Un fantasma que no asusta al poder político
Remigio Ángel González encontró las condiciones ideales en
Ecuador para establecer una gran parte de su emporio. En los años 80, un país
con una reciente democracia fue el escenario perfecto para que este empresario
mexicano instalara allí los inicios de lo que hoy es la cadena más grande de
canales y radios de la región.
González es conocido como ‘El Fantasma’, gracias a su
habilidad para expandir sus redes sin que estas creen mucha bulla, a través de
conexiones de empresas de papel y testaferros. Actualmente radicado en Miami,
acumulaba ya para 2006 una fortuna cercana a los USD 2.000 millones.
La primera vez que su nombre sonó en Ecuador fue en 1983, en
el Gobierno de Osvaldo Hurtado. En ese entonces adquirió la empresa Telecuatro
Guayaquil, la señal de Telesistema, a través de unos familiares. Ahora, su
nombre está de nuevo en la palestra pública por ser el mayor postulante dentro
del concurso de frecuencias que las autoridades ecuatorianas desarrollan.
González nació en 1941, en Monterrey. Su relación con los
medios comenzó muy joven en Guatemala, como representante de ventas para la
cadena Televisa. Allí, González inició su imperio. En 1981 compró dos canales
de TV y radios pequeñas que puso a nombre de su esposa, Alba Elvira Lorenzana,
y de su suegra, Sara Aurora Cardona.
Según los relatos de la prensa internacional, ‘El Fantasma’
usa en todos los países el mismo mecanismo para extender su red: entrega a
crédito programación de Hollywood y enlatados mexicanos a canales en mala
situación económica. Luego, cuando la deuda se agiganta, los compra a muy bajo
costo.
Hombre secreto, se sabe no obstante que González fue amigo
de Alberto Fujimori, Alfonso Portillo, José López Portillo y lo es de Daniel
Ortega. Alan García negó conocerlo, aunque se dijo lo contrario. Al
expresidente peruano se le atribuye la autoría de su apodo: cuando la prensa de
su país le preguntó si lo conocía, respondió que no, porque es un fantasma.
González prefiere autodenominarse un “Robin Hood que paga
los impuestos”. Tiene fama de entenderse magníficamente con los gobiernos, que
le retribuyen bien con publicidad oficial. En las tres ocasiones que ha dado
declaraciones a la prensa, indicó que su negocio es hacer negocios y que él en
ningún momento evade la ley, aunque le gusta poner a nombre de otros sus
empresas.
Cuando el emporio saca al aire un medio de comunicación
sigue el mismo patrón: su programación es sencilla, introduce telenovelas
mexicanas, enlatados, películas viejas y un noticiero. Salvo en período
electoral, la política y la economía tienen muy bajo perfil. No hay
editoriales, entrevistas ni programas de opinión y la apuesta mayor se divide
entre crónica roja y entretenimiento.
Su cadena continental, Albavisión, toma el nombre de su
esposa, actualmente involucrada en un escándalo de corrupción en Guatemala y
sobre quien pesa una orden de difusión roja de la Interpol. Se la acusa de
haber financiado la campaña que llevó en 2011 a Otto Pérez Molina a la
Presidencia, a cambio de pauta publicitaria para sus canales de TV.
La época electoral,
clave para la supervivencia de Albavisión
El proceso judicial que concluyó con la difusión roja
emitida para Alba Elvira Lorenzana, esposa de González, es solo una muestra de
cómo este magnate mexicano y su familia se mueven alrededor de la política.
La investigación en Guatemala se inició por el Ministerio
Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, de las
Naciones Unidas. Las investigaciones detallan que una de las modalidades de
financiamiento electoral ilícito es el caso de las televisoras Canal 3 y Canal
7, propiedad de González.
Según relata la página web de la Cicig, esa institución y el
Ministerio Público documentaron en su investigación que, entre 2008 y 2011,
buscando acopiar fondos para la campaña de Otto Pérez, Roxana Baldetti (vicepresidenta)
tuvo bajo su control las empresas “de papel” Comercial Urma, Publicmer,
Publiases y Serpumer, que recibieron pagos de Radiotelevisión Guatemala Canal 3
y Televisiete Canal 7, hasta acumular 17,8 millones de quetzales (unos USD 2,2
millones).
