lunes, 3 de febrero de 2014

COMBATE DE SAN LORENZO comienza la libertad para América del Sur

EL BAUTISMO DE FUEGO DEL REGIMIENTO DE GRANADEROS A CABALLO Combate de San Lorenzo Fue una de las confrontaciones más importantes de la Guerra de Independencia y ese día por brindar su vida para salvar a San Martín el héroe saladeño Juan Bautista Cabral inscribió su nombre en la historia.
 Autor: José Manuel Pichio
 El 3 de febrero de 1813 ocurría lo que conocemos como el Combate de San Lorenzo, ubicado en la actual ciudad de San Lorenzo, provincia de Santa Fe, República Argentina entre las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas), a la postre, triunfadoras, y las colonialistas españolas (realistas).
El enfrentamiento se produjo en cercanías del Convento de San Carlos Borromeo (4 de noviembre de cada año se lo evoca), ubicado en la ciudad ya mencionada.
Fue la única acción bélica en territorio argentino en la que participó el entonces coronel de caballería José Francisco de San Martín, quien tuvo bajo su mando al Regimiento de Granaderos a Caballo.
Y decimos “combate” y no “batalla”, porque el primer término se refiere a los conflictos armados o bélicos entre las fuerzas militares en la guerra, con escaso tiempo de duración en el que se enfrentan un reducido grupo de hombres de uno y otro lado. En este caso, el Combate de San Lorenzo duró apenas 15 minutos entre el Batallón de Granaderos a Caballo y un reducido grupo de soldados realistas.
Debemos recordar que la ciudad de Montevideo, actual capital de la República Oriental del Uruguay, fue declarada por España como la capital provisional del Virreinato del Río de la Plata, después de los sucesos del 25 de mayo de 1810. Por lo tanto, esa ciudad era la principal base naval española en el océano Atlántico Sur ya que por tierra estaba sitiada por el ejército bajo el mando de José Rondeau al que luego se sumaría José Gervasio Artigas. Por lo tanto, los españoles estaban obligados a utilizar la vía marítima o fluvial para abastecerse. Con mucha asiduidad, una escuadrilla realista partía de Montevideo en dirección al río Paraná, y sus hombres merodeaban las costas robando los ganados.
En ese contexto, una expedición conformada por once embarcaciones, 250 hombres y 2 cañones, salió de Montevideo con ese propósito. Pero los realistas ignoraban que estaban siendo seguidos y vigilados por tierra por el coronel de caballería José Francisco de San Martín, al frente de 125 granaderos y 50 milicianos de su recién creado Regimiento de Granaderos a Caballo.
Las fuerzas de los patriotas se adelantaron y detuvieron el 2 de febrero cerca de la posta del Espinillo, situada a 21 km al norte de la actual ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, República Argentina, donde se encuentra emplazada la ciudad de Capitán Bermúdez. Tras cambiar los caballos, continuaron al día siguiente su recorrido hasta el Convento San Carlos, ingresando por el lado oeste del monasterio. En ese lugar existe el convento de San Carlos, donde, tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García, el coronel José Francisco de San Martín ocultó a sus granaderos de modo que la escuadra realista no pudiera observarlos.
De ese modo, desembarcaron y muy confiados avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona (era muy común en aquella época guardar o esconder importantes bienes personales en iglesias o conventos). Pero, para sorpresa realista, fueron atacados por los granaderos a caballo, sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas - la de la izquierda y la primera en moverse - estaba encabezada por el coronel José Francisco de San Martín; la otra, por el capitán oriental Justo Germán Bermúdez, quien estaba secundado por el joven teniente porteño Manuel Díaz Vélez. El capitán Bermúdez ejecutó un rodeo muy grande, forzando la escapatoria de los españoles hacia sus buques. La táctica militar empleada por el capitán José Francisco de San Martín consistió en una maniobra envolvente, utilizada frecuentemente por Napoleón Bonaparte.
El desembarco no se produjo enfrente del convento, como había previsto el coronel José Francisco de San Martín, sino en dirección al centro de la actual ciudad. Por ello, la columna del coronel José Francisco de San Martín llegó antes de que la del capitán Bermúdez completara el movimiento. Al principio, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo del coronel José Francisco de San Martín, que rodó y apretó una de sus piernas, dejándolo inmovilizado. Un enemigo se acercaba para clavarle la bayoneta, cuando apareció el soldado puntano Juan Bautista Baigorria quien en ese preciso instante se interpuso, mató al soldado realista y comenzó una defensa heroica del coronel José Francisco de San Martín. Al mismo tiempo, el soldado correntino, oriundo de la ciudad de Saladas, Juan Bautista Cabral, ayudó al coronel José Francisco de San Martín a liberarse de la opresión del lomo del caballo sobre su pierna, interponiéndose y salvándole la vida al coronel José Francisco de San Martín.
El soldado Juan Bautista Cabral (elevado post mortem al rango de Sargento) entregaría su vida como consecuencia de su valiente intervención y sus últimas palabras, en brazos del coronel José Francisco de San Martín, fueron: “muero contento, mi General, hemos batido al enemigo”.
Las fuerzas patriotas tuvieron 15 muertos, más uno que lo haría 8 días después; en tanto que los realistas sufrieron 40 muertos, 14 heridos y prisioneros. Tanto el capitán Justo Germán Bermúdez, como el teniente Manuel Díaz Vélez también morirían en esa heroica acción. Vaya pues, entonces, el merecido homenaje y eterno reconocimiento a estos auténticos, sencillos, humildes y grandes patriotas que no dudaron en entregar su vida para salvar la de quien posteriormente fuera el General José Francisco de San Martín, Libertador de América.
La llegada de la columna al mando del capitán Justo Germán Bermúdez impidiendo que los realistas se reorganizaran en cuadro, completó la victoria de José Francisco de San Martín, obligando a los realistas a huir apresuradamente. Algunos de ellos se arrojaron al río Paraná desde la barranca y perecieron ahogados. El combate duró en total alrededor de quince minutos.
El Combate de San Lorenzo fue el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballos.
Este enfrentamiento, pese a lo escaso de las tropas comprometidas y a la corta duración de la contienda, tuvo consecuencias estratégicas: no hubo más campañas de los realistas de Montevideo hacia el río Paraná y la ciudad (de Montevideo) comenzó a tener problemas de abastecimiento. Esa situación obligaría, más tarde, a su caída en manos de las tropas de Buenos Aires.
El coronel José Francisco de San Martín se expuso al fuego enemigo hasta el punto de que en ese enfrentamiento casi perdió la vida. Hay que tener en cuenta que en esa época, muchos de los oficiales principales encabezan los combates para ser ejemplo de sus subordinados; el otro motivo pudo haber sido el de alejar toda sospecha que pudiera haber sobre la fidelidad del coronel José Francisco de San Martín tras décadas de permanecer y pertenecer al ejército realista en España, pues mantenía el acento peninsular y había sospechas, hasta ese momento, que en realidad fuera un agente realista (pro-español). Tomado de época de ctes ar 

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