La degradación ambiental le cuesta a la Argentina el
equivalente al 8% de su PBI
Así lo asegura un informe técnico realizado por el Banco
Mundial que destaca que la contaminación del aire, los usos del suelo y la
deforestación son las principales causas
Según el informe, las inundaciones, como las que afectan hoy
a General Villegas, son la mayor amenaza ambiental en el país. Foto: LA NACION
/ Diego Lima
El costo de la degradación ambiental de la Argentina
representa el 8 por ciento del PBI anual. La contaminación del aire, los usos
del suelo y la pérdida de masa forestal son los mayores causantes. Así lo
indica Argentina un Análisis Ambiental del País, un estudio realizado por el
Banco Mundial (BM) sobre la condición del medio ambiente y el aprovechamiento
de los recursos naturales.
El informe, que se dio a conocer hoy y fue elaborado por
expertos y consultores del organismo multilateral de créditos, sostiene que las
erogaciones por la contaminación del aire equivalen aproximadamente al 1,8% del
PBI; mientras que la degradación de las tierras, asciende al 3,6 por ciento.
"Además, el estudio muestra que entre 2001 y 2014,
Argentina perdió más del 12% de sus bosques (el doble que el promedio
mundial)", apunta. El estudio aclara que "no tiene la intención de
abarcar todos los desafíos y se limita a los problemas más importantes
atinentes a la gestión y degradación ambiental".
Respecto de lo que se destina en materia de presupuesto a la
gestión ambiental, el análisis del BM indica que el gasto del gobierno nacional
en gestión ambiental se ha ido incrementando durante los últimos años hasta
alcanzar alrededor de 1,7% del gasto público total, o alrededor de 0,4% del
PBI. "Sin embargo ese gasto es significativamente inferior al promedio de
los países de la OCDE", asegura. Aquí también aclara que la mayor parte de
las facultades para regular el medio ambiente se encuentran en manos de las
provincias "aunque las restricciones presupuestarias reducen su
efectividad".
Según el informe, casi un tercio del gasto del gobierno
nacional se usa para la limpieza de la Cuenca Matanza-Riachuelo, un tercio para
la infraestructura de suministro de agua, saneamiento y control de inundaciones
y un 4% para la protección de ecosistemas. El Banco Mundial trabaja actualmente
en conjunto con el Gobierno con un proyecto de US$ 718 millones para la
recuperación de la cuenca Matanza-Riachuelo y un nuevo proyecto de US$ 200 para
fortalecer la gestión de la ciudad de Buenos Aires contra el riesgo de
inundaciones.
Uso del suelo
El uso del suelo y la actividad agrícola ocupan buena parte
del estudio al que tuvo acceso LA NACION. "Entre 2001 y 2014, la Argentina
perdió más del 12% de sus zonas forestales, lo que equivale a perder un bosque
del tamaño de un campo de fútbol cada minuto, y se compara con una pérdida de
cubierta forestal del 7,4% en Brasil, y de 6,3% en el mundo. Durante ese mismo
período, la Argentina se posicionó novena en la pérdida de cubierta forestal a
escala global, y en la provincia de Santiago del Estero se dieron los mayores
niveles de desmonte en el mundo. Casi toda la deforestación (93%) ocurrió en el
norte de la Argentina", indica.
El fondeo para la ley de protección de bosques es un reclamo
de varias ONG locales. Para el ejercicio del año próximo, que ya se discute en
el Congreso, se asigna sólo el 3,8% de los recursos necesarios para dar
cumplimiento a la norma. Se trata de la peor asignación presupuestaria desde
2010. La propuesta del Poder Ejecutivo le asigna al fondo de la ley sólo $ 270
millones cuando, según los denunciantes, debería darle al menos $ 7000
millones.
En el trabajo, que se presentó junto a funcionarios
nacionales, detalla que el principal motor de la deforestación en las últimas
décadas ha sido la expansión continua de la agricultura a escala industrial, en
especial para la producción de soja, que experimentó un incremento notable en
la superficie cultivada.
"El uso de agroquímicos ha aumentado y plantea riesgos
para la salud humana y el medio ambiente, por eso deben aplicarse salvaguardas
ambientales adecuadas a lo largo de toda la cadena de valor. El uso de
agroquímicos en la Argentina se ha incrementado en un 1000% en los últimos 20
años, de 26.000 toneladas en 1992 a 256.000 toneladas en 2011".
El sector minero también está presente en el trabajo:
"El sector sufre de una gestión deficiente del medio ambiente así como de
una aplicación insuficiente de las reglas correspondientes, lo que dejó un
legado de subproductos dañinos, residuos y cierres de minas difíciles. La
minería en la Argentina es una industria relativamente nueva y el país tiene
experiencia limitada en materia de cierre de minas y su limpieza. Años de
aplicación laxa de las prácticas y normas de gestión ha resultado en una
acumulación indeseable de desechos sólidos y líquidos dañinos asociados con la
extracción y el procesamiento, entre otros, del uranio, y la generación de
relaves y mineral de baja ley".
El mayor desastre natural
El cambio climático y las inundaciones también forman parte
del balance ambiental del informe. "Las inundaciones son el mayor desastre
natural que amenaza a la Argentina, y representan el 60% de los desastres
naturales y el 95% de los daños económicos. En tanto las inundaciones ribereñas
y urbanas tienen raíces comunes, su extensión e impacto económico son
diferentes. Las inundaciones ribereñas suceden mayormente en el Norte y Centro
de la Argentina, en especial a lo largo de la cuenca del Río Paraná. La
deforestación en las cuencas altas, una infraestructura deficiente de drenaje
en el área rural, y mayores precipitaciones contribuyen a un riesgo acrecentado
de sufrir inundaciones ribereñas. La superposición de mapas de deforestación e
inundaciones ribereñas pueden sugerir una correlación entre la distribución
espacial de ambos fenómenos".
El trabajo sostiene que el 90% de la población argentina
reside en áreas urbanas y los desafíos ambientales se refieren principalmente a
la contaminación del aire y agua, el deficiente manejo de los residuos, y la
exposición a riesgos naturales, en especial los anegamientos urbanos.
"Un mayor uso de vehículos y embotellamientos de
tránsito extremos son las principales fuentes de contaminación del aire
urbano", asegura y detalla que la cantidad de autos que circulan se ha
sextuplicado en los últimos 25 años: la flota pasó de 2 millones en 1990 a 12
millones en 2014.
El costo del impacto de la contaminación del aire en la
sociedad se estima en un 1,8% del PBI. La cardiopatía isquémica, las
infecciones del tracto respiratorio inferior y la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC) se vinculan con una calidad deficiente del aire y se encuentran
entre las
cuatro principales causas de pérdida de años de vida por muerte
prematura. POR LAURA ROCHA – TOMADO DE LA NACION DE AR
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