MINERÍA DE COBRE EN CHILE PIERDE 220 MIL TONELADAS EN
2016, SU MAYOR CAÍDA EN OCHO AÑOS
Autor: Gustavo Orellana
Once de las 15 mayores faenas cupreras mostraron caídas
el año pasado, siendo Escondida, que inició ayer su huelga legal, la que más
retrocedió.
No sólo los bajos precios de las materias primas en los
mercados internacionales hicieron de 2016 un año negro para la minería
nacional. La caída de las leyes, la demora en la entrada de algunos proyectos
y, como resultado, un brusco descenso de la producción de cobre, configuraron
un ejercicio de cifras muy negativas para esta industria. De acuerdo con las
cifras de cierre de año de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la minería
nacional alcanzó un nivel de producción de 5.545 millones de toneladas, unas
218 mil toneladas menos que las de 2015 (-3,8%), la mayor caída desde 2008, es
decir, desde la crisis financiera internacional. Esto en un sector que había
venido creciendo en forma permanente, pues a medida que se fueron
materializando las grandes inversiones -sobre todo en la década de los 90- la
extracción de cobre no dejó de aumentar.
Así, con las cifras definitivas, la caída anual de la
producción de cobre en 2016 se erigió como la segunda más grande desde que se
tiene registro, sólo superada por la de 2008. Al mismo tiempo, el total de
producción de cobre producido por la industria chilena en 2016 fue el más bajo
desde 2012, cuando se llegó a 5,434 millones de toneladas.
El retroceso respecto de 2015 se debió de manera exclusiva a
la caída sufrida por las grandes operaciones, principalmente Minera Escondida,
que justamente el jueves comenzó una huelga legal que, se cree, durará al menos
un mes.
La operación, controlada por la multinacional australiana
BHP Billiton, redujo su producción desde las 1,152 millón de toneladas de 2015
a 1,02 millón, es decir, un retroceso del 13,1%. Estas 150 mil toneladas de
cobre menos explican alrededor del 70% de la merma productiva nacional.
Eso sí, en términos proporcionales, otras faenas bajaron
mucho más. Fue el caso de Minera El Abra, en cuya propiedad participan Codelco
y la estadounidense Freeport y que pasó de producir 147 mil toneladas en 2015 a
99,9 mil toneladas un año después (-32%). A ella se suma El Tesoro (Centinela
Óxidos), ligada a Antofagasta Minerals, que bajó desde las 75,9 mil toneladas
en 2015 a 55.800 toneladas el ejercicio siguiente, con una merma de 26,5%.
Así, tomando en cuenta las 15 mayores faenas mineras, 11
mostraron un retroceso productivo, tres subieron -Esperanza, Collahuasi y El
Teniente, aunque esta última de forma más bien marginal- y una, Zaldívar -cuya
propiedad comparten la minera del grupo Luksic y la canadiense Barrick- mantuvo
las mismas 103,4 mil toneladas del período anterior.
Participación de mercado
Las cifras de producción incidieron en una pérdida del poder
de mercado que ostenta la minería chilena. De acuerdo con cifras a noviembre de
la Comisión Chilena del Cobre, la industria nacional aportó con el 26,9% del
total del cobre de mina comercializado a nivel mundial, lo que implica una
reducción de tres puntos respecto de 2015.
De confirmarse estas cifras -falta conocer la producción
mundial de diciembre, de la que aún no hay datos definitivos-, Chile anotaría
su menor participación de mercado desde 1998, es decir, en 18 años. En el mismo
lapso, Perú, hoy convertido en el segundo mayor actor del mercado, pasó de
producir 483 mil toneladas -equivalentes a lo extraído de una mina como
Collahuasi o El Teniente- a 2,15 millones de toneladas sólo a noviembre.
Para este año, de acuerdo con estimaciones de la comisión
Perú superará las 2,5 millones de toneladas, lo que significa haber
quintuplicado su producción en las últimas dos décadas.
Para el director ejecutivo de la consultora Plusmining y
experto en el mercado minero, Juan Carlos Guajardo, la merma productiva es
resultado del deterioro acelerado de las principales variables mineras, como
disminución de la ley de mineral, aumento en las distancias de acarreo de
material y mayor dureza de roca. “Lo anterior como resultado de la natural
madurez en las grandes minas que
iniciaron su operación en la década del
noventa”, asegura.
A su juicio, un factor adicional es que los precios
descendentes desde 2011 a 2016 hicieron que zonas que eran viables de explotar
con precios altos dejaran de serlo, por lo que, en el margen, varias minas
tuvieron menos incentivos para explotar más. “Asimismo, se ralentizaron las
inversiones que pudieron haber ayudado a paliar el deterioro de las variables
mineras”, complementa.
Más crítica es la visión del ex subsecretario de Minería
Francisco Orrego. “El liderazgo de Chile como potencia minera mundial es
incuestionable. Sin embargo, para mantener este liderazgo se necesita mucho más
que solo potenciar o apoyar los proyectos estructurales de Codelco, por muy
necesarios o convenientes que sean para el país. La política minera de este
gobierno se ha ‘codelquizado’, lo que se traduce en que la minería estatal -por
sobre la privada- ha sido la prioridad de las actuales autoridades. Y la minería
chilena es más que Codelco”, puntualiza.
Además, Orrego advierte que es clave atraer inversión
extranjera, algo en lo que Perú ha sacado ventaja y Chile da señales en la
dirección contraria. “Muchas empresas mineras extranjeras están siguiendo muy
atentas los cambios regulatorios y el clima de negocios para desarrollar nuevos
proyectos en Chile, poniendo el ojo y la prioridad en otros destinos para
invertir. Para seguir manteniendo el liderazgo mundial, resulta fundamental
seguir creyendo en el sector privado como motor de desarrollo y bienestar para
los chilenos”, concluye. Tomado de la tercera de chile
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