Carboníferas en
Isla Riesco amenazan colonias de huemules, cóndores, ballenas y delfines
Las recientes
denuncias hechas por el vocero de la agrupación Alerta Isla Riesco, Gregor
Stipicic, de que la Mina Invierno, a penas iniciadas sus faenas ya contaminó un
río: el Chorrillos Invierno, han vuelto a poner las miradas sobre este proyecto
en el que el propio presidente Sebastián Piñera tiene intereses al poseer
785.609 acciones de
Copec (familia Angelini), que junto con el grupo Ultramar (familia Von Appen),
son los impulsores de esta iniciativa.
Alerta Isla
Riesco emitió el viernes 7 un comunicado en el que denunció también que Minera
Invierno instaló en forma irregular una cancha de acopio de carbón; está
extrayendo áridos en una zona “intermareal con la consecuente destrucción de un
tramo de la Ruta Y-560”; está ocasionando polución del aire; y, usurpó
en forma no violenta la estancia Anita Beatriz. Toda una pesadilla para
los habitantes de Isla Riesco que hasta hace muy poco disfrutaban una tranquila
existencia en este paraíso natural ubicada políticamente en la comuna de Río
Verde, Región de Magallanes, en el extremo sur de Chile.
A sólo cuatro
meses de haber comenzado las operaciones de construcción de mina Invierno, el
daño causado por esta debe considerarse solo como un pequeño anticipo de lo que
vendrá de no ser clausurada pronto sus actividades.
Cabe tener
presente que el proyecto de los Angelini-Piñera y Von Appen en Isla Riesco
contempla la explotación de tres yacimientos más, todos de carbón
sub-bituminoso: Adela, Río Eduardo y Helena. Sólo el área
intervenida en por mina Invierno -15 millones de metros cuadrados- convierten a
este proyecto carbonífero en el más grande de Latinoamérica. Mina
Invierno considera una inversión de 180 millones de dólares y el proyecto
global está estimado en 500 millones de dólares.
Este proyecto fue
aprobado por unanimidad el 15 de febrero de 2011, por la entonces debutante Comisión
de Evaluación Ambiental, nueva autoridad medioambiental (que reemplazó a la
Corema) que tiene la particularidad de estar conformada por funcionarios de
exclusiva confianza del Presidente Piñera. Es decir, el Gobierno aprobó un
proyecto que favorece ampliamente a quien lo preside, conflicto de interés que
ha sido la tónica de la administración Piñera.
Al terminar la
sesión, la intendenta Liliana Kusanovic -que fue duramente increpada por
manifestantes ambientalistas- declaró que el “proyecto cumple cabalmente la ley
medioambiental. Con él hemos dado un impulso al desarrollo económico de la
región. El 30% del carbón que se consume en el país será aportado por Minera
Isla Riesco y es carbón que se deja de importar”.
En agosto de ese
mismo año el Consejo de Ministros de la Comisión Nacional de Medio Ambiente
aprobó finalmente y “con observaciones” este proyecto. Sólo “exigió” que se
haga un monitoreo a los eventuales perjuicios que podría acarrear al hábitat
del huemul y el pájaro carpintero la puesta en marcha de este proyecto. Entre
los cuatro ministros que votaron favorablemente esta iniciativa se cuenta el
hoy precandidato presidencial Pablo Longueira, que entonces lideraba la
cartera de Economía. También aprobaron el proyecto la titular de Medio Ambiente
María Benítez; y los ministros de Salud y Minería, Jaime Mañalich y
Hernán Solminihac.
Longueira acaba
de conseguir la promulgación de la Ley de Pesca que fue bautizada con su
apellido y que tiene la peculiaridad de entregar a perpetuidad la casi
totalidad de las cuotas de pesca a las siete familias que controlan la
actividad pesquero industrial y que han depredado los mares de Chile.
Curiosamente una organización de pescadores, la Conapach de Zoila Bustamante,
apoyó este proyecto, que como se ha comprobado, fue aprobado con coimas y
cohecho.
Sven Von Appen, uno de los controladores de Ultramar e
impulsor principal de las minas en Isla Riesco, provocó controversia al
declarar -el 15 de mayo a La Segunda- que “a los chilenos les ha crecido
tanto el apetito, que no pueden parar. Eso producirá que engordarán y se
pondrán más cómodos”. Miren quien habla…
Fauna
amenazada
Mina Invierno se
encuentra próximo a la costa del Seno de Otway, cuerpo de agua con
estrechas vías de comunicación con el océano Pacífico que, por lo mismo,
tiene bajas tasas de circulación y renovación. Esta baja tasa de recambio
implica que todos los elementos que caigan en él –en especial el polvo de
carbón– se acumularán durante los 25 años que duraría la explotación de todos
los yacimientos.