“Al llegar al poder el Partido Patriota (PP), los canales 3
y 7 se beneficiaron de contratos millonarios (más de USD 30,8 millones) en
pauta entre 2012 y 2015. Más del 69% del total de la publicidad estatal fue
para estas dos empresas”, narra la Cicig.
Una vez que se reveló esta modalidad, en septiembre del 2016
se emitió una orden de captura internacional de la Interpol en contra de
Lorenzana, que se encuentra prófuga. También se emitió una orden de captura en
contra de Eduardo Kestler Morán, gerente de Televisiete, S. A., también
prófugo.
Además está siendo investigado el diputado guatemalteco y
expresidente del Congreso de ese país, Luis Rabbé, acusado de contratar
empleados ‘fantasmas’, es decir, que nunca llegaron a trabajar en el
Legislativo, pero tenían sueldos entre los 8.000 y 20.000 quetzales (entre USD
1.000 y 2.700). Rabbé está casado con una hermana de la esposa de González.
También está prófugo y tiene orden de captura.
El Foro de Sao Paulo se opuso en julio del 2016 a la
creación de comisiones como la Cicig, por ser consideradas “injerencistas” e
“imperialistas”. Ante esta declaración, el presidente del medio guatemalteco El
Periódico, José Rubén Zamora, calificó a González de “titiritero” de la
resolución del XXII Foro de Sao Paulo, pues para ese entonces ya se había
emitido la orden de captura en su contra. Zamora dijo que el mexicano es un
“hombre de negocios apátrida que practica el pragmatismo pervertido y sin
ideología”, que igual “establece alianzas con las derechas e izquierdas corruptas“.
De hecho, González es conocido por no permitir que en sus
canales se critique a los gobiernos de turno, sin importar la tendencia que
tengan. Ya antes de este último escándalo en Guatemala, era señalado por
supuestamente financiar a los posibles ganadores de las elecciones, a cambio de
pauta publicitaria cuando ya estén en el poder. Un estudio del año 2001 indica
que las prácticas comerciales de González crean una atmósfera que socava el
desarrollo de la democracia, cita el diario La Prensa de Nicaragua.
La expansión de la
red de Albavisión en Ecuador
Los dos últimos movimientos de González en Ecuador no
pasaron desapercibidos. A finales del 2014, a través de un tramando de
empresas, adquirió el Grupo El Comercio, casa editorial del diario El Comercio,
Últimas Noticias y de las radios Quito y Platinum. A pesar de las denuncias de
la prensa, la transacción no fue observada por las autoridades ecuatorianas.
Un año más tarde, a través de una serie de ilegítimos
movimientos de frecuencias avalados por las autoridades, creó un nuevo canal de
televisión, Televicentro. Con esto, González acumulaba en total cinco
estaciones de TV, 10 de radio y dos medios impresos en Ecuador. Además es el
único dueño de los derechos de toda la programación de Televisa en el país.
Ahora busca obtener en total 104 frecuencias de radio y
televisión a través de 18 empresas nuevas y antiguas, que conforman una red de
empresas de papel, familiares y testaferros vinculados entre sí. Las
autoridades han dicho que no se ha logrado probar la vinculación entre todas
estas firmas, por lo que no se puede comprobar un caso de monopolio.
Sin embargo las investigaciones periodísticas comprueban los
movimientos de accionistas y directivos de estas firmas, lo que les vincula
directamente con González. De esta manera no han logrado impedir que la red de
Albavisión se haya expandido desde 1983, cuando llegó al país y adquirió su
primer canal de televisión.
Las investigaciones internacionales que hablan de este
personaje se centran justamente en las facilidades que logra obtener de las
autoridades gracias a que la línea editorial de sus medios de comunicación está
más orientada a la “telebasura” que al periodismo crítico.
Los empresarios de los medios ecuatorianos conocen a
González. Saben que su negocio es hacer negocios y que representa una
competencia solamente para la programación de entretenimiento. Pero en el
actual concurso de frecuencias, es también una competencia por las frecuencias
que ya tienen una audiencia establecida.
De conseguir todas las frecuencias por las que está
concursando, Ecuador se convertiría en el país con más medios de la red
Albavisión. FUNDAMEDIOS , TOMADO DE
ENVIO DE PERIODISMO EN LAS AMÉRICAS
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