Proyecto para hacer dique sobre el Queguay no fue aprobado
en defensa del ecosistema de Montes
Un emprendimiento privado que transformaba el ecosistema en
el área protegida de Montes del Queguay fue cancelado por la Intendencia
Departamental de Paysandú y la Dirección Nacional de
Medio Ambiente (Dinama).
Se trata de una extensión de tierra dedicada actualmente a
uso ganadero y que se pretendía convertir en área de cultivo. La tierra no es
adecuada para ese fin, pero se iba a construir un dique de ocho kilómetros, que
iba a transformar en inundables unas 400 hectáreas, propias y de
establecimientos vecinos. Margarita Heinzen, directora general de Promoción y
Desarrollo, confirmó que el establecimiento se encuentra en la zona de
influencia de Guichón y aseguró que tras asumir la actual administración, se tomó
conocimiento de “un proyecto que ya había sido presentado con anterioridad” que
implicaba “la construcción de un dique para transformar el destino de 400
hectáreas --hoy de uso ganadero, relativamente extensivo, más o menos
manteniendo el balance ecosistémico-- y pasarlas a tierra de cultivo”. No
obstante, “la rápida intervención de la Intendencia de Paysandú como
coadministrador del área protegida Montes del Queguay impidió el avance de una
iniciativa, cuyas consecuencias hubieran sido irreversibles”, acción que se
realizó “en plazo y con alto nivel técnico”.
La empresa privada vio así cancelado su proyecto de
construcción de un dique de ocho kilómetros que transformaría en inundables
unas 400 hectáreas de uno de los reservorios más ricos del país. Para tomar esa
decisión, “el trabajo de la Intendencia fue definitorio para que el informe de
la Dirección Nacional de Medio Ambiente saliera no aprobatorio” y se
interrumpiese el proceso.
El área protegida Montes del Queguay, única en el Uruguay,
está situada en la zona de confluencia de los ríos Queguay Chico y Queguay
Grande. Tiene una superficie de alrededor de 20.000 hectáreas y alberga --según
informa el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente--
“masas de montes ribereños naturales del país, tierras altas (sierras
basálticas y bosques de cerritos asociados), arbustales o chircales, bosques
parque y pastizales no inundables”. También se encuentran allí “varias especies
vegetales prioritarias para la conservación”, además de “altos valores
culturales, históricos y arqueológicos”.
Margarita Heinzen informó que esta área “está casi toda en
manos de privados” y, de un total de 40.000 hectáreas, 20.000 constituyen área
protegida; las restantes están “en condiciones de producción”, lo que plantea
la estructuración de un plan de manejo “que permita compatibilizar esos dos
destinos: el uso productivo de los privados y la conservación de ese ecosistema
único”. Por su parte, la responsable de la Dirección de Desarrollo Rural,
Sandra Zibil, indicó que se trata de “un área protegida con recursos
manejables”, es decir que requiere un plan de manejo que contemple al máximo la
conservación, pero también la viabilidad de la actividad productiva. La
Intendencia, después que la Dinama divulgara en la página web del Ministerio de
Vivienda los detalles del proyecto, en fase de estudio de impacto ambiental
--en la que se establecía un plazo de 30 días para la anteposición de
objeciones u observaciones--, actuó “con celeridad”.
A través de varias reparticiones y junto con otras
organizaciones y vecinos de la zona “advirtió que la construcción de una
estructura de esa naturaleza, de ocho kilómetros de longitud, modificaba la
línea de inundación de esta planicie y pasaban a ser inundables unas 400
hectáreas”, subrayó Heinzen.
Zibil abundó en detalles al indicar que se llevó a cabo “una
acción muy coordinada con las unidades de Ordenamiento Territorial, Gestión
Ambiental, secretaría del intendente y Desarrollo Rural, para conversar sobre
el tema y determinar por qué objetábamos dicho proyecto, por qué considerábamos
que no era pertinente que se llevase adelante”.
“Se elaboró un informe con más peso técnico para que quedara
claro que nosotros, como coadministradores, opinábamos que eso no podía ser
llevado adelante”, agregó. Heinzen destacó “la celeridad con que actuó la
Intendencia al tomar conocimiento de este posible proyecto” y también “el
informe técnico” que, según expresó el director del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas, Guillermo Scarlato, “fue definitorio para que el informe de Dinama
saliera no aprobatorio”. Tomado de el telégrafo de uy
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