Supervivencia en las orillas de las quebradas
La quebrada La García, de Bello, es la más grande del
municipio y lo recorre de norte a sur. La mayor preocupación de Berta Ofelia
Jaramillo es que se inunde su casa y estén sus nietos adentro.
POR CAMILA MORENO
GÓMEZ | Un muro de 40 centímetros justo
en la puerta de la casa de Berta Ofelia Jaramillo en el sector El Hueco, en
Bello, muestra la recursividad a la que tienen que acudir los habitantes de la
zona para evitar que el agua invada sus hogares cuando hay un desbordamiento de
la quebrada La García.
“Aún así, hay ocasiones, en las que el agua entra hasta por
las ventanas y no hay muro que la pare. Aunque nunca ha pasado a mayores, he
perdido muchos colchones, cobijas y mis enseres. Incluso, un día mi carro
terminó lleno de agua”, relata Berta.
Por casos como este, La Twittercrónica de esta semana visitó
esta quebrada y La Picacha, en Belén. Según el Siata (Sistema de Alerta
Temprana del Área Metropolitana), en estos lugares se han presentado los
desbordamientos de mayor nivel desde que tienen reportes.
La Picacha
El 18 de diciembre de 2011, la creciente de La Picacha
arrasó con tres casas. El desbordamiento dejó cerca de 40 personas damnificadas
y ocasionó la muerte de Juan Camilo Mejía Palacio, un joven de 20 años que fue
arrastrado por la furiosa corriente.
Mario Agudelo, habitante del corregimiento Aguas Frías, vive
en una de las casas que colindan con este afluente. Él dice que, a pesar de que
su vivienda no se ha inundado, “cada vez que llueve, las rocas, los sedimentos
y los escombros que arrastra la quebrada, hacen ruidos estruendosos y tiembla
toda la casa”.
Desde un balcón, Mario señala los escombros de lo que por
mucho tiempo fue un hogar y cuyos cimientos fueron construidos demasiado cerca
del cauce. En la tragedia de 2011 esa casa fue destruida y sus habitantes,
desalojados.
Sin embargo, durante lo que va de este año no se han
presentado accidentes y, en el último mes, el nivel del agua de La Picacha ha
sido bajo, alcanzando apenas hasta un 16% de su capacidad, según los registros
del Siata.
La García
El año pasado, las fuertes lluvias desbordaron la quebrada
La García e inundaron 15 viviendas. Una escena peor se presentó en 2005, con un
desbordamiento que dejó un saldo de 19 muertes. También en 2008 quedaron 1.500
damnificados y en 2011, más de 100 familias afectadas.
Los habitantes de El Hueco, en Bello, comentan que las
inundaciones fueron frecuentes hasta que en 2010 se construyó un muro de
contención. Sin embargo, Miriam Mira, dice: “cuando llueve mucho, brota agua a
borbotones de los grifos y los sanitarios”.
En el último mes el nivel de la creciente de la quebrada La
García ha sido bajo, entre el 28% y el 30%, según los registros de los sensores
de nivel del Siata.
No son estos los únicos casos. Cuando hay olas invernales,
en las que la lluvia no cesa, los habitantes de los sectores aledaños a las
riberas de los afluentes en el Valle del Aburrá, se ven fuertemente afectados.
TOMADO DE EL COLOMBIANO
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