lunes, 3 de octubre de 2016

MORTALIDAD DEL MEJILLÓN DORADO EN RIO URUGUAY

Mortandad de Limnoperna fortunei (Mejillón dorado) en la desembocadura del Arroyo Porrúa, Departamento de Soriano, República Oriental del Uruguay
Departamento de Ambiente CARU, Septiembre de 2016
En fecha 20 de setiembre del corriente, como consecuencia de una comunicación recibida de un medio de prensa local, personal de la CARU realizó una recorrida en la zona de la desembocadura del Arroyo Porrúa, Departamento de Soriano, República Oriental del Uruguay, donde se pudo constatar la presencia de gran cantidad de organismos muertos (mejillón dorado),  acumulados en la arena, en una extensión de costa bastante reducida.
El mejillón dorado, Limnoperna fortunei (Dunker, 1857), es una especie de molusco bivalvo de agua dulce nativa de los ríos y estuarios del sudeste de Asia. En Argentina, se introdujo en 1991, muy probablemente a través del estuario Río de la Plata por medio del agua de lastre de los buques (Pastorino et al. 1993; Ricciardi, 1998; Boltovskoy et al., 2006) y, hacia la década de 2000,  tenía colonizado prácticamente toda la cuenca hidrográfica Río de la Plata, que se extiende hasta Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia; convirtiéndose rápidamente en el único organismo dominante sobre sustratos duros (Boltovskoy et al., 2006).
Las altas tasas de filtración de L. fortunei indican que la alimentación en suspensión puede reducir la biomasa de fitoplancton y suprimir las poblaciones de zooplancton, dejando fuera de competencia por el alimento disponible a las especies nativas, aumentar las tasas de sedimentación y alterar el ciclo de nutrientes. Tiene el potencial de afectar a la diversidad de las comunidades nativas de moluscos (por ejemplo, puede crecer demasiado y matarlas) (Crosier et al., 2007).
La especie “boga” (Leporinus obtusidens, Valenciennes, 1846),  ha cambiado su dieta predando el mejillón dorado, pero no es un factor limitante para su dispersión (GISD, 2012).
           Los parámetros físicos y químicos medidos in situ y analizados en laboratorio no muestran ningún indicio de anomalía en relación a la calidad del agua en el momento del relevamiento.
En condiciones naturales, estos organismos viven sumergidos, pueden quedar expuestos por bajantes extraordinarias (más o menos prolongadas) del nivel hidrométrico y soportar ese período adverso. En este caso, quedaron expuestos y se fueron acumulando por acción de la marejada y sin posibilidad de rehidratación y, por ese motivo, mueren. No obstante, llama la atención la acumulación en la costa de éste tipo organismos, debido a que viven formando colonias adheridos a sustratos duros, de los que no se desprenden fácilmente. Por lo que podría sospecharse de alguna acción mecánica por la que fueron removidos o que facilitó ese desprendimiento.
Los datos de nivel hidrométrico, muestran algunas subidas más o menos bruscas, probablemente provocadas por “sudestadas”, pero no parecerían ser tan fuertes como para producir el desprendimiento de las colonias de mejillones, si para arrastrarlos hacia la costa. Además, no se pudieron obtener datos de estaciones meteorológicas ubicadas en la zona, para ayudar a interpretar a través de la dirección e intensidad de los vientos, de dónde podrían provenir los mismos.

             Con los elementos que se cuenta hasta este momento, no se puede determinar fehacientemente cuál ha sido la acción mecánica que podría haber producido el desprendimiento del sustrato de los mejillones y de qué lugar del río provienen estos organismos.  Informe CARU , ENVIADO POR DANIEL MACIAS 

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