En entrevista con
éste corresponsal, realizada en mayo de 2011, la vocera de Alerta Isla
Riesco, Ana Stipicic, denunciaba las enormes carencias de este proyecto
que hoy comienzan a evidenciarse. Stipicic sostuvo que el seno de Otway “es muy
vulnerable a cualquier tipo de contaminación”. Destacó que en éste viven
especies en peligro de conservación como el petrel gigante; lobos
marino común y fino; cuatro tipos de delfines (entre ellos el
endémico delfín chileno) y otros cetáceos como la orca
y la ballena jorobada. En sus aguas habitan también la colonia de Pingüinos
de Magallanes.
Stipicic afirmó
que “la contaminación del seno de Otway, junto a las aguas de lastre de los
buques cargueros, son una real amenaza la cual no es reconocida por la minera”.
También señala que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la minera no tomó
en cuenta las consecuencias en el ecosistema marino adyacente a la mina ni el
impacto de los buques que transportarán el carbón por las agitadas aguas
marinas del extremo sur de Chile.
Según establecen
investigaciones del Centro de Estudios del Cuaternario de Fuego-Patagonia y
Antártica (Cequa), Riesco es una de las pocas islas en que habita el
huemul. Esta especie está en peligro de extinción estimándose que en Chile
quedan menos de 2 mil ejemplares. Además, junto con el cóndor, forma parte del
escudo nacional de este país suramericano. El estudio de impacto ambiental de
Minera Isla Riesco no considera la presencia del huemul en la mencionada isla,
aunque es un hecho comprobado que existe.
El proyecto
minero también afectará a una gran cantidad de aves. En cerro Palomares,
ubicado a 8 kilómetros de Isla Riesco, en la ribera oriente del canal Fitz
Roy, existe una colonia de cóndores. De hecho, es el único lugar de
nidificación cercano al mar existente en Chile. El gran problema es que este lugar
es muy cercano al único camino de acceso a Isla Riesco, cuyo tránsito aumentará
exponencialmente en caso de ponerse en marcha la carbonífera.
Esto podría
significar la disminución e incluso la extinción de esta importante colonia de
cóndores, según coinciden los expertos. En entrevista con este reportero el
presidente de Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff), Bernardo
Zentilli, sostuvo que la destrucción de hábitat “evidentemente que va a
tener un impacto negativo sobre la fauna silvestre”. Afirma que muchos animales
morirán por la afectación de sus ecosistemas y por la llegada de enfermedades y
por la incorporación de otras especies especialmente perros.
Zentilli, que es
ingeniero forestal, afirma que otros de los grandes problemas es que la
irrupción de cientos de nuevos habitantes a la isla, así como el enorme tráfico
de carga, implicará la llegada de nuevas especies de animales –como el perro–,
así como de enfermedades que supondrán un serio peligro para este frágil
ecosistema, que derivará en la muerte de animales autóctonos.
Especial
preocupación expresa Zentilli por los huemules. “Este proyecto carbonífero
–afirma el ecologista– fue aprobado en forma completamente irregular”. Argumenta:
“En el proceso de evaluación, se aprobó el puerto (2009) y la explotación de la
mina (2011), como si fueran dos proyectos distintos”. Señala que “esto es un
escándalo, estamos ante una forma totalmente oscura de aprobar proyectos”.
Y detalla: “En el
EIA se asegura que los vientos máximos en la zona a intervenir son de 39
kilómetros por hora, cuando toda persona que conozca Magallanes sabe que es
normal que los vientos sobrepasen largamente los 100 kilómetros por hora. Sería
increíble que el gobierno aprobara algo así”.
El representante
de Codeff estima que, dado que el proyecto es a rajo abierto, y los vientos son
tan fuertes, “el polvillo de carbón, que es altamente tóxico, se va a expandir
por una región que queremos proteger”. Codeff es la organización de defensa del
medio ambiente más antigua de Chile (1969).
Por otra parte,
expresa el naturalista, otra consecuencia de Isla Riesco será la proliferación
de centrales termoeléctricas a carbón, “lo que va a derivar en que el índice de
contaminación atmosférica per cápita (de Chile) va a llegar a niveles
espantosos puesto que ya son muy altos.
“Además –agrega–,
toda esta energía es para apoyar la explotación minera que está dejando muy
pocos beneficios a Chile. Aparte, las mineras ocupan gran cantidad de agua en
una zona (Norte de Chile) en que hay una gran carencia de agua para la
producción de alimentos y para el consumo humano”.
por Francisco
Marín
tomado de el ciudadano de chile por sugerencia en boletín gal
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