dijo
Lagier.
Otras medidas que estudian en el seno del instituto son
suspender la zafra de verano (llamada zafriña) o retrasar el comienzo de la
cosecha. Pero el tiempo corre. La presión de los productores crece y amenaza
con llegar a la Plaza de Mayo. TOMADO DE LA NACION DE AR
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