Mortandad de Limnoperna
fortunei (Mejillón dorado) en la desembocadura del Arroyo Porrúa,
Departamento de Soriano, República Oriental del Uruguay
Departamento de Ambiente CARU, Septiembre de 2016
En fecha 20 de setiembre del corriente, como
consecuencia de una comunicación recibida de un medio de prensa local, personal
de la CARU realizó una recorrida en la zona de la desembocadura del Arroyo
Porrúa, Departamento de Soriano, República Oriental del Uruguay, donde se pudo
constatar la presencia de gran cantidad de organismos muertos (mejillón
dorado), acumulados en la arena, en una
extensión de costa bastante reducida.
El mejillón
dorado, Limnoperna fortunei (Dunker,
1857), es una especie de molusco bivalvo de agua dulce nativa de los ríos y
estuarios del sudeste de Asia. En Argentina, se introdujo en 1991, muy
probablemente a través del estuario Río de la Plata por medio del agua de
lastre de los buques (Pastorino et al.
1993; Ricciardi, 1998; Boltovskoy et al.,
2006) y, hacia la década de 2000, tenía
colonizado prácticamente toda la cuenca hidrográfica Río de la Plata, que se
extiende hasta Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia; convirtiéndose rápidamente
en el único organismo dominante sobre sustratos duros (Boltovskoy et al., 2006).
Las altas tasas
de filtración de L. fortunei indican
que la alimentación en suspensión puede reducir la biomasa de fitoplancton y suprimir
las poblaciones de zooplancton, dejando fuera de competencia por el alimento
disponible a las especies nativas, aumentar las tasas de sedimentación y
alterar el ciclo de nutrientes. Tiene el potencial de afectar a la diversidad
de las comunidades nativas de moluscos (por ejemplo, puede crecer demasiado y
matarlas) (Crosier et al., 2007).
La especie “boga”
(Leporinus obtusidens, Valenciennes,
1846), ha cambiado su dieta predando el
mejillón dorado, pero no es un factor limitante para su dispersión (GISD,
2012).
Los parámetros físicos y químicos
medidos in situ y analizados en
laboratorio no muestran ningún indicio de anomalía en relación a la calidad del
agua en el momento del relevamiento.
En condiciones
naturales, estos organismos viven sumergidos, pueden quedar expuestos por
bajantes extraordinarias (más o menos prolongadas) del nivel hidrométrico y
soportar ese período adverso. En este caso, quedaron expuestos y se fueron
acumulando por acción de la marejada y sin posibilidad de rehidratación y, por
ese motivo, mueren. No obstante, llama
la atención la acumulación en la costa de éste tipo organismos, debido a que
viven formando colonias adheridos a sustratos duros, de los que no se
desprenden fácilmente. Por lo que podría sospecharse de alguna acción mecánica
por la que fueron removidos o que facilitó ese desprendimiento.
Los datos de
nivel hidrométrico, muestran algunas subidas más o menos bruscas, probablemente
provocadas por “sudestadas”, pero no parecerían ser tan fuertes como para
producir el desprendimiento de las colonias de mejillones, si para arrastrarlos
hacia la costa. Además, no se pudieron obtener datos de estaciones
meteorológicas ubicadas en la zona, para ayudar a interpretar a través de la
dirección e intensidad de los vientos, de dónde podrían provenir los mismos.
Con los elementos que se cuenta hasta este
momento, no se puede determinar fehacientemente cuál ha sido la acción mecánica
que podría haber producido el desprendimiento del sustrato de los mejillones y
de qué lugar del río provienen estos organismos. Informe CARU , ENVIADO POR DANIEL MACIAS
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